viernes, 24 de julio de 2015

En el nombre del pueblo Luis Pedro españa

EN EL NOMBRE DEL PUEBLO

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LUIS PEDRO ESPAÑA

No hay un solo proyecto político que no se pretenda en el nombre del pueblo. Los holistas y revolucionarios mucho más. Construyen utopías sobre la base de la redención del pueblo, del logro de valores sublimes y trascendentales. Colocan al pueblo y sus padecimientos en el centro del debate. Son reivindicadores, prometen la tierra prometida a la que siempre se tuvo derecho, pero de la que fueron desterrados o fueron excluidos por la perversidad de sus enemigos. Oligarquías, transnacionales o simples burgueses son los culpables. La redención son ellos, el proyecto transformador lo encarna la vanguardia, los puros de corazón, finalmente el líder o el partido de la revolución.
En algún momento de la historia de los pueblos, especialmente cuando se han padecido largas crisis, o mejor, profundos quiebres de expectativas colectivas, este tipo de proyectos políticos emergen. Hasta los pueblos que han parido los mayores filósofos, protagonizado los grandes avances o han sido protagonistas de maravillas civilizatorias, han padecido de estas tentaciones que no vale la pena ni mencionarlas.
Venezuela no ha sido la excepción. Llevamos más de tres lustros con el invento de la tierra prometida, un lugar donde lleva el líder y el pueblo sigue. Prometen algo donde el pueblo no es el sujeto, solo un objeto. Desde el principio este tipo de proyectos menosprecian al pueblo. Lo consideran minusválidos, seres inferiores a los que la revolución y sus líderes les tienen compasión. El pueblo humilde, se hace grande por apoyarlos a ellos. De lo contrario son apátridas, traidores, manipulados o simples faltos de consciencia.


Por ello es que en el nombre del pueblo se han cometido los mayores disparates de la humanidad y sus más terribles tragedias, y Venezuela no es la excepción. Llevamos dos años en los que la experiencia diaria de cualquiera de nosotros nos recuerda cómo vamos de mal a peor. Recitar la cotidianidad caótica del venezolano cansa, recuerda un ir y venir de cosas absurdas, de colas inmensas, de pésimos tratos y peores servicios. Compararnos con los países hermanos más que envidia da rabia, y hasta recordar nuestro pasado no tan lejano incluso nos asombra. Nos hemos vuelto la borra del continente, no hay como ocultarlo.
Pero lo más sorprendente, lo que nos lleva por igual de la ira a la risa, son las justificaciones de los jerarcas para explicar lo que nos pasa. Manos peludas desde un teclado manipulan los precios de todo un país, oscuras prácticas desatan situaciones internacionales de las que somos víctimas, la delincuencia, la corrupción, la violencia, el desencuentro de los venezolanos es culpa de todos, menos de ellos. Ese ha sido el camino para exculpar a los verdaderos culpables.
La revolución no es responsable de lo malo, pero sí es protagonista de lo que se inventan como bueno. La identidad es sencilla, ellos son los buenos, nosotros somos los malos. En el nombre del pueblo ellos se han convertido en el centro. No importa si los niños no tienen pañales o leche, los enfermos medicinas y tratamientos, o si lo necesario para vivir supera varias veces el salario promedio del país. Solo importa el proyecto, es decir, ellos. Así será mientras sigan en el poder. No importa el hambre o el desempleo, con la revolución me resteo. El que piense diferente es egoísta, individualista, inconsciente o manipulador.
No es mucha el hambre que evidencian sus barrigas, ni son muchos callos los que exhiben sus arregladitas manos o falta de detergente sus impecables prendas. En el nombre del pueblo es su proyecto. Es en el nombre de ellos, de sus ideas, egos y delirios de historicismo. Por suerte, todos los que pusieron las ideas por encima de las mujeres, los niños y los hombres, es solo cuestión de tiempo para que terminen y se vuelva a tener la oportunidad de construir algo nuevo que esta vez sí haga centro, no en el hombre, sino en un hombre, en una madre y su niño. En el más humilde, en el que la pasa mal en concreto, esa es la verdadera y única forma de hacer al pueblo sujeto de un proyecto, no como hasta ahora, y gracias a su interesada abstracción, un simple instrumento.

