sábado, 30 de enero de 2016

¿Podemos estar peor......Fausto Maso

¿Podemos estar peor?
 
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             Fausto Masó
 
No, no podemos estar peor gobernados, esa es la verdad que comprobamos cada día al escuchar a los ministros y al propio presidente. No saben dónde están parados.  Así nos va. 
El presidente Nicolás Maduro llama a la ciudadanía a movilizarse contra la ley de otorgamiento de títulos de propiedad  a los beneficiarios de la Misión Vivienda, aprobada en la Asamblea Nacional. Maduro la califica de "ley capitalista". "Solo con la unión pueblo-gobierno defenderemos el derecho a la vivienda. La Gran Misión Vivienda Venezuela no se privatiza". Dicho de otra manera, es un pecado que usted sea el dueño de su casa en vez del gobierno. Maduro nos pide que aplaudamos que no seamos dueños de nuestra vivienda. No hay que extrañarse de la caída de popularidad de Maduro
Chávez igual que Maduro criticaba el rentismo, ambos han hecho depender a Venezuela cada vez más del ingreso petrolero, a pesar de que en sus discursos hablen de diversificar la economía, de superar el carácter mono exportador de nuestra economía. Nuestras exportaciones eran de un 60% de petróleo durante los gobiernos democráticos, ahora en un 97% exportamos puro petróleo. Abundan, según Maduro, los alimentos, pero los tienen escondidos, solo que no menciona que el estado es el gran importador de comida, si alguien acapara sería el propio gobierno. 
La escasez de medicamentos tiene una explicación, la manía venezolana de ir a la farmacia y auto recetarse “Los venezolanos somos los que consumimos en el mundo el mayor número de medicamentos per cápita”, afirma la ministra de Salud, Luisana Melo.
No hay escasez, todo es “Una técnica psicológica que aplican estos bandidos, estos burgueses”, dice Nicolás Maduro.
Un diputado oficialista descubre el Mediterráneo, “Tiene que venir una nueva etapa de la economía productiva” y de paso ofende a los venezolanos “teníamos un pueblo analfabeta”.
O “Nosotros no tenemos una crisis de desabastecimiento, aquí lo que hay es una crisis de manipulación de los productos“. 
No hay pues  esperanza de que mejoren las cosas. El chavismo con Maduro ha desembocado en una sarta de lugares comunes que si fueran mentiras descaradas cabría alguna esperanza, si quisieran engañarnos, por lo menos ellos sabrían lo que está pasando. Están perdidos y marchamos a toda velocidad hacia el abismo.
La nueva gran figura del gobierno, Aristóbulo Izturiz confiesa en todo de desesperación: “El hecho de que tengamos el gobierno y no hayamos sido capaces de eliminar las colas, que no hayamos sido capaces de enfrentar el acaparamiento, la inflación, todos estos elementos impactan en el venezolano. Hay una inflación real y una inducida, hay desabastecimiento real y un componente inducido que es la guerra económica, no tuvimos la capacidad para liquidar esto en su momento”.
Al gobierno lo ayuda la inercia y la falta de decisión de sus adversarios, no pasan de la unidad electoral del pasado diciembre a una decisiva acción  política. Eso llegará más temprano que tarde y entonces entraremos en una nueva etapa, se abrirán nuevas puertas… pero pase lo que pase estaremos mejor que ahora, porque la principal razón para el optimismo es que el chavismo ha quedado reducido a la exacerbación de la estupidez. El chavismo se está esfumando delante de los ojos del país, lo que alguna vez representó un vigoroso movimiento político se ha vuelto una caricatura de sí mismo. 
Chávez tuvo suerte, se murió a tiempo, se libró de ver el final de su obra, las consecuencias de sus errores. El papel de enterrador político del chavismo le ha tocado a Nicolás Maduro

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¿Gobierno anti rentista? Miguel Mendes R.

SÁBADO, 30 DE ENERO DE 2016

¿GOBIERNO ANTIRENTISTA?
 
