lunes, 28 de marzo de 2016

El Peso de la Economía Leopoldo Martínez

EL PESO DE LA ECONOMÍA EN LA TRANSICION DE VENEZUELA

   

     LEOPOLDO MARTINEZ
En 2012 (último de la presidencia de Hugo Chávez, antes de su fallecimiento), Venezuela, ya convertida en una economía de puertos, importaba 60 millardos de dólares. 28% de esos productos venía de Estados Unidos, 16% de China, 9% de Brasil y 4% de Colombia y Argentina, respectivamente. Se exportaban 80 millardos de dólares, 47% de estas ventas a Estados Unidos, 17% a China y 14% a la India; 80%, petróleo crudo y el resto, productos petroleros refinados o derivados.
En este momento, el país, absolutamente dependiente de sus mermadas exportaciones petroleras, exporta cerca de 37 millardos de dólares e importa 36 millardos de dólares. Y las importaciones ya no solo incluyen hasta el café sino también petróleo y gasolina (cuyo valor ya está por encima de 8% de las importaciones totales). No obstante ese precario equilibrio en la cuenta comercial, el movimiento de capitales hacia el exterior en la balanza de pagos se ve seriamente comprometido cuando se asume el servicio de la deuda externa, que monta algo más de los 15 millardos de dólares anuales.
Para ilustrar la magnitud del efecto destructivo del modelo económico ensayado en Venezuela, recordemos que nuestros vecinos andinos, Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador, mantienen reservas internacionales líquidas (excluyendo oro y derechos especiales de giro ante el FMI) del orden de los 59, 44, 15 y 4 millardos, respectivamente, mientras Venezuela tiene solo 2,6 millardos de dólares.
Como tercer dato, el valor agregado del patrimonio de toda la banca venezolana, por el efecto de la brutal devaluación, en términos reales no supera los 500 millones de dólares.
Finalmente, la economía entra en su cuarto año consecutivo de decrecimiento, acumulando ya una pérdida en el PIB de más de 11%. Entre tanto, más de 30 millones de hectáreas cultivables en manos del Estado se mantienen totalmente improductivas; y el desempleo abierto y encubierto, sumado al subempleo, afecta a más de 50% de la población laboralmente activa del país.
Por su parte, los salarios siguen atados a una ficción cambiaria, mientras la devaluación y las distorsiones los van dejando rezagados hasta el punto de que el valor de la canasta alimentaria, por sucesivos los ajustes en la estructura de costos y precios, representa más de 12 salarios mínimos.
Con este pliego de datos podemos destacar tres conclusiones:
En medio de una increíble contracción económica signada por la caída en los precios del petróleo, el gobierno de Nicolás Maduro ha escapado hacia adelante sin hacer nada por estimular la producción y reduciendo el consumo de los venezolanos en casi 50%. Sin decretarlo, el gobierno ha metido al país en una brutal política de racionamiento, sin asomar una hoja de ruta para retomar el camino del crecimiento.
Venezuela tiene menos de un mes de importaciones en reservas internacionales; y cada vez que se aproxima un pago de deuda externa, sacrifica el flujo de importaciones agravándose de forma dramática la contracción del consumo.
Si mañana un grupo de inversionistas decididos a trabajar por el país decidieran emprender 5 o 6 proyectos de envergadura, la banca toda no tendría capacidad de prestarles los fondos requeridos, dado el actual patrimonio del sistema bancario.
Y, finalmente, si se hiciera un ajuste en el salario, que permitiera el consumo de la canasta básica, posiblemente la mayoría de las empresas del país tendría que cerrar.
Una situación de esta magnitud no puede resolverse sin un plan que sume el apoyo de todos los sectores del país, empresariales, gubernamentales, políticos, sindicales y gremiales. La aguda tendencia al deterioro, con la gente a merced de la escasez y la inflación más alta del mundo, no puede abordarse promoviendo una conflictividad política que constituiría un serio agravante de la crisis.
Venezuela no solo requiere un mecanismo de transición política e institucional. Es preciso acompañar ese proceso con una transición hacia un nuevo modelo económico, que comenzaría con una fase de ajustes acordados y programados con el apoyo de todos los sectores, enmarcados en ese acuerdo de gobernabilidad política con el que comienza la transición.
Hay grupos que piden la renuncia del presidente y otros la enmienda constitucional. Ambas propuestas se ahogan en la conflictividad o mueren en la Sala Constitucional del TSJ.
Otros actores promueven el referendo revocatorio. Diera la impresión de que si la recolección de firmas para convocar este último se hiciese conjuntamente con las elecciones regionales a final del año, el revocatorio podría ocurrir dentro de los últimos dos años del actual periodo constitucional. De esta manera se habilitaría una transición negociada, encabezada por un vicepresidente capaz de expresar consensos, para abordar la primera etapa del costoso ajuste económico que se impone.
Si revocatorio se produjera este año, y antes de entrar en el último bienio del periodo constitucional, estaríamos entonces enfrentados a un escenario de elección general (presidente y gobernadores de estados), en medio de una crisis económica agravada en la dinámica electoral. Quien resulte electo tendría que formar una coalición o acuerdo de gobernabilidad de anchísima base. De lo contrario, la turbulencia del ajuste económico ineludible lo dejaría sin capital político en cosa de meses, lo que agudizaría la crisis en todas sus manifestaciones.
Es sencillo darse cuenta de que a estas alturas no hay caminos o estrategias supremacistas en que oficialismo u oposición puedan salir airosos. Tarde o temprano, tendremos que allegarnos a un gran acuerdo nacional. Si nos tardamos demasiado quizá terminemos importando aire para aliviar la asfixia que ya asedia la vida cotidiana de los castigados venezolanos.
Nos leemos por Twitter @lecumberry.
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sábado, 26 de marzo de 2016

