jueves, 23 de marzo de 2017

Volviendo al Pasado Emiro Rotundo Paulo

Volviendo al pasado con Ezequiel

Emiro Rotundo Paúl
No hay pan en las panaderías porque no hay harina, no hay harina porque no hay dólares y no hay dólares porque el gobierno los administra muy mal. Los dólares no han dejado de fluir hacia nosotros. Cuando Chávez llegó al poder en 1998 el precio del petróleo estaba en 7 dólares por barril. Pocos años después llegó a más de 120 dólares y permaneció en promedio de 100 dólares por barril hasta 2014 cuando comenzó a bajar. Pero nunca bajó a los niveles de 1998. Los altos precios del petróleo pusieron en manos de Chávez una suma cercana a los 800 millardos de dólares, o sea, 800.000 millones, el número 8 con 11 ceros a la derecha.* Todavía hoy el precio del petróleo venezolano está en 40 dólares promedio por barril, lo que significa un precio 5,7 veces mayor al último importe cobrado por la históricamente mal llamada cuarta república.
La fórmula oficialista de resolver el problema del pan no es tratar de que haya más harina para una mayor producción, sino que haya más producción con la misma o con menos harina, sacrificando a tal fin todo otro uso de la misma. Eso significa que desaparecerán las tortas, los cachitos, los golfeados, los dulces de pasta, la pasta seca, etc., etc., que tienen precios más remunerativos. Las panaderías que no encuentren la forma de producir más pan en forma continua con la poca (o ninguna) harina que reciban, serán intervenidas por el gobierno y pasarán a manos de los CLAP o de las comunas socialistas, lo que significa que desaparecerá definitivamente el pan de nuestra mesa.
Ese tipo de arreglo, mutatis mutandis, lo aplica el gobierno a todos los problemas de la República Bolivariana. Son soluciones ¡a lo macho! El régimen no cree en las leyes del mercado, ni en ninguna de esas pamplinas que estudian los economistas en las universidades. Si se tiene el poder se pueden imponer los precios y cantidades de bienes a producir, y si los expendedores se ponen difíciles el Estado se hará cargo también de la distribución de los bienes por cauces paralelos a los canales normales. Si no se acatan las pautas totalitarias el Estado se hará cargo de las empresas y san-se-acabó. Por esa vía, 8.000 empresas han sido intervenidas en el período chavista o se han visto obligadas a cerrar sus puertas, y más de 5 millones de hectáreas de tierras agrícolas productivas expropiadas por el gobierno han dejado de producir. Ahora vemos por todas partes los escombros de la “guerra económica”, pero no la que los “vendepatria” declararon contra el pueblo de Venezuela, sino la que el régimen desplegó contra los empresarios.
Cuando había dólares en abundancia, se podía importar todo lo que el país necesitaba y no producía. Se utilizaban (y aún se utilizan) dólares preferenciales manejados a la buena de Dios por los enchufados del sistema que se enriquecían (y aún se enriquecen) groseramente. Pero a cuarenta dólares el barril, con el presupuesto sobregirado, teniendo que amortizar los intereses de la inmensa deuda acumulada en medio de la bonanza, el juego se ha reducido, pero no ha desaparecido.
Nunca habíamos vivido una situación semejante, al menos en los últimos 120 años. Puede que en el siglo XIX, entre guerras y guerrillas, luchas de caudillos, alzamientos y revoluciones de toda laya y color, existiesen condiciones similares o peores, pero los venezolanos de las últimas 5 generaciones no las habíamos conocido, ¡hasta hoy! Fue necesario que a nuestra vera llegara el modelo económico, político y social del marxismo-leninismo-estalinismo expulsado de todas partes por ineficiente, aburrido y tiránico y reciclado por Cuba con el ropaje del “socialismo del siglo XXI”, para que nos viéramos envueltos en estas tribulaciones. Con este sistema estamos regresando al pasado, a lomo de caballo, en compañía del nunca bien ponderado Ezequiel, con sombrero de cogollo sobre gorra militar, al son de “oligarcas temblad”.
*Nota: Para que se tenga una idea: el Plan Marshall, que ayudó a la reconstrucción de Europa después de la II Guerra Mundial, requirió 13.000 millones de dólares de la época, unos 127.000 actuales, de manera que Chávez manejó el equivalente a unos 6 planes Marshall actualizados.

la Rebelión Electoral Trino Márquez


LA REBELIÓN ELECTORAL

Trino Marquez

La estrategia de Nicolás Maduro para mantenerse en el poder tiene en la suspensión de las elecciones en todos los campos de la vida democrática, uno de sus ejes. La UCV lleva casi cinco años sin realizar comicios para elegir las autoridades rectorales. En la CTV no se efectúan consultas desde hace largo tiempo. En otros sindicatos, gremios y federaciones importantes, cuyos procesos electorales deben ser supervisados por el CNE, tampoco se ha llamado a votar. Las elecciones de gobernadores, que debieron haberse efectuado el año pasado, de acuerdo con la Constitución,  fueron suspendidas indefinidamente. Inventaron una excusa caza-bobos: que no podían realizarse durante el mismo año el referendo revocatorio y la escogencia de los mandatarios regionales.   Las de alcaldes, previstas para 2017, también según la Carta Magna, tampoco se vislumbran en el panorama. 

El tránsito hacia una dictadura desembozada pasa por crear la ilusión de que en algún momento en el futuro se consultará la opinión popular, pero teniendo la convicción de que ese veredicto jamás se solicitará. Maduro carece del coraje de Fidel Castro, quien desde el comienzo de la Revolución Cubana dijo con cinismo: elecciones para qué. Había bajado de Sierra Maestra con el firme propósito de adueñarse del poder de forma vitalicia y lo logró gracias al apoyo de la Unión Soviética. Maduro carece del respaldo de un imperio equivalente. Los chinos aún no tienen la estatura mundial que tuvieron los soviéticos durante la Guerra Fría y tampoco lucen muy interesados en mantener  un títere en tierras latinoamericanas. Si se desata una presión desde distintos flancos para obligar al régimen a convocar elecciones, no serán los asiáticos quienes salgan en auxilio del autócrata tropical. Tampoco serán  los rusos de Putin. 

Sabemos que problemas como la inflación, la escasez, el desabastecimiento y la inseguridad personal, no van a resolverse con las elecciones. Pero, sin acudir a las urnas comiciales ninguno de esos dramas podrá solucionarse porque para superarlos hay que cambiar de gobierno, y lo más sano y sensato resulta sustituirlo por la vía electoral. Bien lo dice Luis Almagro, el valiente secretario general de la OEA: las elecciones cambian gobiernos. Su misión fundamental consiste en lograr el tránsito pacífico de un gobierno a otro. Cuando la sustitución no es pacífica, sino violenta, al final, pasada la tempestad, tiene que haber elecciones para que la nueva élite gobernante se legitime y estabilice. Así es que, como de todas maneras habrá comicios, lo mejor es ahorrarse el trago amargo de la violencia. Entonces, el reto de la oposición venezolana consiste en crear la atmósfera que obligue a Maduro a convocar los comicios y encontrarle una salida democrática y soberana a la fenomenal crisis nacional.