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martes, 21 de julio de 2015

¿ Puede Francisco Rodríguez ? .......Gerver Torres

opinión Gerver Torres ND ¿Puede Francisco Rodríguez salvar la economía venezolana? 20 Julio, 2015 Hace pocos días aparecieron en la prensa nacional unas declaraciones de Francisco Rodríguez, un muy destacado economista venezolano quien trabaja actualmente para el Bank of America en Nueva York. Rodríguez simpatizó con el gobierno de Chávez en sus inicios, habiéndose desempeñado como Jefe de la Oficina de Asesoría Económica y Financiera de la Asamblea Nacional entre los años 2000 y 2004. Posteriormente se desencantó de aquel gobierno y lo hizo público a través de conferencias y escritos, como uno que lleva por nombre: “La revolución vacía; las promesas incumplidas de Hugo Chávez”. vaya al foro En las declaraciones a la prensa de esta semana, Rodríguez hace unas afirmaciones sorprendentes en las cuales da la razón al gobierno de Maduro por algunas de las decisiones tomadas recientemente y presenta la situación económica general del país como manejable y nada relativamente seria; una situación que solo requiere de algunos ajustes. El tono amigable y condescendiente de sus declaraciones dio combustible a especulaciones de acuerdo a las cuales algunos actores cercanos al régimen están haciendo denodados esfuerzos por llevarlo a él o a un técnico como él, al gabinete, y de esa manera tratar de detener lo que perciben como una caída en picada de la economía. ¿Hay alguna posibilidad de que uno o dos buenos economistas, llamémoslos tecnócratas, pudieran revertir la situación de la economía venezolana? Creo que no; que no existe ninguna posibilidad de que eso ocurra. Hay por lo menos cinco razones por lo que ello sería imposible. La primera son las taras ideológicas del régimen. Para Maduro y muchos de los que lo acompañan en su gabinete el sector privado es un enemigo a vencer. Los esfuerzos que realiza ocasionalmente por llamarlo a la colaboración son rápidamente seguidos por ataques y descalificaciones despiadadas. Ningún tecnócrata va a modificar esa conducta que es naturaleza misma del personaje y su régimen. La segunda razón es la extensión y profundidad que ha alcanzado la corrupción. La razón, por ejemplo, por la que existe un sistema “irracional” de múltiples tipos de cambio, no es solo de incompetencia económica o de interés político por controlar la sociedad venezolana. Es también que ese sistema cambiario es posiblemente el negocio más lucrativo que existe hoy en la economía venezolana, más que el narcotráfico porque no tiene además ningún riesgo. El cartel de los soles se queda corto frente al cartel del 6,30. Un tecnócrata caído del cielo no va a acabar con ese pequeño negocio. La tercera razón es el estado de degeneración de la administración pública. Esta se hizo totalmente clientelar, destruyendo los mecanismos de formulación, ejecución y seguimiento de políticas públicas. El aparato de Estado no tiene ninguna capacidad de ejecutar decisiones medianamente complejas que se tomen en instancias altas de gobierno. La cuarta razón es la ausencia absoluta de liderazgo. Inclusive si Maduro se convenciera mañana de manera absoluta del cambio de modelo que hay que practicar en Venezuela, él carece del liderazgo necesario para mover en esa dirección a su partido y a su cada vez más precaria base de sustentación política. Maduro está paralizado no solo porque no sabe qué hacer sino porque no tiene liderazgo para mover el gobierno en ninguna dirección que no sea la inercia en la que viene; la inercia del caos. La quinta razón es la total falta de confianza en el régimen, de parte de los actores económicos nacionales y extranjeros. Otra vez, inclusive si fuera que Maduro y su gabinete, a pie juntillas, le prometieran al mundo y hasta firmaran un documento comprometiéndose con un programa serio y profundo de reformas, nadie les creería, ni invertiría un dólar basado en esas promesas. Como la confianza es un requisito más que fundamental para sacar una economía de la recesión, máxime de un caos como ese en el que se encuentra la economía venezolana, el éxito de las reformas bajo la dirección del actual régimen estaría negado. Por todas estas razones, cualquier profesional serio que sea invitado a formar parte del presente régimen para contribuir a revertir el curso de la economía, tendría que comenzar por decirle al presidente lo siguiente: el principal problema económico que padece el país no es la caída de los precios petroleros, ni el déficit fiscal, ni la inflación, ni los diferenciales cambiarios. El principal obstáculo es usted, su modelo y su régimen. gerver@liderazgoyvision.org Etiquetas: Gerver Torres Canal Noticiero Digital Sección: opinión

jueves, 16 de julio de 2015

Trabajar el talento Luis Ugalde S. J.