La revolución se muda....Miguel Sanmartin

La revolución se muda al Imperio

MIGUEL SANMARTÍN |  EL UNIVERSAL
sábado 26 de marzo de 2016  12:00 AM
La gran mayoría de los venezolanos (encuestas recientes cifran el descontento general en 80%) coinciden, camarita, en tres aspectos fundamentales sobre la actual crisis socioeconómica que afecta al país: Que el gran culpable de la misma es el Presidente, que la situación se pondrá aún peor en los próximos meses y que la única manera de resolver las calamidades que hoy agobian a la población es la salida anticipada del mandatario.

Con el relevo adelantado -mediante mecanismos constitucionales, según se matiza en reciente encuesta de Hinterlaces- de quien consideran es el responsable de las calamidades que soporta la ciudadanía (algunos califican esta crisis de emergencia humanitaria debido a los elevados niveles de escasez de alimentos y medicinas) se manifestó 58 % de los consultados por dicha empresa.

En palabras de Oscar Schemel, presidente de la encuestadora, la muestra recogida en febrero revela que "el Presidente no ha ‘aterrizado' en los problemas concretos de la gente: desabastecimiento, inflación e inseguridad". Pero dice más: "El Presidente está atrapado en una especie de enredo ideológico. Pareciera que está viviendo una fantasiosa épica revolucionaria y no aterriza en los problemas concretos de la gente, que está cansada. El presidente no está en sintonía con las verdaderas demandas y expectativas de los venezolanos".

Esta misma es la opinión que sobre la crisis nacional comparten millones de ciudadanos. Ya sean académicos, especialistas, expertos o legos. También es la percepción de cientos de miles de personas comunes: funcionarios públicos, empleados del sector privado, trabajadores por cuenta propia, amas de casa, jóvenes estudiantes y profesionales, jubilados, pensionados, desempleados, etc. Incluso comparten este mismo criterio quienes son usuarios de programas como Barrio Adentro, Negra Hipólita, Mercal o las misiones Alimentación y Hábitat, entre otras iniciativas sociales del Gobierno, cuyos servicios o beneficios han decaído últimamente. Así mismo coinciden en esa visión simpatizantes o dirigentes del "proceso" bolivariano. Centenares de afectos al régimen sienten y hoy critican abiertamente el deterioro generalizado y progresivo de la sociedad y la pérdida de la calidad de vida. Y con ella la fuga de la ilusión, de la confianza y de talentos que buscan oportunidades en otras latitudes. Además, esos partidarios rojos cuestionan el estilo sectario y arbitrario de gobernar de sus camaradas.

Cada vez son más los "revolucionarios" vernáculos (tanto los de corazón como los impostores por conveniencia) que admiten el tremendo fracaso del Socialismo del Siglo XXI. De este modelo castrochavista (capitalismo militar de Estado) que se fundamentó en el personalismo, el mesianismo, el populismo, la confrontación ideológica, el acoso institucional y el derroche de los ingresos petroleros de los últimos 17 años. Que proliferó el asistencialismo, auspició la anarquía laboral, estimuló la insubordinación e institucionalizó la holgazanería. Que destruyó Pdvsa, propició la ruina de las empresas de Guayana, las refinerías y las petroquímicas. Que mermó la capacidad de producción de todas las fábricas y tierras agrícolas que ocupó o expropió. Que disminuyó la operatividad de la industria privada. Que posibilitó el deterioro de la infraestructura del país por desidia y falta de inversión. Con todo lo cual es el gran causante de la contracción del mercado laboral, la pérdida de empleos formales, el deterioro de la capacidad de compra y el aumento de la pobreza. También es el inductor de la anarquía imperante y responsable del aumento de la criminalidad y de la corrupción campante que sometió a las grandes mayorías a todo tipo de privaciones, penurias, iniquidades, especulación, racionamiento e incluso a sufrir represión y cárcel por expresar opiniones contrarias al régimen y su modelo autoritario de control social. 