Esta atmósfera, lamentablemente, no podrá crearse si no se estimula al mismo tiempo un clima de confrontación y reto a la arrogancia hegemónica de las instituciones del  régimen. Ejercer una oposición débil y sumisa solo sirve para que, de vez en cuando, José Vicente Rangel elogie a los dirigentes en su programa dominical por Televen. Sin embargo, en la práctica resulta inofensiva e ineficaz. El CNE, por paradójico que parezca, actúa como el  instrumento del régimen para silenciar la voz del pueblo. Si ese cuerpo cediera, acudiría al TSJ, bufete privado de Miraflores. 

Si, también de acuerdo con la Constitución, la soberanía reside en el pueblo, quien la ejerce de manera directa a través del sufragio, ¿por qué no activar el proceso electoral realizando, en primer lugar, unas primarias para escoger los candidatos opositores, y después las elecciones contempladas en la Carta Fundamental, ignoradas por un régimen colocado en contra de la legalidad?

La oposición ejercida por Hugo Chávez y sus seguidores contra los gobiernos democráticos fue tenaz. Tanto, que siempre exaltó el 27-F, fecha trágica para la nación y la democracia, y organizó dos golpes de Estado. Jamás les otorgó concesiones a sus adversarios. En un ambiente diferente y con propósitos diametralmente distintos, la oposición organizada en torno de la MUD posee el derecho y la legitimidad de convocar una consulta nacional para elegir sus candidatos a gobernadores y, llegado el momento, realizar unas elecciones paralelas que desenmascaren la arbitrariedad del régimen. 

La presión interna, articulada a la acción internacional, obligarán a Maduro a negociar y ceder. El acatamiento obsecuente a decisiones arbitrarias sólo provoca derrotas y frustración. Los estudiantes de la UCV demostraron en qué consiste la rebelión electoral.

@trinomarquezc



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La Rebelión Electoral TrinoMarquez

sábado, 18 de febrero de 2017

El Papa, como chivo expiatorio Luis Ugalde S.J.

VIERNES, 17 DE FEBRERO DE 2017

El Papa como chivo expiatorio

Luis Ugalde sj

La psicología de derrotados parece apoderarse de  algunos  opositores que, incapaces de asumir las propias responsabilidades en el desastre reinante,  buscan chivos expiatorios para cargarles sus culpas. Para algunos ese chivo expiatorio del hambre y de la dictadura en Venezuela es nada menos que el papa Francisco y su perverso deseo de salvar al régimen comunista. Así lo escriben.
Podemos entender que el régimen trate de culpar de su estrepitoso fracaso al imperio, a la oligarquía capitalista, al golpe económico y, ahora, a la Iglesia venezolana a la que acusa de haberse convertido en vulgar partido político opositor. Al gobierno no le gusta la Iglesia y no escogió al Vaticano entre sus amigos “facilitadores” del diálogo; los demócratas en cambio no se fiaban de los nombrados unilateralmente por el gobierno y proponían otros, entre ellos algún representante del Vaticano. Meses después, apretado por la situación  y las protestas, el Gobierno dijo sí al representante pontificio y se preparó para manipular la escena del mal llamado “diálogo”. A los demócratas les faltó unidad y claridad sobre quién, para qué y cómo dialogar para rescatar los derechos humanos y la Constitución. También en la facilitación de la Iglesia faltó acuerdo y precisión, pero se corrigió pronto y el Secretario del Estado Vaticano envió una contundente carta denunciando al gobierno  por  incumplir los cuatro puntos claves del primer encuentro, y, por eso, el representante pontificio no ha vuelto. Voceros del régimen respondieron airadamente a esta carta y la respuesta oficial -que no se ha hecho pública- fue grosera. Pero con astucia el Régimen decidió no enfrentarse a la Iglesia, sino jugar a  dividirla entre el buen Papa y la mala Conferencia Episcopal.  Según ellos, la Conferencia Episcopal con su durísima documento crítico (13-01-17) de la realidad nacional demuestra su rebeldía contra el Papa, mientras que el Gobierno devotamente lo apoya promoviendo el diálogo cristiano que él recomienda. Así mismo dirán que  la insolente carta de “un tal Parolín” (cardenal Secretario del Estado Vaticano) es una cosa y otra el Papa. La maniobra divisoria es burda, pero torpemente algunos opositores la hacen suya, trastocando los papeles: el Papa es el malo y los obispos los buenos. Hay dos iglesias.
Entendemos que el régimen juegue a la división de la Iglesia, pero la verdad es que no hay carta del Secretario de Estado Vaticano sin acuerdo con el Episcopado venezolano y, mucho menos, sin respaldo del Papa. “Divide y vencerás” es el juego que quiere el Régimen y  promueve actos de agresión contra personas y templos representativos del catolicismo venezolano. Pero es incompresible que haya opositores que se vuelvan voceros de esta maniobra gubernamental y enfilen sus cañones verbales contra el Papa “comunista”. Incluso llegan a presentar las cosas como si la eliminación del Revocatorio presidencial (decisión muy anterior a todo “diálogo”) fuera culpa del Papa. ¡Hasta la OEA estaría paralizada por el Papa!
La verdad de los hechos es otra: el Régimen antes del “diálogo” decidió eliminar el Revocatorio, suspender las elecciones de gobernadores en 2016 y toda elección, mientras haya peligro de perderla. Dejaba-por ahora- abiertas las presidenciales de fines de 2018, con la esperanza de que mejore la popularidad gubernamental. Como no mejorará, se deberán suprimir o hacerlas  con los demócratas atados de pies y manos. Desde ahora el CNE y el TSJ están preparando las sogas  y maniatando la democracia.
Una cosa es el DIÁLOGO y otra este “diálogo” desnaturalizado. No hay democracia sin DIÁLOGO, parlamento, discusión y acuerdos para el bien común. Toda constitución democrática es DIÁLOGO. Al contrario, la dictadura es imposición por la fuerza y anulación del adversario y si usa el “diálogo” es como engaño para mantenerse en el poder; de ninguna manera quiere DIÁLOGO para restablecer la democracia y los derechos humanos. En esta situación la conciencia y la Constitución nos obligan a todos los venezolanos -también a la Fuerza Armada- a restaurar la democracia con los votos de la mayoría y a cambiar de raíz el disparate económico y social que ha logrado récord (s) mundiales de muerte con inflación (800%), caída del PIB (19%), sostenido déficit fiscal (más del 15%) y un Gobierno que sobresale en ineptitud y corrupción. Como dice el mencionado documento episcopal,” una gran oscuridad cubre nuestro país”, “estamos viviendo situaciones dramáticas” y “todo se agrava cada día que pasa, porque no se ponen correctivos” (n.2).
La democracia es imposible sin DIÁLOGO y la reconstrucción nacional requiere de un esfuerzo de todos, también de los millones que ayer fueron chavistas, inocente y esperanzadamente. El Papa invita al necesario espíritu de DIÁLOGO y corresponde a los obispos en Venezuela que  viven la realidad, acompañar a la gente en su sufrimiento de condiciones inhumanas, exigir responsabilidades, denunciar las trampas del “diálogo” y construir puentes. Corresponde a los políticos, a la sociedad civil y sus sectores sociales concretar más esta acción con unidad y estrategia indivisible. Parece que para algunos es más  fácil atacar al Papa “comunista” que poner su parte para salir de la dictadura y  su actual y creciente miseria económica y social.