Trabajar el talento 22 Enviar por mail Imprimir Rectificar LUIS UGALDE 16 DE JULIO 2015 - 12:01 AM Venezuela va cayendo en la cuenta de que el oasis de la renta petrolera era un terrible espejismo. No es un oasis, pero sí un buen recurso para que el hombre con su talento transforme el desierto en un vergel. El espejismo está en creer y en enseñar que somos un país riquísimo porque “tenemos las mayores reservas petroleras del mundo” y con su venta a los extranjeros y distribución de esos ingresos a los venezolanos necesitados, entraremos al paraíso, sin necesidad de convertirnos en productores. Frente a esa ilusión, miseria y frustración, debemos construir con talento y esfuerzo el camino productivo con soluciones efectivas a problemas concretos. La verdadera “riqueza” de Venezuela –como la de otros países– es el talento de los treinta millones de venezolanos, centrados en desarrollar la valía de su propia persona y empeñados en agregar valor al producto económico, político y social de nuestra sociedad. La clave para salir de la miseria es el talento de los venezolanos; esa es la verdadera riqueza del país que hoy en gran parte se pierde. ¿Qué hacer para que la familia y la escuela se centren en el desarrollo integral del talento de niños y de jóvenes, para que la escuela sea eficaz en el cultivo de ese talento del cual dependerá la producción de la riqueza nacional? Desarrollar una formidable emoción de niños, jóvenes y maestros en la búsqueda de la mejor forma de encontrar y de potenciar el talento de cada uno. El niño tiene que sentir gran gusto en descubrir sus propias cualidades. La maestra lo guía en las sorpresas diarias de encontrar lo que creía no tener. Es el gusto por desarrollar sin límites sus propios talentos y ensanchar las fronteras de su capacidad de hacer el bien y el deseo de ser bueno. Sacar cada día más del propio pozo entusiasma a la persona y le toma gusto. Para esto hay que poner metas muy altas, como ocurre, por ejemplo, con todo éxito en niños y jóvenes venezolanos que pusieron su horizonte deportivo en llegar a jugar beisbol en las Grandes Ligas y lo lograron. Ese horizonte mueve y mantiene todo el esfuerzo diario y la medición de sus avances, les alienta ver sus progresos y lo que alcanzaron otros como él. La educación tiene que ser muy exigente, pero una exigencia con sentido y gusto interno en conseguir aquello que más se desea. Es todo lo contrario de convertir la educación, sobre todo la del pobre, en un camino sin ascenso, sin exámenes, sin metas; todo regalado porque es pobre, y todo negado porque nunca aprende a producir. Un camino que le regala notas, que le pasa los exámenes sin saber y que le admite en las universidades sin exigir preparación, es el mayor desprecio de las potencialidades del pobre. Vemos en los barrios pobres cómo las personas se transforman cuando se centran en el gusto por dar lo mejor de sí. Si se le dan las oportunidades como a los demás, con su propio talento superará todas esas barreras. Ese es el milagro de las orquestas juveniles y también de Fe y Alegría, que florecen y fructifican donde los prejuicios hacían pensar que no se podía, por las condiciones adversas o por la precariedad de los medios. Ningún oficio hay en la sociedad más necesario que el del maestro capaz de conducir en el aprendizaje de los diversos saberes y de la sabiduría de reconocer y hacerse solidario con el otro. Ninguna profesión es tan maltratada y subvalorada. Para que el crimen se reduzca es necesaria la coherencia entre el gusto interno por el bien y el condicionamiento externo con el adecuado ordenamiento social de estímulos, premios y castigos bajo la ley. Maltrata al joven la sociedad donde es premiado el mal y triunfa el malandro (sea su vecino o el ministro del gobierno o el pseudo-empresario vendedor de dólares preferenciales) que recibe poder y reconocimiento. La falta de castigo del mal y la impunidad del delincuente y su prosperidad, predican por las calles lo que esta sociedad premia. En paralelo con la escuela que trabaja el talento y lo desarrolla, necesitamos la empresa que busca talento. Hay 14 millones de venezolanos que constituyen el talento potencial de trabajo. No saldremos de la pobreza y de la frustración sin decenas de miles de empresas privadas exitosas que buscan esos talentos y los ponen a valer productivamente y a jugar en equipo. Ese panorama creativo-productivo se completa con un sector público de trabajo eficiente, con transparencia y sin ventajismo clientelar, donde solo el talento progresa. Es una transformación cultural, un reto formidable, atractivo y necesario. Enviado desde mi iPad