Mientras la cresta del (rojo) poder supremo sigue reacia a la rectificación de rumbo político y económico (la población percibe que no hay disposición para ello, por lo cual cada día gana mayor consenso la opción de un cambio anticipado de Gobierno) tres hechos en pleno desarrollo contrastan con la terquedad oficial:
1.- La gradual pero incesante (¿se volverá masiva pronto?) migración de condestables revolucionarios para turistear, visitar familiares, tratamientos médicos, recorrer casinos, hacer compritas de temporada o "simplemente" instalar sus negocios y residencias (algunas verdaderas mansiones, como corresponde a su nuevo status empresarial y económico) permanentes o de veraneo en el "Imperio mesmo". También lo están haciendo, sin discriminación ni prejuicio, en Canadá, España, Portugal, Francia, Inglaterra, algunas islas del Caribe o en cualquier otra latitud donde consideren a salvo su autonomía y patrimonio.
2.- La visita de Barack Obama a Cuba. Este acercamiento aísla aún más a Venezuela del resto del mundo, sobre todo le distancia de su último gran aliado político. En lo adelante la relación entre La Habana y Caracas será menos ideológica y más más asistencial ya que los Castro querrán seguir recibiendo petróleo venezolano regalado mientras, por otro lado, hacen ventajosos negocios con su recién estrenado aliado.
3.- La crisis política en Brasil que se agravó a raíz de la trama de corrupción detectada en Petrobras y la empresa Odebrecht en la cual vinculan al ex presidente Luiz Inacio Lula Da Silva (benefactor ideológico y económico del régimen venezolano) y al Partido de los Trabajadores. Este escándalo, también por lavado de dinero, generó una ola de protestas que comprometen la estabilidad del gobierno de Dilma Rosseff. Tanto esta conmoción como las recientes derrotas de Cristina Kirchner en las presidenciales argentinas como la de Evo Morales en el referendo boliviano marcan una tendencia a la defunción de estos gobiernos de izquierda radical como el instaurado en Venezuela por el fallecido Hugo Chávez.

msanmartin@eluniversal.com





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viernes, 18 de marzo de 2016

Unificación cambiaría, o muerte Fausto Maso

Unificación  cambiaria, o muerte
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             Fausto Masó 
Se extingue sin grandeza el populismo  latinoamericano: en Argentina los Kirchner robaron hasta más no poder, en Brasil Lula y Dilma perdieron la aureola revolucionaria, en Venezuela el ex-asesor del fallecido Hugo Chávez, Heinz Dieterich dice que  “El presidente Nicolás Maduro estará al frente de Venezuela menos de dos meses”. Heinz Dieterich descubre el agua tibia, afirma que, “los problemas de Venezuela radican en la catastrófica situación económica, la incapacidad del Gobierno, reformas forzadas e intereses externos.” Y concluye  “La indolencia del Gobierno es grande. Maduro ha perdido prácticamente el tiempo que ha gobernado desde la muerte de Chávez. Según  Dieterich Maduro  “no durará ni ocho semanas en el gobierno y probablemente será suplantado por una junta de gobierno.” Exagera, y mucho, pero es verdad que faltan alimentos básicos, solo que nadie pierde el poder  si no le dan un empujón final. A Maduro lo salva, hasta ahora, la inercia, no han encontrado una forma de sacarlo de Miraflores. 
En una investigación reciente la encuestadora de Seijas revela que “80,3% de los encuestados se expresó a favor de un cambio en la “conducción del país” ante el cuadro nacional que se está viviendo actualmente, mientras que sólo el 15,9% expresó no desearlo. El 3,8% no contestó. Al indagar de seguidas acerca de si la Oposición tiene la capacidad y la determinación para cambiar el actual estado de las cosas en el país, el 59,5% expresó “si”, el 30% que “no” y el 10,5% no respondió.”
Ante la pregunta sobre la “situación en general del país, hoy en día”, un mínimo de 0,3% la calificó de “muy buena”; el 3,2% de “buena” y un 12,0% de “regular hacia mala”. En el otro lado, el 33,5% la calificó de “muy mala”, el 36,3% de “mala” y el 13,3% de “regular hacia mala”. En resumen que la “situación general” es percibida como mala por el 83,1% de los encuestados, mientras que el 15,5% la percibe como buena.
Lula está en las puertas de la cárcel, Dilma quiere salvar a Lula nombrándolo jefe de gobierno, pero en la calle  millones de brasileños la acusan de ladrona y los jueces afirman que nombrar a Lula es ilegal,  Lula además habla como una cotorra por teléfono, se le graban decenas de conversaciones terribles donde la presidenta le dice que le enviará credenciales presidenciales si las necesita. 
¡Cómo robaban en Petrobras! ¿Descubriremos un día lo mismo en PDVSA? Ojalá que no. Brasil se enfrenta a una terrible recesión, peor que la venezolana. ¿Dilma saldrá del palacio presidencial? La situación de Venezuela y Brasil no es igual. En Brasil millones salen a la calle y la televisión  no la domina el gobierno como en Venezuela.
Hay otras diferencias, en Venezuela comparativamente entran más dólares. Hay crisis venezolana porque el chavismo no se decide a aplicar la unificación cambiaria 
“Unificar las múltiples tasas de cambio en una sola le permitiría al gobierno erradicar la especulación cambiaria y corregir las graves distorsiones que impiden calcular un precio justo para los productos de primera necesidad. Una tasa única de cambio sería menor que el dólar paralelo y ayudaría a desacelerar el ritmo inflacionario”
Pero no impondrán la unificación por ignorancia, hace dos años les hubiera sido muy fácil. A  Maduro y al chavismo los hunde la estupidez, la incapacidad para tomar decisiones. Quizá algunos economistas en privado le aconsejen la unificación, si la hubieran adoptado estarían en el mejor de los mundos. Maduro no hará nada. 
El dólar libre marcha hacia 1500. 
Ojalá que un futuro gobierno comprenda que los males momentáneos de la unificación se compensarán rápidamente y que ya la población comprende que la diversidad de cambios provoca la crisis económica. Claro que si no se actúa a tiempo, como le pasó a Maduro, la crisis se agravará.
Con un poco de sentido común se recuperaría el país, 
aún con el petróleo al precio actual al país llega una cantidad de divisas suficientes para cubrir las necesidades básicas.