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lunes, 13 de febrero de 2017

La Tiranía Institucional Alberto Barrera t

LA TIRANÍA INSTITUCIONAL

   

         ALBERTO BARRERA TYSZKA

PRODAVINCI

La sigla oculta al verdugo.
Esas letras, tan exactas como impersonales, pueden ser un espejismo. Pueden servir para que no veas el rostro del agresor, para que no sepas quién te roba, para que no conozcas el nombre de tu violador. La sigla oculta al verdugo y legitima su crimen.
El tránsito del poder se expresa en el lenguaje. El nombre del Presidente también se ha devaluado. El mismo se ha encargado de restarle valor a sus propias palabras. Nicolás Maduro pierde día a día su significado. Pierde el sentido pero también pierde la voz. Ya no suena como antes. Es un Presidente que se ha dedicado a ser cada vez menos. Ha renunciado a sí mismo, a su posibilidad de ser Nicolás Maduro. Ha ido relegando sus funciones, sus deberes. Primero en los militares, ahora en Tareck El Aissami. Su nombre no tiene la misma fuerza. Ya no asusta a nadie. Tampoco convence a nadie. Nicolás Maduro: dos palabras que parecen estar desvaneciéndose. Cada vez con más frecuencia, están asociadas a una praxis insólita, absurda. ¿Qué se puede pensar de un Presidente que se ocupa de un animar un programa musical por la radio, mientras su país padece la inflación más alta del planeta?
El nombre de Nicolás Maduro se ha gastado muy rápidamente. Ya ni siquiera funciona bien a la hora de denominar a un dictador. Es tan chambón que no calza demasiado bien con ese título. Ya se presta más al chiste que al miedo. La casta que nos gobierna parece haberse quedado, provisionalmente, sin un eje en el lenguaje, sin un nombre único, claro. ¿Quién manda? En realidad, no lo sabemos. ¿Quién nos somete? ¿Quién destruye a la democracia y despoja a los ciudadanos de cualquier experiencia de poder? Aparentemente, nadie. Solo una sigla. Te ese jota.
Letras que no dicen nada y que lo dicen todo. La sigla es supuestamente aséptica. Independiente, inmaculado, incuestionable. Actúa con la solemnidad del orden para destruir el orden. Su eficacia reside en la pureza de su violencia. Ni siquiera tiene rostro. Peor aún: es el rostro de la justicia. Esa es su máscara. Este martes 7 de febrero, en la apertura del año judicial, así habló la sigla: “La gestión judicial es una construcción colectiva en la que magistrados y jueces dan su aporte ordinario y extraordinario para lograr las metas y objetivos planteados con templanza y mística para servir de la mejor manera a nuestra nación”. Es una voz llena de palabras huecas. Ni siquiera hacen ruido. Es el vacío.
Y, sin embargo, durante todo el año 2016, el TSJ se dedicó a rechazar, cancelar, suspender o prohibir, la democracia, el ejercicio del poder decretado por el pueblo en las últimas elecciones. “En un año —según asegura el abogado Gustavo Linares Benzo— se anularon más leyes que en 200 años”. La sala Constitucional se ha transformado en una banda de sicarios judiciales. Reciben instrucciones del gobierno y ejecutan de inmediato acciones en contra de cualquier propuesta que no haya sido aprobada por la élite oficial. Hay que vencer el espejismo de las siglas para no olvidar a los verdugos. Detrás de la sigla hay funcionarios concretos, nombres que se están prestando para esta masacre. Los escribo: Gladys Gutiérrez, Arcadio de Jesús Delgado, Carmen Zuleta de Merchán, Juan José Mendoza, Calixto Ortega, Luis Damiani, Lourdes Benicia Suárez. Los leo. Los pronuncio. Los repito. No quiero olvidarlos. Hay otra historia distinta a la historia oficial, un relato que no es el relato de los poderosos. Hay también una historia ciudadana, popular, que se tiene que seguir contando, que no puede olvidar a los infames y traidores de este tiempo.
El periodista Eugenio Martínez, especialista de alto calibre en la investigación y análisis del sistema y de los procesos electorales en el país, explica la compleja y perversa relación de sentencias y acciones entre el TSJ y el CNE para ir minando la alternativa de electoral y la existencia de los partidos políticos en el país. Es la danza macabra de las siglas. La tiranía institucional que permite un control del poder aun sin liderazgo. Chávez vive, la mafia sigue.
La naturaleza institucional de la dictadura tiene que estar, de entrada, en cualquier escenario de negociación. El punto de partida está corrompido. La sigla no es legítima. La sigla es la expresión más clara de la violencia de los privilegiados en contra de la mayoría de los venezolanos. Si no hay un nuevo Tribunal Supremo de Justicia, no hay diálogo posible. No hay futuro. No hay país.




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domingo, 12 de febrero de 2017

Hijos de Zamora Carlos Raúl Hernández

HIJOS DE ZAMORA

    