jueves, 9 de julio de 2015

Grecia: No es suficiente....... Trino Marquez

opinión Trino Márquez Trino Márquez ND Grecia: no es suficiente el Partenón 9 Julio, 2015 Atenas, al comparársele con el resto de las capitales europeas, es una ciudad con pocos atractivos. Sin embargo, cuenta con la deslumbrante Acrópolis, y en medio de esta, el Partenón, una de las construcciones más espectaculares del planeta. Esperar el atardecer en las faldas de la colina y ver cómo van encendiéndose las luces que iluminan la imponente edificación constituye una experiencia estremecedora. Es lícito soñar que de repente aparecerán caminando Platón, Aristóteles, Sócrates o Fidias, uno de los escultores de manos mágicas que esculpió los frisos del templo dedicado a la diosa Palas Atenea. vaya al foro En la misma zona cultural se encuentra el Museo de la Acrópolis donde se hallan algunas de las maravillas del arte helénico y numerosas piezas talladas que lograron preservarse del Partenón. Sorprende que hace más de 2.500 años, cuando el resto de Europa no había salido de la Edad de Piedra, los griegos clásicos hubiesen sido capaces de idear y fabricar esos portentos. Viendo estas obras, o las que se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional, se entiende por qué puede hablarse del Milagro Griego, sin que exista el menor asomo de exageración. Las causas que condujeron a la decadencia de la civilización helénica han sido ampliamente debatidas por los historiadores. Las hipótesis son variadas. No viene a cuento examinarlas. Me interesa solo destacar que los griegos de la actualidad aún viven de ese pasado remoto y extraordinario. Grecia es una nación que recibe millones de turistas anualmente que van a admirar las maravillas que construyeron los lejanos antepasados, y que quieren escuchar o leer las metáforas de la Mitología Griega en la propia tierra donde tanta y rica imaginación se desplegó. Esos visitantes dejan miles de millones de divisas en los hoteles, restaurantes y museos. Sobre la industria del turismo, en primer lugar, y de los astilleros y de los productores de aceite de oliva, los gobernantes quisieron montar un Estado que no era de bienestar, sino populista y demagógico, que no son términos equivalentes. Estado de Bienestar el que se construyó en Alemania a partir de Bismark, a finales del siglo XIX; o en Inglaterra, luego de la Segunda Guerra Mundial a raíz de los informes de William Beveridge. Estos Estados benefactores han podido levantarse y mantenerse, sobre todo el alemán, porque el Estado propicia el desarrollo de economías altamente eficientes, competitivas e innovadoras, capaces de generar excedentes que, transmutados en impuestos, retornan a la sociedad convertidos en beneficios para todos sus habitantes. Trabajo, disciplina, ascetismo son valores que se proyectan desde las altas esferas del poder porque la gente lo exige. En Alemania la austeridad y el control del gasto público han sido una norma inapelable tanto en gobiernos socialdemócratas como socialcristianos. El derroche quedó proscrito. El castigo de los votantes resulta despiadado. En el otro extremo se encuentra Grecia, convertida desde hace muchos años en el paraíso del populismo. Del reparto sin que se genere la riqueza para alimentarlo. Syriza, el partido de la izquierda demagógica, que levanta las banderas contra los programas de ajuste neoliberales, y su líder, el carismático e irresponsable Alexis Tsipras, llevaron el populismo a la cima de la indolencia. Jubilaciones a los 55 años de edad para los varones, déficit fiscal superior a 13% del PIB, cuando la Unión Europea establece como regla que sea menor de 3%, un sector público innecesariamente extenso, regulaciones y controles desmedidos, son algunos de los vicios que han provocado la ruina de los helenos, cuyos gobiernos contrajeron una deuda superior a los 250 mil millones de euros. Ahora piden un nuevo rescate por 30 mil millones, que se sumarían a la deuda acumulada. Por supuesto que el FMI y los gobiernos europeos se resisten a lanzar este nuevo salvavidas sin contar con las garantías que permitan disciplinar a los díscolos mandatarios. Los dirigentes europeos no quieren seguir sufragando la insensatez del gobierno griego, ni los hábitos poco edificantes que el populismo alimentó en los ciudadanos. Para salir del foso en el que se encuentran, que no se remediaría con la salida de la Zona Euro, los griegos tendrán que entender que el modelo que sus élites políticas deben proponer no puede ser el del socialismo del siglo XXI, sino el de una democracia estable con una pujante economía de mercado. No serán Syriza y Tsipras quienes encarnen ese cambio. Del Partenón y la Acrópolis no pueden seguir viviendo. @trinomarquezc Etiquetas: Trino Márquez Canal Noticiero Digital Sección: opinión