La renuncia es lo sensato Óscar Hernández B.

LA RENUNCIA ES LO SENSATO

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OSCAR HERNANDEZ BERNALETTE

Presenciar en una noche la rutina de una sala de emergencia de un hospital público en Caracas fue una experiencia deprimente y pensativa. El retroceso en todos los sectores públicos es evidente. Es espinosa la situación del sector salud, el deterioro de nuestros hospitales, de lo grotesco de la violencia que allí llega. Los militares guardianes y los médicos entregados a trabajar en las peores condiciones. No son suficientes ni los médicos, ni las enfermeras ni los medicamentos; sobran, eso sí, los pacientes, sobre todo los que son víctimas de la violencia.
En esos saltos de reflexión pensé en el gobierno y volví a repasar la imperiosa necesidad que tenemos en Venezuela de cambiar de presidente. Es necesario que el actual inquilino de Miraflores dé paso a un nuevo gobernante que brinde oxígeno a una nación asfixiada. Necesitamos volver a pensar en positivo. La nación en su conjunto requiere de entusiasmo y de estímulo para buscar la salida constitucional a tantos problemas generados por el derroche, la corrupción y una pésima gerencia. Somos los venezolanos víctimas de la descomposición de las instituciones, de que se haya acabado con la meritocracia, de que se le haya dado preponderancia a la ideología sobre la capacidad de los individuos. Venezuela paga un altísimo precio por tanta improvisación.
En su conjunto, lo que hoy le pasa al país es responsabilidad de la pésima conducción; y, por haber fracasado, es ya tiempo de darles paso a nuevas corrientes del pensamiento. Se necesita un gobierno de unidad nacional, eficiente y con rostro nuevo. Las opciones constitucionales son varias. Sin duda, la menos dramática es la renuncia del presidente. Una negociación previa entre los factores políticos y una escueta carta le pueden economizar al país muchos más sacrificios. El factor tiempo es vital en estas situaciones.
Maduro debería tener sentido del tiempo. Llegó a la presidencia empujado. Tendría que ser consecuente con esos giros de la historia y entender en su justa dimensión que el país no lo necesita y que su mejor contribución en estos tiempos es dar paso.

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La transición democrática.....Natalia Brandler