  CARLOS RAUL HERNANDEZ

EL UNIVERSAL

Desde 1989, con intervalos, el país cayó en manos de la insensatez, el tanatos, la destrucción. No hay que extrañarse que la pretendida nueva gesta heroica sean los horrores, pesadillas y violaciones de la Guerra Federal, y quieran convertir sus demonios en nuestros espíritus protectores. Primero la antipolítica, el modelo seguido ahora por Trump, que consiste en ser político, decir que uno no lo es, para liquidar los partidos y atropellar a todos. El torrente de odio lo inició aquella expresión del subdesarrollo, manganzones denominados notables, ardidos porque gente menos ilustrada ejercía el poder, y decidieron acabar lo existente. Caldera desbarató la reforma de Pérez y creó el caos económico, apuñaló a Copei, soltó a Chávez, contrató a los golpistas para repartir leche, los metió en el gobierno y pasó lo que conocemos. Una insurrección de élites impulsada por intrigantes, correveidiles, trotaconventos metidos a políticos.
Cómo en casos similares, ductores mochos y ciegos trabajaron para lapa y todo salió al revés, especie de autosodomía, y el poder cayó en el chavismo. Venezuela liberada del neoliberalismo, el nombre vacuno de la descentralización económica y política, resbala por el socialismo del Siglo XXI, la versión más roma y torpe de la decadencia. Desde aquella malhadada Agenda Venezuela, la sociedad se desmorona y Caldera terminó su gobierno en medio de cuatro jinetes que en vez de trompetas tiraban trompetillas, la constitución moribunda, y la república muere en sus manos. La oposición al nuevo orden quedó al volante de los trotaconventos que la estrellaron de locura en locura, hasta agotar sus reservas de poder. Inventaron “el paro” y el gobierno aniquiló las fuerzas democráticas de Pdvsa. Urdieron el nuevo gobierno el 12 de abril, y después con la novillada de feria de plazaltamira, quemaron la oficialidad institucional de las FF.AA. El gobierno gana por la incapacidad de los adversarios, pero el caos también se entroniza en él.
Bogotá Vs. Ramo Verde
Más tarde hacen la llamada megaplasta, y en respuesta el gobierno esteriliza el TSJ, para llegar a la apoteosis de su habilidad: retirar las candidaturas a la AN, con lo que la oposición prácticamente desaparece. Privaron las enrarecidas ideas del abstencionismo, hasta que la unidad alrededor de Manuel Rosales desplazó a los trotaconventos, cuyos desvaríos en el poco tiempo que protagonizaron la política remacharon a Chávez en el poder y facilitaron todas las desgracias posteriores. Destruir y destruir. De allí vinieron 9 años de recuperación política, hasta que se conquistó la mayoría contundente en la AN y había que proseguir la estrategia de posiciones a las regionales de 2016. Pero los trota siguen en funciones, intrigan, falsifican, confunden, presionan, chantajean y vuelven a gestar catástrofes.
Confundieron a la Unidad para romper la estrategia y salir del gobierno de una, sin contar con el detalle de  la FAN. Varios de los trotaconventos, esos espíritus calzados al revés (donde ponen el casco no renace la hierba), igual que de 2001-2006, soplaron la brillante “salidita” del RR, presionaron a los dirigentes -que por cierto, no son menores de edad- con sus páginas WEB, sus articulitos, su charlatanería y sus chantajes, para desviarlos de la elección de gobernadores. Claro, se vive mucho mejor en Bogotá o en Miami que en Ramo Verde y un cernícalo rueda libre tiene las facilidades para ser radical y muy creativo. Nueve años de crecimiento político se abortaron con el iluso RR y se lesionó gravemente la AN. Y si se ven los resultados, nada peor para Leopoldo López y otros presos que el enfoque contraproducente y descocado de la “campaña” por su libertad.
Nanocyborgs o polilla
Este año nace sombrío porque la unidad no termina de salir del down, mientras el gobierno recupera y vuelve a la carga, esta vez con la bandera del diálogo. Los agentes del caos proponen acabar con la MUD. Perdieron por inhabilidad lo que ganaron, no logran hacer partidos, y sin opinión pública, naturalmente no tienen idea de lo que costó crearla y mantenerla. Les molesta que sea una referencia nacional positiva para el cambio. El gran maestro de la nación lo demostró: es fácil arruinar cincuenta haciendas no así hacer producir una, y nos guste o no, todos somos revolucionarios en el fondo del alma. Con 2016 renace la polilla devoradora de cerebros que esparce a placer  la guerrilla off-shore y vuelven dictadura no sale con votos, para qué elecciones regionales, calle-calle.
Destrucción, destrucción. Unos grupos creen que para salir del gobierno deben atormentar a trabajadores, amas de casas y taxistas prisioneros en las trancas de autopistas, y desmantelar, expulsar, desacreditar, encanallar, calumniar a los que no piensan eso. Pero la única esperanza de que los dirigentes salgan de las cárceles, que haya elección de gobernadores y se ralentice la maquinaria totalitaria, está en eventuales negociaciones mediadas por Celli, Zapatero, Fernández y Torrijos. Es probable que se pueda trabajar así y que la MUD sea una alianza solo electoral, con autonomía de los partidos como lo fue durante 2014 cuando la salida. Habrá que civilizarse, no calumniarse mucho, para no tener que tragárselo cuando hagan falta los votos de los calumniados.
@CarlosRaulHer

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viernes, 10 de febrero de 2017

Citgo José Toro Hardy

El 1° de enero de 1976 la industria petrolera venezolana amaneció nacionalizada.
Pdvsa nacía con severos obstáculos. El primero era que, aunque dueños del petróleo, no teníamos acceso a los mercados internacionales. El segundo obstáculo era que 75% de nuestras reservas correspondían a crudos pesados, con mucho azufre, que los mercados no deseaban. Solo los podíamos vender mediante acuerdos de comercialización con las transnacionales que habíamos nacionalizado y a precio de gallina flaca. A los compradores solo les interesaban para mezclarlos con crudos de otras procedencias.
Emprendimos un ambicioso programa de cambio en los patrones de nuestras refinerías a fin de transformar nuestros crudos pesados y ácidos en productos de alto valor. Aun así, no teníamos acceso a los mercados.
Surgió entonces una oportunidad. A raíz de una de las crisis en el Medio Oriente, algunas refinerías en Estados Unidos y Europa se quedaron sin suministro de crudo. Pdvsa pudo comprar algunas a precio de ocasión. Tal fue el caso de Citgo que ya era dueña de varias refinerías en territorio norteamericano. En 1986 adquirimos 50% de sus acciones; después, en 1990, compramos el restante 50%.
El paso siguiente fue titánico. Teníamos que realizar cuantiosas inversiones para dotar a esas refinerías de procesos de conversión profunda (craqueo catalítico) a fin de adecuarlas a las características de los crudos pesados y ácidos de Venezuela.
Pero el gobierno de la época no aportó los fondos requeridos, ni estuvo dispuesto a otorgar avales para lograr los créditos que se requerían. Se optó por contratar financiamientos que serían pagados con el flujo de caja de la propia Citgo. Eso limitó por algunos años la repatriación de dividendos a Pdvsa. El financiamiento se terminó de pagar en 1997 y quedamos libres de esa condición.
Citgo es el principal brazo comercializador de nuestro petróleo. La empresa llegó a ser propietaria de 8 grandes refinerías en Estados Unidos con capacidad para refinar más de 1,5 millones de barriles diarios, además de 66 terminales. Tenía participación en oleoductos que atravesaban Estados Unidos de sur a norte y disponía de más de 15.270 estaciones de servicio (más que restaurantes McDonald’s) que aunque no eran propias, eran franquicias abanderadas con la marca Citgo y vendían gasolina y productos venezolanos.
Para 1998 las refinerías de Citgo eran las siguientes: Lake Charles (320.000 b/d), Paulsboro (84.000 b/d), Lemont (160.000 b/d), Sweeny (213.000 b/d), Savannah (28.000 b/d), Lyondell (265.000 b/d), Corpus Christi (150.000 b/d) y Chalmette, esta en asociación con Exxon Mobil y donde se terminaba de procesar el crudo inicialmente mejorado en Jose proveniente de la asociación estratégica que teníamos con esa empresa en la faja del Orinoco. Llegamos a controlar 10% del mercado de gasolina más grande del mundo: el de Estados Unidos.
Se logró una integración vertical admirable capaz de agregar valor en cada eslabón de la cadena, gracias a la cual el petróleo proveniente de nuestros yacimientos era despachado a los automovilistas norteamericanos, después de haber sido extraído en nuestros pozos, procesado en nuestras refinerías, transportado en nuestros oleoductos, embarcado en nuestros supertanqueros, manejado en nuestros terminales y vendido en nuestras estaciones de servicio Citgo.
Llegó la revolución.
Con la revolución el gobierno decidió desprenderse de varias de esas refinerías y vendió la participación que teníamos en varios oleoductos, que por cierto se usarán ahora para unirlos con el oleoducto Keystone cuya construcción autorizó el presidente Trump y llevará hasta el golfo de México 800.000 barriles diarios de petróleo de Canadá desplazando al de Venezuela.
Por ahora nos quedan cuatro refinerías. Unas las vendimos y otras, como el caso de Chalmette –que teníamos en asociación con Exxon Mobil– la perdimos al echar de Venezuela a esa empresa y perder el arbitraje internacional en el Ciadi.
De las que quedan, la de Sweeny la tenemos en asociación con Conoco Phillips. Nuestra participación está en riesgo, porque esa empresa también ha demandado a Pdvsa en el mayor de todos los arbitrajes internacionales ante el Ciadi, cuya decisión se espera este año. De las ocho refinerías iniciales solo nos quedarían tres.
Para colmo, de las 15.270 gasolineras hoy quedan menos de 6.000 en manos de Citgo y la capacidad de refinación se redujo a 749.000 b/d.
Citgo ha sido desmembrada, endeudada y totalmente hipotecada: 50,1% para garantizar el pago de los bonos de Pdvsa, cuyo vencimiento se renegoció hasta el año 2020, y el restante 49,9% para garantizar un préstamo de la empresa rusa Rosneft.
Peor aún, corre el riesgo de ser embargada para atender las resultas de los arbitrajes internacionales que de manera sistemática Pdvsa ha venido perdiendo ante el Ciadi, así como en otros juicios que se nos han abierto por expropiaciones.
En 1998 exportábamos 1,5 millones de barriles diarios de crudo y productos a Estados Unidos –fundamentalmente a nuestra propia filial Citgo– con lo cual éramos el principal suplidor extranjero del mayor mercado petrolero del mundo: Estados Unidos (que por cierto se encuentra a apenas 5 días en tranquero de Venezuela). Allí disponíamos de una inmensa red de refinación diseñada como un traje a la media para las características de nuestros crudos.
En revolución eso cambió. Hoy sólo exportamos a Estados Unidos la mitad, unos 750.000 b/d, porque el gobierno decidió cambiar ese mercado por el de China (que está a 45 días en tanquero en lugar de 5) y donde no existe ni una sola refinería capaz de procesar nuestro petróleo.
Del petróleo que enviamos a China no queda nada, porque se destina íntegramente a pagar deudas contraídas con ese país.
Es como si un huracán lo hubiera barrido todo. La única explicación de tanta locura la encontramos en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013. Olvidándose de las prioridades económicas, el plan promueve una nueva estrategia geopolítica cargada de dogmatismo que procura, textualmente, “la diversificación de las relaciones políticas, económicas y culturales, con la idea de construir un mundo multipolar que quebrante la hegemonía del imperio norteamericano” buscando acercamientos “con otras naciones alineadas en similares trincheras antimperialistas o con polos de poder extrarregionales que contribuyan a quebrantar dicha hegemonía” (pág 6).
El único impacto en el “imperio” fue que al estimular las inversiones en “fracking” su producción doméstica creció en 5 millones de b/d y hoy dependen menos de nosotros. La única quebrantada resultó ser Venezuela.
Comentario : nunca supimos apreciar lo que tuvimos ( que dolor ). H.C. - Ex-trabajador petrolero )