jueves, 2 de julio de 2015

Aprender de Vietnam Luis Ugalde S.J.

APRENDER DE VIETNAM LUIS UGALDE SJ Nuestra educación está en bancarrota y sigue cuesta abajo. Ocultando la realidad en esta y otras áreas, el gobierno decidió no participar en las pruebas internacionales PISA, que miden “lo que saben los estudiantes y lo que pueden hacer con sus conocimientos”. Nosotros somos revolucionarios y no nos vamos a someter a mediciones capitalistas para saber si los muchachos razonan y leen bien y cuánto aprenden en matemáticas y ciencias. El gobierno comunista de Vietnam, que no es revolucionario de opereta y quiere sacar a su país del subdesarrollo, decidió en 2012 participar y medirse con los mejores del mundo en estas pruebas y arrancó con buen nivel. En 2015 sorprendió con el puesto 12, muy por delante del puesto 28 de USA y 51 del mejor de América Latina. Los jóvenes vietnamitas de 15 años obtuvieron una puntuación más alta que los norteamericanos y los ingleses en lectura, matemáticas y ciencias. Vietnam, como país colonial hasta ayer y todavía el más pobre de los 65 participantes en la prueba PISA, tiene serios déficit de cobertura escolar, pero sabe que necesita buscar el mejor nivel en los aprendizajes escolares. Nos preguntamos cómo logra Vietnam este puesto 12 cuando lo latinoamericanos están entre el 51 y 65. Se nos informa que el secreto está en un trípode: una clara decisión educativa del gobierno, un plan de estudios coherente para lograr las metas, e inversión en el profesorado. Mirar y aprender de los países más exitosos con claros objetivos de superación. En 2010 dedicó 20% de todo el gasto público a educación, lo que supera en porcentaje a todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El currículo se centra en las habilidades básicas, frente a otros que abarcan mucho y memorizan sin enfocarse en lograr lo fundamental y duradero. Aprenden menos cosas, pero fundamentales y con más profundidad. La escuela en Vietnam es muy exigente. En contraste, nuestro “revolucionario” pasar materias sin verlas, aprobarlas sin saber, entregar títulos sin exigir respaldo de conocimientos, es un fraude gigantesco que tiene sus costos. Así como se convierten las universidades en campo de frustración y fracaso al obligarlas a admitir sin examen, aun a quienes carecen de la mínima preparación. Los maestros en Vietnam están muy bien considerados en la sociedad y son respetados en sus escuelas y aulas. Hay convicción de que el desarrollo y bienestar de su país depende del buen desarrollo del talento de su población y de que la familia y la buena escuela son la clave. No hay mejor inversión y toda la sociedad debe crear esa conciencia y clima educativo. Entre nosotros la falsa idea repetida de que somos un país riquísimo, y que en consecuencia nuestro problema económico no es producir riqueza, sino repartir la que hay en abundancia natural, es la madre de todas las frustraciones y errores. Por el contrario, el talento y la bondad potencial que se esconde en cada venezolano y la convicción de que somos pobres lleva a apreciar que la buena formación es el secreto para salir de la pobreza económica y política y de la miseria de la convivencia social. La buena escuela es la clave del cultivo del talento y de la buena cosecha. Desde luego, no basta con tener a todos los muchachos en una buena escuela con buenos maestros, si en paralelo no se desarrollan decenas de miles de empresas exitosas en conexión con la escuela y dispuestas a recibir a esos jóvenes que se preparan adecuadamente. Lo contrario termina en el desempleo y el éxodo obligado de jóvenes preparados, porque en su país no hay opciones de trabajo y de vida. Cuba era un caso típico donde la educación era mejor que las oportunidades de trabajo, realmente miserables, ayer y hoy. Un nuevo gobierno en Venezuela requiere un consenso grande y decidido para exigir y apoyar la buena escuela y un excelente sistema educativo con creatividad plural para que por lo menos 8 millones de niños y de jóvenes durante una docena de años saquen lo mejor de sí. Es la base para producir una economía exitosa, una ciudadanía con responsabilidad y sentido solidario de bien común con una política democrática, que sean verdaderamente envidiables. Ese es el futuro de Venezuela. PUBLICADO POR EL BLOG DEL GRUPO AVILA EN 11:4ì Enviado desde mi iPad