LA TRANSICION DEMOCRÁTICA EN VENEZUELA Y SUS AMENAZAS

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     NATALIA BRANDLER


El mensaje es muy claro: el régimen de Nicolás Maduro no respetará la soberanía popular que se expresó el 6-D, porque para Maduro y el chavismo las elecciones son válidas solo si las ganan y mientras no impliquen la pérdida de su control de la política nacional.
El gobierno se ha apartado sin disimulo de las reglas democráticas y está transitando de un modelo “autoritario competitivo” a uno claramente autoritario, pues en la medida en que ha perdido los votos es menos competitivo y no puede legitimarse ante la opinión pública y la comunidad internacional a través de procedimientos electorales formales. De allí que ha optado por acentuar los aspectos autoritarios de su gobierno con el fin de mantener el monopolio del poder. Maduro, ha concentrado más poder en manos del Ejecutivo, y en manos de los militares y está arbitrariamente implantando reglas para impedir una transición democrática. 
Es cierto que la situación presente tiene características particulares: el régimen ha perdido una gran parte de su legitimidad a nivel internacional y ya no cuenta con la misma cantidad de recursos. El país está a punto de default y de un desastre humanitario lo que ha profundizado la crisis política del gobierno de Maduro. Pero ante esta situación, en lugar de buscar soluciones concertadas y bajar la presión política, ha emprendido un camino inconstitucional con visos radicales para seguir imponiendo un modelo históricamente fracasado.
¿Estamos ante una transición democrática? Para precisar, debemos preguntarnos si la oposición tiene capacidad de resistir y de ampliar sus espacios de poder y eventualmente lograr una enmienda, ganar un referendo y las elecciones presidenciales y así abrir el tránsito hacia la democracia, o si las acciones del Ejecutivo en alianza con los militares lograrán su objetivo de imponer y prolongar un régimen abiertamente dictatorial.
No hay que perder de vista que los intereses vitales del régimen, bienestar económico e impunidad legal, están altamente en riesgo, forzándolo a colocarse en posiciones radicales y de fuerza para aferrarse al poder. Su supervivencia política depende de su capacidad y voluntad de reprimir a sus oponentes. Mientras tenga control sobre la represión, impedirá cualquier iniciativa de la oposición o la suprimirá por la fuerza. Para ello necesita contar con la lealtad y la unidad de los organismos de seguridad y los militares bajo su comando. También depende de su capacidad de movilizar recursos financieros. Con este fin, Maduro sigue la estrategia de concentrar aún más estos recursos, en particular los provenientes de la renta petrolera. En este sentido, recordemos que las leyes de Contribución Especial Petrolera y la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público, promulgadas en 2012 por el presidente Chávez vía habilitante, le dan al Ejecutivo un poder económico sin control ni de la Asamblea Nacional ni del Banco Central de Venezuela. Además, al Fonden y los fondos pactados con China se transfieren recursos que son manejados de manera discrecional por parte del presidente, al igual que los préstamos en líquido que ha recibido de Suiza a cambio de transferir toneladas de oro a bancos de ese país y que solo el Ejecutivo administra. El régimen sabe que su futuro depende delcontrol absoluto de los recursos financieros y seguirá haciendo todo cuanto esté  a su alcance para mantenerlo. Cuba cuenta con eso.
La reciente creación de Camimpeg, la empresa para explotación petrolera y minera dirigida por el ministro de la Defensa, Padrino López, considerada una fachada para proteger los activos de Pdvsa fuertemente comprometidos, demuestra que el cuerpo armado es parte del Ejecutivo y que la empresa es un mecanismo para darle oxígeno a Maduro con el fin de intentar llevarlo hasta el final de su período, en 2019. Darles a los militares la posibilidad de manejar el negocio petrolero es asegurar: 1) que al Ejecutivo le sigan entrando recursos para tratar de mantenerse en la presidencia, 2) que la facción militar que lo sostiene lo siga apoyando y 3) que sus aliados cubanos sigan recibiendo divisas y petróleo.
Nicolás Maduro ha logrado mantenerse en el poder a pesar de su débil capacidad de liderazgo y a pesar de la oposición de amplios sectores del PSUV, gracias al apoyo del gobierno de Cuba y a su alianza con la facción militar presuntamente involucrada en negocios lícitos e ilícitos.  Si sumamos a esto el control total sobre el TSJ, un aparato de inteligencia cubano y un aparato de terrorismo de Estado incrustados en las instituciones que será difícil de desmantelar, vemos que el Ejecutivo aún posee importantes recursos de poder que utiliza para intimidar y amenazar a los líderes de la oposición, al sector privado y a la prensa libre y para favorecer a sus leales.
Es importante recordar que en julio de 2008, el presidente Chávez decretó la reforma la Ley Orgánica de las FAN, incorporando un cuerpo de leyes que retoman el concepto de un componente armado al servicio del proyecto político. A estas se le agregó el término de “Bolivariana” y se creó además el quinto componente: la Milicia Nacional Bolivariana, no contemplada en la Constitución, que depende directamente del presidente de la República a través del Comando Estratégico Operacional y actualmente constituida 1.500 grupos de militantes del PSUV, la mayoría entrenados en Cuba que ocupan todas las parroquias a nivel nacional, que están al servicio de la revolución y a la que el ministro de la Defensa, general Padrino López, acaba de ordenar dotarla con armas más poderosas para enfrentar las supuestas conspiraciones internas y externas. La Milicia Bolivariana es un ejército paralelo, el “pueblo en armas”, copia del modelo cubano. No podemos afirmar que la institución militar en pleno apoye al régimen, lo que sí es notorio es que sin el apoyo del Alto Mando Militar y el de los comandantes de divisiones de los cuatro componentes al presidente y al PSUV a cambio de privilegios, no sería posible torcer el rumbo constitucional y democrático del país.
Por supuesto, la nueva Asamblea Nacional está jugando un importante papel, el del retorno de la libertad de expresión, del debate plural y público y el de la lucha por los principios democráticos. Haciendo equilibrio, lleva al mismo tiempo una agenda legislativa y una política para lograr el cambio democrático, pero su propuesta de luchar en varios frentes de forma simultánea muestra cuánta dificultad hay para lograr una vía unitaria efectiva. La gente comienza a desesperarse ante la pesadilla de la cotidianeidad en Venezuela y exige a la oposición mayor liderazgo político preguntándose de qué sirve el camino de las leyes cuando no pueden ni aplicarlas ni hacerlas respetar pues las únicas reglas las impone el gobierno. Esto hace que sea imprescindible y urgente que la MUD, más allá de los caminos que pueda transitar para lograr la transición, logre mantener el apoyo de la población que votó por ella el 6-D, entre ellos un gran porcentaje de chavistas desencantados, lo que requiere una concertación con muchos actores sociales, políticos y económicos. Debería seguir el consejo de Lech Walessa, de que necesita apoyarse en los trabajadores para lograr el cambio. Allí reside su mayor recurso de poder, en el de los venezolanos que votaron por un cambio y que deben ser movilizados para lograr una resistencia efectiva.