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El triunfo de la libertad ........Luis Ugalde S.J.

EL TRIUNFO DE LA LIBERTAD SOBRE EL DESPOTISMO


        LUIS UGALDE sj

Hace dos siglos (1817) se publicó en Filadelfia el importante libro “El Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo”, parido dos años antes por Juan Germán Roscio en su prisión española. Roscio creía que para independizarse el pueblo, antes que las armas,  necesitaba de ideas, de dignidad y libertad,  convencido de que Dios quiere la libertad de los pueblos y no su opresión; esto frente al falso catecismo inculcado de que ir contra el rey era oponerse a Dios. En este año 2017 he aquí la desesperación, nuevas convicciones y con acciones de la gente se abrirán las puertas para rescatar la libertad y la democracia.
El año 1814 fue terrible para la naciente República venezolana: luego  de la “campaña admirable” del año anterior, la declaración de la “guerra a muerte” y la triunfal proclamación de El Libertador en Caracas, la Segunda República tenía General en Jefe de los Ejércitos, pero carecía de Constitución, Congreso y Gobierno Civil. Pensaron que la fuerza bastaba, pero la furia de la guerra de colores desatada por Boves y sus llaneros trajo las derrotas mantuanas de Bolívar, de Ribas y de otros tantos, y la pavorosa “Huida a Oriente”. A mediados de año, Bolívar desde el Cuartel General de Caracas lamentaba “Terribles días estamos atravesando: la sangre corre a torrentes, han desaparecido los tres siglos de cultura, de ilustración y de industria: por todas partes aparecen ruinas de la naturaleza o de la guerra. Parece que todos los males se han desencadenado sobre nuestros desgraciados pueblos” (carta 6-V-14). Luego, derrotado, arrinconado en Carúpano y a punto de embarcarse en huída, Bolívar siente las acusaciones  de los patriotas contra él  “Yo he sido elegido por la suerte de las armas para quebrantar vuestras cadenas, como también he sido, digámoslo así el instrumento de que se ha valido la Providencia para colmar la medida de vuestras aflicciones”. Le duele que “Vuestros hermanos y no los españoles han desgarrado vuestro seno, derramado vuestra sangre, incendiado vuestros hogares y os han condenado a la expatriación” (Manifiesto, Carúpano 7-9-14). “Con esto sufro al contrario el profundo pesar de creerme instrumento infausto de sus espantosas miserias, pero soy inocente porque mi conciencia no ha participado nunca del error voluntario o de la malicia, aunque por otra parte haya obrado mal y sin acierto” (Ib.). Si viviera Chávez hoy, un sentimiento parecido le inundaría a la vista del inmenso desastre y miseria desatados por él, probablemente con buena intención. Pero Bolívar termina reafirmando su vocación de Libertador, “sin que haya potestad humana sobre la tierra que detenga el curso que me he propuesto seguir hasta volver segundamente a libertaros…” (Ib).
 No era fácil resurgir de las cenizas. A fines de 1814 todo parecía en contra de la destrozada y dividida causa independentista. También en Europa, pues con la derrota de Napoleón y con apoyo de las monarquías restauradoras, España enviaría sus mejores tropas (como lo hizo) para restablecer sus dominios americanos. Pero en tres años la derrota se transformó para la Independencia en caminos de victoria. Fracasado el aparente atajo de la sola fuerza, se recorrió un nuevo camino, con amplio rodeo que de romper las barreras socio-raciales tan queridas por los mantuanos, unir a los jefes de ambiciones, ganar a Oriente, Guayana y Los Llanos, lograr colaboración internacional, sustituir Caracas por Angostura, elaborar una nueva constitución civil, y - tras el increíble “paso de Los Andes”- liberar a Bogotá antes que a Caracas. En este camino brilla la idea de que la república no es la fuerza, aunque esta sea imprescindible para derrotar las armas enemigas. En este nuevo camino el Libertador desde Haití invita a Roscio, Cortés de Madariaga y Castillo (recién fugados de la cárcel española de Ceuta) a sumarse en Angostura a la construcción  civil de la República porque el “sistema militar es el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno” (carta 26-XI-1816). Roscio le respondió que antes tenía que hacer algo más importante, que era publicar en Filadelfia (1817) su singular libro con ideas de dignidad y libertad, conciencia política cristiana y soberanía popular, que deslegitiman y desnudan a los déspotas. Luego con su  libro en la mano llegará a Guayana donde será escogido Presidente del Congreso de Angostura, Secretario de Estado y Hacienda y Vicepresidente de la Gran Colombia.
El año 2017 será el año del “Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo” con la necesaria unidad de los líderes democráticos, multitudes ciudadanas con conciencia en acción y soldados que valoran sus trabajos y “privaciones por la libertad y la salvación de nuestros conciudadanos, que todos están errantes o gimen esclavos” ( carta 27-10-14) “Acordaos - dice Bolívar a los soldados- de vuestros padres, hijos, esposas; de vuestros templos, cunas y sepulcros; de vuestros  hogares, del Cielo que os vio nacer, del aire que os dio aliento; de la Patria en fin que os ha dado todo; todo yace anonadado por vuestros tiranos. Acordaos que sois venezolanos, caraqueños, republicanos y con tan sublimes títulos, ¿cómo podréis vivir sin ser libres?…” (Ib.).

sábado, 4 de febrero de 2017

El triunfo de la Libertad.....Luis Ugalde S.J.