miércoles, 1 de julio de 2015

Negociando la salida Pablo Aure

¡Hasta cuándo! Negociando la salida Pablo Aure @pabloaure El diálogo se complica cuando las partes en conflicto no usan el mismo lenguaje. Eso es lo que ha ocurrido en Venezuela. Hay un sector de oficialistas que lleva cualquier intento de negociación al terreno militar y de combate. Hablan de conspiración, guerra económica, intento de golpe, en fin, dibujan un ficticio peligro permanente. Desde luego, para quienes dirigen la política no es difícil esa representación, pues ese ha sido el lenguaje aprendido durante sus pasantías en los cuarteles o en las bandas delictuosas a las que pertenecían cuando se dedicaban a secuestrar y a atracar bancos para financiar sus agrupaciones políticas. Tribunales de guerra Los tribunales que juzgan a los políticos no tienen como norte ni la justicia ni el derecho. Nada de eso. Obedecen al jefe de la nación, de la región y hasta del batallón cuya misión principal -porque consideran que estamos en guerra- es neutralizar al “enemigo”, que pudiera ser nacional, regional o local. Aparentan “juzgar” al enemigo cuando la verdad es otra: literalmente lo ajustician, mutilándoles el derecho a la libertad, a expresarse o a participar en política a través de inhabilitaciones. Todo esto no nos debe amilanar. Llevamos 16 años sufriendo las tropelías del régimen. Pero todo tiene su final. Estamos presenciando los estertores de esta felonía y no es porque se hayan arrepentido, sino porque están acorralados. La situación económica y la quiebra del país les pasarán factura. Preferirán una salida negociada antes que la venganza del pueblo. Negociando la entrega Los delincuentes cuando están acorralados o cansados de su peligroso “oficio” buscan la manera de negociar. Llaman al abogado para que hable con el fiscal y tratan de que se les impute un delito que les permita cumplir una pena de poco tiempo y así disfrutar de lo que han robado. Eso sí, nunca el delincuente demostrará debilidad, porque si lo hace la negociación no le será favorable. En Venezuela había mucho que robar. De hecho la quebraron. Por acción u omisión, los que están en el poder son cómplices o autores de ese desfalco. A ellos podremos acusarlos de lo que nos provoque, menos de tontos. Pero, ¿para qué seguir en este berenjenal, si ya tenemos bastante siendo cada vez menos las oportunidades de alcanzar un adicional beneficio económico y quizá se compliquen las cosas? No es de extrañarse que en las negociaciones vaya implícita la inmunidad e impunidad a capos y el enjuiciamiento a testaferros, que serán los sacrificados. Instrumentos para negociar Mantendrán encarcelado a Leopoldo López porque es un instrumento para la negociación. Irán soltando poco a poco a los demás presos políticos como garantía de cumplimiento. Todo lo que el oficialismo diga estos meses tendrá como finalidad lograr mayor provecho de las negociaciones -no pueden demostrar debilidad- Lean bien: Cuba con EE UU están negociando la salida de esta era chavista. Ánimo que estamos a las puertas de la transición. Publicado por Pablo Aure en 6:14 No hay comentarios: Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir en Pinterest