(*) Natalia Brandler, PhD, es la directora del Groupe d'études politiques sur l'Amérique latine (GEPAL) en Francia.

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18 alegrías revolucionarias. Leonardo Padron

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                       LEONARDO PADRÓN

La gente es un caso. Le gusta quejarse. Es un asunto casi vocacional. Digo más, es uno de los deportes más placenteros del venezolano en estos tiempos. No sabemos apreciar lo que tenemos. Los pequeños momentos de gozo que nos son dados. Recuerden, lo han dicho los grandes maestros espirituales, en los detalles está la felicidad, en lo nimio, en lo inadvertido. El proceso revolucionario del comandante eterno nos ha llevado a dimensiones inéditas de la alegría y no hemos sabido valorarlas. Hemos sido ingratos.
Por eso he decidido hacer una breve lista de 18 placeres que antes no existían en nuestra vida y ahora, gracias a la gestión del camarada presidente y su -siempre en rotación- gabinete de ministros, podemos experimentar en toda su intensidad y valor.
1) Llegar vivo al hogar. Se ha dicho hasta el cansancio: nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Cada vez que cerramos la puerta de nuestra casa y comprobamos que, efectivamente, no hemos sido secuestrados ni baleados, sentimos en toda su magnitud el placer de estar vivo. Aleluya.
2) Abrir el grifo y que salga agua. Antes era un gesto tan rutinario que no nos causaba la más mínima emoción. Ahora, cada vez que abrimos el grifo o la ducha y oímos el sonido del crucial líquido, uno se alegra, sonríe, hasta le mejora el ánimo. En el fondo, sientes que es tu día de suerte.
3) Abrir el grifo y que salga agua incolora, inodora e insabora. Ya es un estado superior de la felicidad. Es un placer más complejo, más extraño. Pero también sucede. Su goce es indescriptible.
4) Prender la televisión y que no haya cadena. Es un placer escaso. Hay ciertos viernes en que ocurre. Valoras la experiencia de ver lo que realmente quieres ver. En ocasiones hasta puedes ver el programa completo.
5) Que si hay cadena, sea de las cortas. Tipo micro. Sucede. Aparece el caballo blanco cruzando la pantalla, la musiquita modo fanfarria militar, sueltas tu interjección habitual y entonces, cuando oyes la voz del locutor en off, entiendes que es una cadena de las cortas, de las de 5 o 10 minutos. Tu ser se llena de un alivio casi etéreo. Es un momento hermoso.
6) Que si hay cadena, y es de las largas, Maduro cometa un desliz verbal, un desatino conceptual, una barrabasada, en síntesis, que meta la pata. Es de las alegrías más abundantes. No sé por qué, pero uno se alegra.
7) Que consigas Harina Pan o café o azúcar o papel tualé el mismo día que lo saliste a comprar. Tiene la dimensión de un milagro. Es de los placeres más esquivos. Cuando ocurre, sientes que –efectivamente- Dios provee.
8) Que cuando se vaya la luz y vuelva (porque a veces vuelve), después de ese sonido fuerte y seco del apagón, tu televisor prenda. Da contentura. Y uno entiende cuánto quiere a su televisor.
9) Manejar desde Bello Monte hasta Los Palos Grandes y no caer en ningún hueco. O desde La Trinidad hasta San Bernardino. Da igual la ruta. Un día sin caer en un hueco. Es casi un # hashtag para la felicidad.
10) Leer la noticia de un enfrentamiento entre una banda y la policía y descubrir que esta vez no les explotó la granada. Al menos sientes que, por una vez, algo les salió mal a los malandros. La sonrisa es mínima, imperceptible, pero ocurre.
11) Que en la búsqueda desesperada de un remedio por las redes sociales lluevan los RT´s y de paso alguien aparezca anunciando que tiene dos cajitas del medicamento. Sientes que el prójimo es perfecto. Que la solidaridad es una fuerza poderosa. Vuelves a creer en la humanidad.
12) Cuando consigues el kilo de arroz a 400 Bs y no a 500 Bs. Dices JA! Lo sabes: le ganaste una al bachaquero de Artigas.
13) Conseguir un amigo que tiene un primo que trabaja en la Duncan. Uno hasta puede dar brinquitos. Se recomienda administrar la alegría.
14) Que vayas en el carro y pase a tu lado el entierro de un malandro, escoltado por cien motorizados, y que nada te pase. Es como para convertir en franciscano al más ateo.
15) Cada vez que Ramos Allup le replica a Diosdado Cabello en una sesión de la Asamblea Nacional y las cámaras transmiten el momento. Es el Nirvana.
16) Estás en el exterior, pagas un almuerzo con tu cupo viajero y te pasa la tarjeta de crédito. Nunca da tanta alegría gastar dinero. Ojo, no sabemos si eso volverá a ocurrir en el futuro. Disfrútalo mientras puedas.
17) Cuando, a la llegada al aeropuerto de Maiquetía, estás en la correa de equipaje esperando tus maletas y ¡aparecen sanas, salvas y cerradas! Hay gente que hasta se abraza.
18) Listémoslo de nuevo: el inesperado éxtasis de llegar vivo a tu casa. Ufff.
Son 18 pequeñas alegrías que sólo se viven en revolución. No seamos malagradecidos.