EL TRIUNFO DE LA LIBERTAD SOBRE EL DESPOTISMO


        LUIS UGALDE sj

Hace dos siglos (1817) se publicó en Filadelfia el importante libro “El Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo”, parido dos años antes por Juan Germán Roscio en su prisión española. Roscio creía que para independizarse el pueblo, antes que las armas,  necesitaba de ideas, de dignidad y libertad,  convencido de que Dios quiere la libertad de los pueblos y no su opresión; esto frente al falso catecismo inculcado de que ir contra el rey era oponerse a Dios. En este año 2017 he aquí la desesperación, nuevas convicciones y con acciones de la gente se abrirán las puertas para rescatar la libertad y la democracia.
El año 1814 fue terrible para la naciente República venezolana: luego  de la “campaña admirable” del año anterior, la declaración de la “guerra a muerte” y la triunfal proclamación de El Libertador en Caracas, la Segunda República tenía General en Jefe de los Ejércitos, pero carecía de Constitución, Congreso y Gobierno Civil. Pensaron que la fuerza bastaba, pero la furia de la guerra de colores desatada por Boves y sus llaneros trajo las derrotas mantuanas de Bolívar, de Ribas y de otros tantos, y la pavorosa “Huida a Oriente”. A mediados de año, Bolívar desde el Cuartel General de Caracas lamentaba “Terribles días estamos atravesando: la sangre corre a torrentes, han desaparecido los tres siglos de cultura, de ilustración y de industria: por todas partes aparecen ruinas de la naturaleza o de la guerra. Parece que todos los males se han desencadenado sobre nuestros desgraciados pueblos” (carta 6-V-14). Luego, derrotado, arrinconado en Carúpano y a punto de embarcarse en huída, Bolívar siente las acusaciones  de los patriotas contra él  “Yo he sido elegido por la suerte de las armas para quebrantar vuestras cadenas, como también he sido, digámoslo así el instrumento de que se ha valido la Providencia para colmar la medida de vuestras aflicciones”. Le duele que “Vuestros hermanos y no los españoles han desgarrado vuestro seno, derramado vuestra sangre, incendiado vuestros hogares y os han condenado a la expatriación” (Manifiesto, Carúpano 7-9-14). “Con esto sufro al contrario el profundo pesar de creerme instrumento infausto de sus espantosas miserias, pero soy inocente porque mi conciencia no ha participado nunca del error voluntario o de la malicia, aunque por otra parte haya obrado mal y sin acierto” (Ib.). Si viviera Chávez hoy, un sentimiento parecido le inundaría a la vista del inmenso desastre y miseria desatados por él, probablemente con buena intención. Pero Bolívar termina reafirmando su vocación de Libertador, “sin que haya potestad humana sobre la tierra que detenga el curso que me he propuesto seguir hasta volver segundamente a libertaros…” (Ib).
 No era fácil resurgir de las cenizas. A fines de 1814 todo parecía en contra de la destrozada y dividida causa independentista. También en Europa, pues con la derrota de Napoleón y con apoyo de las monarquías restauradoras, España enviaría sus mejores tropas (como lo hizo) para restablecer sus dominios americanos. Pero en tres años la derrota se transformó para la Independencia en caminos de victoria. Fracasado el aparente atajo de la sola fuerza, se recorrió un nuevo camino, con amplio rodeo que de romper las barreras socio-raciales tan queridas por los mantuanos, unir a los jefes de ambiciones, ganar a Oriente, Guayana y Los Llanos, lograr colaboración internacional, sustituir Caracas por Angostura, elaborar una nueva constitución civil, y - tras el increíble “paso de Los Andes”- liberar a Bogotá antes que a Caracas. En este camino brilla la idea de que la república no es la fuerza, aunque esta sea imprescindible para derrotar las armas enemigas. En este nuevo camino el Libertador desde Haití invita a Roscio, Cortés de Madariaga y Castillo (recién fugados de la cárcel española de Ceuta) a sumarse en Angostura a la construcción  civil de la República porque el “sistema militar es el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno” (carta 26-XI-1816). Roscio le respondió que antes tenía que hacer algo más importante, que era publicar en Filadelfia (1817) su singular libro con ideas de dignidad y libertad, conciencia política cristiana y soberanía popular, que deslegitiman y desnudan a los déspotas. Luego con su  libro en la mano llegará a Guayana donde será escogido Presidente del Congreso de Angostura, Secretario de Estado y Hacienda y Vicepresidente de la Gran Colombia.
El año 2017 será el año del “Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo” con la necesaria unidad de los líderes democráticos, multitudes ciudadanas con conciencia en acción y soldados que valoran sus trabajos y “privaciones por la libertad y la salvación de nuestros conciudadanos, que todos están errantes o gimen esclavos” ( carta 27-10-14) “Acordaos - dice Bolívar a los soldados- de vuestros padres, hijos, esposas; de vuestros templos, cunas y sepulcros; de vuestros  hogares, del Cielo que os vio nacer, del aire que os dio aliento; de la Patria en fin que os ha dado todo; todo yace anonadado por vuestros tiranos. Acordaos que sois venezolanos, caraqueños, republicanos y con tan sublimes títulos, ¿cómo podréis vivir sin ser libres?…” (Ib.).

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viernes, 3 de febrero de 2017

El nuevo Dorado César Tinoco

El nuevo Dorado

LA OPINIÓN DE
En la carta que antecede al informe correspondiente al año 2015, dirigida a sus accionistas y disponible en la web de la empresa, el Chairman y CEO de Exxon Mobil, también nominado para ocupar el puesto de secretario de Estado, Rex Tillerson dice, entre otras cosas: “Nuestro programa de exploración continúa agregando valiosas nuevas oportunidades de desarrollo de recursos al portafolio. Mar afuera, en Guyana, hicimos un descubrimiento significativo de petróleo, en el pozo de exploración Liza-1. Estamos llevando a cabo otras actividades para evaluar el potencial total de recursos, incluso la mayor adquisición sísmica 3D en la historia de la corporación”.
También, a finales del mes de junio de 2016, Steve Greenlee, presidente de Exxon Mobil Exploration Co., dijo: “Estamos emocionados por los resultados de una prueba de producción del pozo Liza-2, lo que confirma la presencia de crudo de alta calidad procedente de los mismos depósitos de arena de alta porosidad que vimos en el pozo Liza-1, completado en 2015”.
Justamente, y para finales de 2015, mientras el valor de la empresa en marcha de la Pdvsa de Eulogio del Pino era de 51,4 millardos de dólares, la Exxon Mobil global de Rex Tillerson, con la mitad de los empleados de Pdvsa, alcanzaba el valor de 397,2 millardos de dólares, casi 8 veces más. Para 2015, el retorno sobre patrimonio de Exxon Mobil fue de 9%, mientras que el de Pdvsa no es cuantificable debido a que la utilidad neta que revelan sus estados financieros auditados por KPMG, es un “hecho contable” en extremo. Tan ha sido así que hace algunos años la prensa nacional recogió estas palabras del propio Rafael Ramírez: “Pdvsa no está hecha para ser rentable”.
El caso es que el petróleo ha colocado a Guyana en el mapa una vez más y no precisamente en aquel que ya no la muestra como zona en reclamación, sino en el mapa estadístico: la publicación de BP (British Petroleum) de 2016 con data de 2015, titulada “BP Statiscal Review of World Energy 2016”, cuando considera las reservas de países de Centroamérica y Suramérica, ni siquiera menciona a Guyana y coloca a Venezuela de primera en reservas probadas, con 300.878 millones de barriles y a Brasil en segundo lugar, con 13.000 millones de barriles. Sin embargo, en la revisión de la publicación para 2017 seguramente habrá un cambio: Brasil habrá pasado al tercer lugar, pues el segundo lugar lo ocupará Guyana con 13.600 millones de barriles en reservas de crudo.
Tiene razón en su riposta Beatriz de Majo: Rex Tillerson no perderá tiempo en reconcomios de poca monta por las expropiaciones realizadas a su empresa en Venezuela. El desquite de Tillerson –y de la Exxon Mobil– elegante y extremadamente doloroso, está en Guyana, el nuevo Dorado, nacido con aquella famosa frase: “Venezuela no se opondrá a que empresas extranjeras exploren yacimientos petroleros y gasíferos en el disputado territorio de Guyana”. ¿Recuerdan los lectores?
La pronunció Hugo Chávez, en Georgetown, la capital y ciudad más grande de Guyana, en el año 2004, mientras cambiaba soberanía y petróleo por votos a favor de Venezuela en instancias internacionales.
 Í




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PDVSA José Toro Hardy

Pdvsa

El 1° de enero de 1976 la industria petrolera venezolana amaneció nacionalizada. Pasamos a ser dueños absolutos de nuestro petróleo, de nuestras refinerías (ya obsoletas), oleoductos, pozos, edificios, instalaciones y activos en general.
La Pdvsa meritocrática.
La duración teórica de nuestras reservas de petróleo para el momento de la nacionalización era de apenas unos 19 años. Pdvsa nacía con un futuro limitado. Adicionalmente, teníamos un problema que lucía insuperable: no teníamos cómo comercializar los crudos pesados y ácidos que constituían 75% de nuestras reservas probadas. Para poder colocarlo teníamos que hacerlo a través de las transnacionales que habíamos nacionalizado.
Quizá los mayores activos de la empresa eran el personal extraordinariamente capacitado que habíamos heredado de las multinacionales petroleras y la generosidad geológica de nuestro subsuelo.
Comenzó así la maravillosa aventura de Pdvsa. El crecimiento que experimentó la empresa fue vertiginoso. En menos de 25 años pasó a ser la segunda mayor empresa petrolera del mundo según Petroleum Intelligence Weekly, y figuraba en la revista Fortune en el número 42 entre las mayores empresas de cualquier tipo en el mundo y como la mayor empresa de cualquier tipo de Latinoamérica y la décima corporación más rentable del mundo.
Se comenzó con la reconversión de nuestras refinerías para dotarlas de procesos de conversión profunda para que pudiesen procesar nuestros crudos pesados transformándolos en productos de alto valor. Se hizo un inmenso esfuerzo exploratorio que permitió aumentar las reservas probadas de petróleo convencional, que pasaron de unos 18.000 millones de barriles en 1976 a unos 80.000 millones de barriles de petróleo y 145 trillones de pies cúbicos de gas en 1998. La capacidad de producción petrolera alcanzó a 3.700.000 b/d, exportábamos 3 millones de b/d y mercadeábamos casi 4 millones. Llegamos a ser la tercera empresa mundial en capacidad de producción y la cuarta en refinación.
Con el tiempo pasamos a ser propietarios, total o parcialmente, de unas 20 refinerías en el mundo entero y nuestra capacidad de refinación alcanzó a los 3 millones de barriles diarios.
En Venezuela contábamos con 6 refinerías. A través de Citgo (100% propiedad de Pdvsa) llegamos a controlar 10% del mercado interno de gasolina de Estados Unidos, el mayor del mundo. En ese país disponíamos de 8 refinerías, 66 terminales, varios oleoductos y contábamos con una red de 15.270 estaciones de servicio abanderadas con la marca Citgo, siendo así capaces de llevar nuestro petróleo desde el subsuelo venezolano hasta los tanques de gasolina de los automovilistas americanos, pasando todo el tiempo por instalaciones venezolanas y agregando valor en cada eslabón de la cadena. Éramos el primer exportador de petróleo a Estados Unidos.
En Europa, en asociación con otras empresas, contábamos con 8 refinerías: 4 en Alemania, 2 en Suecia y Bélgica y 2 en el Reino Unido.
En Saint Croix éramos dueños de 50% de una refinería que atendía lo que para Pdvsa era un mercado premium: el Caribe, al cual se destinaba 21% de nuestra producción petrolera. También teníamos una refinería arrendada en Curazao.
Nuestra producción petroquímica creció a niveles impactantes, superando en 1998 los 4,1 millones de toneladas métricas. La producción de carbón de Pdvsa alcanzó a 5,1 millones de toneladas en 1998, en tanto que la de orimulsión (una emulsión estable de agua y petróleo extrapesado que servía para la generación de electricidad) se acercaba en 1998 a las 5 millones de toneladas. La exportábamos a Canadá, Japón, China, Singapur, Dinamarca, Italia y Lituania.
Gracias a las distintas modalidades de la apertura petrolera habíamos suscrito contratos que hubiesen llevado la producción petrolera por encima de los 5 millones de b/d. Firmamos 4 grandes asociaciones estratégicas que permitieron desarrollar la tecnología necesaria para transformar la faja del Orinoco en una realidad económica. Aunque ya se conocía la faja y su potencial, no se podía explotar comercialmente por falta de esa tecnología. También suscribimos una asociación estratégica para el Proyecto Cristóbal Colón que nos hubiese transformado en uno de los principales jugadores en el mercado mundial de gas.
Tales logros fueron alcanzados por la llamada Pdvsa “meritocrática”. Se le dio ese nombre porque todo su personal era sometido cada seis meses a un proceso de evaluaciones. Los que cumplían con sus metas y acumulaban méritos ascendían más rápidamente, se les facilitaba la formación y otorgaban becas de estudio. El personal de Pdvsa no buscaba un cargo, buscaban una carrera. La excelencia se había establecido como meta.
La Pdvsa de todos.
Llegó la revolución. El término “meritocracia” comenzó a utilizarse de manera peyorativa. Como textualmente dice el Plan de la Nación, se comenzó a utilizar el petróleo como “punta de lanza” para promover el proyecto revolucionario. Endeudaron a Pdvsa, le cambiaron su misión le despidieron a 20.000 trabajadores (50% del personal de la empresa, pero 75% de la nómina mayor) que acumulaban 300.000 años de experiencia y conocimiento. El personal de Pdvsa pasó de 42.000 trabajadores a 140.000. Acabaron con la orimulsión e hipotecaron a Citgo que es el principal brazo comercializador de nuestro petróleo. Se desprendieron de muchas refinerías. Se desconocieron contratos.
A Pdvsa la politizaron y la endeudaron. Le encomendaron funciones ajenas a las que corresponden a una empresa petrolera. La pusieron a importar alimentos y a apoyar un proyecto político. La volvieron –en palabras textuales de su presidente– “roja rojita”.
Los resultados están a la vista: Según “fuentes secundarias” reportadas por la OPEP nuestra producción alcanzó en 2016 a apenas 2.021.000 b/d; y según “comunicación directa” del propio gobierno a la OPEP, la producción de Venezuela cayó en 384.000 b/d solo durante ese año (OPEC, Monthly Oil Market Report, January 2017, pág. 55)
Pdvsa es hoy una empresa enferma. Para poder seguir operando y cubrir el déficit en su flujo de caja, requiere del auxilio del BCV. Al informar sobre los agregados monetarios, el Banco Central señala en sus estadísticas que al 23/12/16 el 88% de la base monetaria del país, o sea, 4,5 billones de bolívares, proviene de “financiamientos a empresa petrolera”. Tan descomunal cifra equivale a 42 veces el monto de las reservas internacionales de Venezuela.
Tales datos llevan a la triste conclusión de que Pdvsa, que tanto había aportado a Venezuela, se ha transformado hoy en la principal causa de que Venezuela padezca la inflación más alta del mundo.
Comentario :  Lo que todos los venezolanos deberíamos saber.  H.C.