Leonardo Padrón
Por CaraotaDigital – mar 10, 2016

miércoles, 16 de marzo de 2016

El Valor del Coraje Trino Marquez

   El Valor del Coraje                                                   

Cuando el pueblo de Tumeremo tomó las calles y las carreteras aledañas para protestar por la desaparición de 28 mineros, la respuesta del gobernador Francisco Rangel Gómez fue de un desprecio indignante e impúdico. Negó el hecho atribuyéndolo a una maniobra opositora. El Gobierno Nacional se alineó con su postura. Diosdado Cabello habló de un nuevo invento fraudulento de los enemigos del Gobierno. La cúpula oficial no se conmovió ante la tragedia. La gente ni siquiera exigía detener a los culpables, solo pedía que devolvieran los cuerpos de los desaparecidos para, como en El hijo de Saúl, darles una digna sepultura.

Para modificar la incuria del oficialismo se combinaron varios factores: la persistencia de la protesta popular, la denuncia de los diputados Américo De Grazia y Andrés Velásquez, y la presencia en Tumeremo de los valientes periodistas de diversos medios de comunicación, quienes registraron testimonios a través de entrevistas a familiares y amigos de los desaparecidos. Las contundentes declaraciones y  la firmeza de la población obligaron al oficialismo a girar su postura. De la represión abierta y brutal de la Guardia Nacional Bolivariana y la militarización de la zona, pasó a considerar la posibilidad de que, en efecto, se hubiese producido la desaparición forzada de los mineros, debido a que en el área operan bandas delictivas asociadas con la extracción y comercialización del oro, hecho que se conoce desde hace décadas, cuando los  garimpeiros se apropiaron del terreno. Apareció el nombre de “El Topo”, pran que domina la región, aunque no de forma exclusiva, como eventual responsable de la matanza.
Acorralados por la presión ejercida desde distintos flancos, incluida la Asamblea Nacional que designó una comisión presidida por De Grazia para investigar los hechos, y por la solidez de los testimonios, el régimen se vio obligado a abocarse al examen de lo sucedido. Aparecieron la Fiscalía General de la República y la Defensoría del Pueblo. Alguien debe de haberle dicho a Rangel Gómez que se callara y no siguiera metiendo la pata, ni dejando en ridículo a un gobierno que no puede darle ni agua ni luz al estado Bolívar, donde circulan el Orinoco y el Caroní, los dos ríos más caudalosos del país, y se encuentra el Guri.
Se cumplieron los lúgubres vaticinios de familiares y amigos: los cadáveres aparecieron en una fosa común. Maduro, siempre extraviado y elusivo, con su eterno afán de buscar culpables donde no se hallan, acusa sin ninguna prueba que lo apoye a grupos paramilitares vinculados con la oposición. Todo el mundo sabe que bandas apertrechadas con armas de guerra depredan el ambiente y operan libremente por esos territorios desde hace décadas. La GNB se hace la desentendida, cuando no la socia directa y activa de los irregulares.
La desidia, insensibilidad y corrupción de los rojos han quedado de nuevo al descubierto. Todo episodio que se sale de la rutina cotidiana los toma de sorpresa. Son incapaces de anticiparse a los acontecimientos a pesar de poseer la información que les permite ser precavidos. Los únicos recursos a los cuales apelan son la acusación a priori de la oposición, el chantaje y la amenaza. A los familiares de las víctimas les prohibieron reunirse con los parlamentarios de la bancada democrática y con los periodistas. En un contexto tan inseguro como el que prevalece en Tumeremo, los fiscales que iniciaron el estudio del caso revelaron la identidad de uno de los sobrevivientes de la masacre. ¡Difícil mayor signo de estupidez!
La cortina de humo que el Gobierno tendió alrededor de la escabechina no le sirvió para ocultar la brutalidad de los hechos, ni el desamparo en el que se encuentran el territorio y la ciudadanía en el sureste de Venezuela. La GNB se esmera cuando reprime a los estudiantes o al pueblo desarmado, pero se extingue (o se alía con los delincuentes) cuando debe proteger el habitad y la gente.
En esta oportunidad las pruebas de la carnicería fueron mostradas gracias al coraje de la gente de Tumeremo y del resto de los factores que le impidieron al Gobierno escamotear la verdad. Ahora la lucha habrá que concentrarla en la búsqueda de los culpables.
@trinomarquezc


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lunes, 14 de marzo de 2016

Morir en un grito Dr. Fabio Fuenmayor V.