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sábado, 21 de enero de 2017

Luz y camino en la oscuridad Luis Ugalde S.J.

Luz y camino en la oscuridad

Luis Ugalde sj 

El 13 de este enero de este año que comienza, los arzobispos y obispos de Venezuela entregaron su documento más trascendente en nuestra historia. Todos deberían leer sus cuatro páginas y ponerse en marcha desde la actual realidad de muerte hacia la vida. Reproducimos en este espacio reducido sus párrafos más significativos: “Si bien hablamos como cristianos católicos, nuestras reflexiones y preocupaciones las ofrecemos a todos, sin distinción de credo, de inclinaciones políticas o sociales. El país nos duele a todos, y el clamor y la angustia de la gente son también nuestros”.
 “La actual realidad venezolana es extremadamente crítica. Una gran oscuridad cubre nuestro país, un oscuro panorama que se agrava cada día que pasa, porque no se ponen correctivos a los males y porque la causa que los genera avanza como una tenaza que se va cerrando, con sus secuelas opresivas y destructoras”.
“El intento de cercenar las atribuciones constitucionales de la Asamblea Nacional y la ola de represión y persecución política que se ha desatado en últimos días lesionan gravemente el ejercicio de la institucionalidad democrática. Solo en regímenes totalitarios se desconoce la autonomía de los poderes públicos y se impide la libre manifestación de la ciudadanía”… La causa fundamental, como lo hemos afirmado en otras ocasiones, es el empeño del Gobierno de imponer el sistema totalitario recogido en el Plan de la Patria (llamado Socialismo del Siglo XXI)”.
“Es necesario incluir en el inventario negativo el infructuoso diálogo entre el Gobierno y la Oposición, en el cual la Sede Apostólica aceptó participar como facilitador por la invitación de las partes en conflicto. Dicho diálogo suscitó esperanza en la mayoría de los venezolanos, pero su resultado fue decepcionante, a causa, principalmente, del incumplimiento, por parte del Gobierno, de los acuerdos a que se había llegado en la reunión del 30 de octubre de 2016”.
“Los obispos venezolanos, en comunión con el Santo Padre Francisco, reiteramos las condiciones para continuar el diálogo señaladas por el Secretario del Estado Vaticano, el Cardenal Pietro Parolín, en su carta del 1 de diciembre de 2016: 1. Aliviar la grave crisis de abastecimiento de comida y medicinas que está sufriendo la población. 2. Las partes concuerden el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir sin dilaciones su futuro. 3. Se tomen las medidas necesarias para restituir cuanto antes a la Asamblea Nacional el rol previsto en la Constitución; 4. Se apliquen los instrumentos legales para acelerar el proceso de liberación de los detenidos”.
Luces para construir la nueva Venezuela
 “¿Cómo ser portadores de luz y esperanza en un panorama de oscuridad y de muerte? Este es el desafío que nos interpela más profundamente como ciudadanos y como creyentes. Los preceptos ‘ama a tu prójimo como a ti mismo’ (Mt 22,39) y ‘no matarás’ (Ex 20,13), es la voz de Dios que resuena en el fondo de nuestras conciencias. La misión del cristiano, en cualquier circunstancia, es anunciar al Dios de la vida y revertir la cultura de muerte en cultura de vida… Frente al mal nadie puede permanecer como simple espectador. El llamado es a ser protagonistas del presente y del futuro de nuestro querido país”.
“Las urgentes necesidades de las personas, familias y comunidades reclaman de las autoridades respuestas inmediatas. En este momento es necesario que el Estado venezolano acepte la ayuda internacional, ofrecida por varios países y organizaciones. La Iglesia pone a disposición su infraestructura organizativa (diocesana, parroquial, comunidades eclesiales, Cáritas y otros organismos) para ayudar a enfrentar las carencias de tantos hombres, mujeres y niños en situación de riesgo. Hay muchas otras instituciones e iniciativas privadas dispuestas a contribuir al bien de todos. Con el concurso de los medios y redes de comunicación promovamos la solidaridad nacional que nos lleve a encontrar respuestas valederas ante la urgencia de alimentación y salud”.
“Tal como declaramos en el Mensaje de la Asamblea Conjunta con los Laicos (08-09/01/17), estimamos que el pueblo clama por un cambio profundo de la orientación política del país que sea producto de la decisión del pueblo soberano (CRBV 5): o el Socialismo del Siglo XXI, ausente de la Constitución, o el sistema democrático establecido en la Constitución. El país exige un itinerario electoral, tal como se acordó en la Mesa de Diálogo”.
“Es urgente emprender entre todos acciones que conlleven a la superación de la crisis del país: reactivar el aparato productivo, garantizar la vigencia del Estado de derecho, reconstituir el tejido social fracturado, valorar la ética personal, familiar y comunitaria, fomentar la honestidad y la responsabilidad en la vida pública, promover la reconciliación entre las personas y grupos y, en definitiva, renovar la vida completa del país”.
“Ante la desesperanza reinante, que paraliza la dinámica de toda buena y oportuna iniciativa, exhortamos a todas las agrupaciones políticas, a las distintas confesiones religiosas, a los gremios y asociaciones, a las universidades y al amplio mundo educativo, a los medios de comunicación, a lograr puntos de encuentro que favorezcan la articulación de los diversos sectores en un proyecto común de país. Tengamos confianza y esperanza en nuestras capacidades para cambiar la actual situación”.