MORIR EN UN GRITO
    (0 800 NO HAY)
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Doctor Fabio Fuenmayor Valladares
Médico especialista en Cuidados Paliativos
Encargado de la Consulta de Cuidados Paliativos del Instituto de Oncología y Hematología.
Charallave, 25 de febrero 2016

Mientras la ministra de Salud anuncia en cadena nacional la “formación” de 90 telefonistas para que informen donde no  hay los  medicamentos esenciales y como ñapa, la misma funcionaria, cuya característica más relevante es poseer el peor currículo de ministro de sanidad alguno desde la creación del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, aparte de cometer la imbecilidad de decir que la escasez de medicamentos es por un consumo “irracional”… Bueno mientras esa cosa que puso el delincuente de la república pide llamar y preguntar, yo, Fabio Fuenmayor, médico  de Cuidados Paliativos del moribundo Instituto de Oncología y de Hematología, les pido a mis pacientes que ni siquiera pregunten por mi  consulta y he  decidido tomarme las 9 semanas de vacaciones vencidas del año pasado y las 11 de este año debido a que no tengo nada que recetarles para el  dolor oncológico que constituye más del 90% de los motivos de mi consulta.
Hoy he sido informado que BADAN (prácticamente la única  institución que expende analgésicos de manera masiva para los tratamientos que yo prescribo) está en la lona. Me imagino que empezarán a ocupar los anaqueles de sus centros de atención al público con estatuillas de José Gregorio y otras imágenes fabricadas diestramente en China, las cuales costarán una fortuna a más de  un millar de bolívares por dólar, a menos que a un bolichico le entreguen divisas a 10 y las revenda a 200 para importar: imágenes santorales de primera necesidad. A esos desgraciados enchufados, les sugiero que importen Biblias y ediciones de El Corán, porque no solo a los católicos y a los santeros les da cáncer.
No gozo del cinismo de Héctor Rodríguez, ni de la desvergüenza de Pedro Carreño y mucho menos del espíritu demoníaco de Diosdado Cabello, para decirle a mis pacientes, mirándolos a  los ojos, que no solamente se van a morir de cáncer, sino que además lo harán en medio del  sufrimiento de terribles dolores, que si bien en condiciones normales son difíciles de tratar, hoy en día por culpa del delincuente de la república, Nicolás maduro, ni siquiera van a poder ser tratados.
Es muy difícil compartir día a día el deterioro, el sufrimiento y  las complicaciones clínicas de un enfermo crónico; pero eso lo escogí yo, para eso llevo más de 30 años formándome y lo sigo haciendo. Lo que resulta inaceptable es presenciar ese mismo deterioro con las manos amarradas por un gobierno que les quitó a los enfermos desde la aspirina y los pañales hasta la morfina y las bombas de infusión. Cuando el delincuente atrabiliario de Chávez, llegó al poder, una ampolla de morfina costaba BsF: 0,0005, hoy: no existe, y si le decían a uno que algún día no tendría papel de baño se respondía “¡No vale! Yo no creo”.
Esta situación, no es una crisis de reciente aparición, no fue que el barco que traía  los analgésicos naufragó por la emboscada de un huracán llamado Guerra Económica, no nos caigamos a cuentos. Esto se viene labrando de manera sistemática y programada desde que nos dejamos asaltar por el Socialismo del  Siglo XXI y los cantos de sirena del intergaláctico. Yo estudié para manejar 8 tipos de analgésicos opioides en más de 30 presentaciones, más de 20 analgésicos no opioides en más de 60 presentaciones, 6 antiinflamatorios esteroideos en más de 15 presentaciones, más de 12 coadyuvantes de los analgésicos en múltiples presentaciones, todos ellos solamente para tratar uno solo de los síntomas de cuidados paliativos, EL DOLOR. Poco a poco, toda esa farmacopea fue desapareciendo del alcance de mis pacientes. Mis colegas y yo fuimos reduciendo la oferta de alternativas, empezamos a exigirles a los familiares cada vez más esfuerzo para conseguir el tratamiento adecuado, debimos hacernos los locos con el costo económico de nuestras prescripciones; y hasta nos hicimos  creativos cambiando las presentaciones que se disponían con la ayuda de los farmacéuticos (en especial soy muy conocido por los amigos de Fórmulas Magistrales de la Facultad de  Farmacia de la  UCV), hasta violentamos las normas haciendo uso de medicamentos ya vencidos.
Pero todo se acabó. Ya no hay nada que enviar a Fórmulas Magistrales, ya no quedan blíster vencidos en las gavetas y ya es un crimen y una desvergüenza poner a los familiares a literalmente, recorrer el país en busca de las sobras que se hallan colocado a buen resguardo para no  ser consumidas por el dolor de una enfermedad a la cual tampoco se le da cura.
La única esperanza que queda es que en medio de esta mortandad, en donde la mala muerte de cada venezolano está la muerte de un pedazo del país, llegue el ímpetu y la conciencia de la realidad de que es necesario no solamente salir de estas lacras que son Nicolás y sus compinches, sino de entender que quienes siguieron a la maldición que representó Chávez fueron los culpables y que ellos mismos están llamados a hacer renacer de sus cenizas esta nación mientras de manera individual cada uno muere con un pedazo de país.


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