Miguel Méndez Rodulfo
 
MIGUEL MEnDEZ RODULFO
 
El rentismo es el Papá de todos los males que han azotado a Venezuela desde la consolidación de la era petrolera. Entendiendo que el petróleo no es el culpable sino los sucesivos gobiernos que han regido a país desde los años 30 del siglo XX hasta los primeros tres lustros del nuevo milenio. Al amparo de la riqueza petrolera los gobiernos no fueron eficientes, subordinaron a la sociedad, lo que incluye a los habitantes del país y al sector privado de la economía, crearon un Estado gigante y centralista, diseñaron una política de reparto clientelar, no combatieron debidamente la corrupción, permitieron que la pobreza aumentara y nunca tuvieron una visión país que lograra enrumbar a Venezuela al primer mundo. Sin embargo, el período democrático iniciado en 1958 trajo profundos cambios que mejoraron notablemente al país, sobre todo en los primeros 20 años de democracia. Eso es innegable y hay que destacarlo, pero desde 1978 hasta 1998 volvimos a retroceder y dimos paso a esta aberración política que hoy conocemos como el chavismo, que infelizmente nos gobierna a su antojo ya por 17 años, pero que todos esperamos que sea por muy poco tiempo más.
La gravísima crisis financiera en que hoy se encuentra el país por la dramática caída de los precios petroleros, debe ser el aldabonazo que nos faltaba para reaccionar como sociedad y salir de una economía petrolera, mono exportadora y rentística, esa que produce épocas de esplendor aparente cuando sube el barril y que nos sume en penosas carencias cuando baja. Hoy día ningún país del mundo pone todos sus huevos en una misma canasta y la diversificación de su economía es la norma. Noruega, incluso no considera los montos petroleros entre sus ingresos ordinarios, sino que los acumula en un fondo para ser colocados y generar unos intereses que se reparten a la población para ayudar a costear gastos de salud, de educación y de vivienda. El hecho es que los nórdicos ven al ingreso petrolero como una lotería y no se confían entonces en contar con la seguridad de esos proventos para afrontar sus gastos ordinarios.
Al nuevo liderazgo le corresponde diseñar e implantar un nuevo modelo de desarrollo que diversifique los ingresos del Estado y eso pasa necesariamente por apoyar y alentar al sector privado, dándole seguridad jurídica primero que nada, restableciendo la confianza y presentando un plan económico que trace un rumbo moderno al país, estimulando sectores clave como la infraestructura, la vivienda, el turismo, la agricultura, la manufactura, la ciencia y la tecnología, las energías renovables, etc. Cierto es que a los hidrocarburos aún les queda una ventana de oportunidades y que todavía podemos esperar una recuperación de los precios en el mediano plazo; sin embargo, las circunstancias ambientales condenan a los combustibles fósiles, además es poco probable que en una estrategia de lucha por el mercado, los precios vuelvan a trepar alrededor de los US$ 100, lo que hace imperativo cambiar el modelo estatista, rentista, populista que hasta ahora hemos tenido, exacerbado hasta el máximo por este gobierno irresponsable y conformado por una pléyade de ignorantes.
La declaración pública del jefe de la bancada oficialista, aseverando que el rentismo petrolero se acabó y que ellos nunca pudieron dar el paso hacia una economía productiva debido a que el pueblo es analfabeta, no hace sino evidenciar que hasta estos sujetos extraordinariamente ignorantes reconocen que debemos sepultar al rentismo. El momento es crucial: o en Venezuela acabamos con el rentismo o éste terminará acabando con el país. Es hora de que el nuevo liderazgo tome la batuta.
Miguel Méndez Rodulfo

jueves, 28 de enero de 2016

Maduro entre dos .......Trino Márquez

MADURO ENTRE DOS TENAZAS


Trino Márquez
 

Producto del fracaso, una vez más, del modelo socialista, el país avanza hacia una crisis económica, social y política, sin precedentes en la historia nacional contemporánea. El estatismo y el colectivismo, dos piezas claves del socialismo, han demostrado ser funestas para organizar la economía y atender las demandas sociales. Ambas distorsiones convierten las naciones en inmensos laboratorios donde una burocracia indolente e incapaz  acumula un poder desmedido, siempre utilizado para flotar en la cúspide.

En Venezuela, se repitió la ruina que vivieron la Rusia soviética, Europa Oriental, Cuba, el Chile de Allende, con el agravante de que esos eran países pobres cuando se implantó el socialismo. En cambio, Venezuela –en apariencia- era una nación rica. El crudo, cuyos precios se proyectaban hacia la estratosfera, creó la ilusión de que el socialismo petrolero podría financiarse a pesar de la destrucción del aparato productivo interno. Este espejismo se desvaneció. La globalización pulverizó cualquier posibilidad de mantener una economía eficiente y sostenible al margen de los dictados de los mercados internacionales, fundados en la competencia, el aprovechamiento de las ventajas comparativas y competitivas y la productividad creciente.

        El descalabro del país no es pasajero. Se han conjugado numerosos factores que llevará tiempo recomponer. La infraestructura económica fue destruida por el delirio estatista de Chávez y Maduro. Los precios del petróleo solo tendrán posibilidad de recuperarse en el mediano plazo. La producción nacional de crudo, situada en menos de la mitad de lo que el Gobierno había previsto para 2016, crecerá lentamente porque no hay socios dispuestos a invertir en las cantidades ingentes que requiere la explotación del crudo pesado  y extrapesado de la Faja del Orinoco. No habrá divisas para importar si el Gobierno no llega a un acuerdo con el FMI y, simultáneamente, realiza ajustes que estabilicen los indicadores macroeconómicos (inflación, disparidad en la tasa de cambio, déficit fiscal). El Ejecutivo está colocado ante una encrucijada: o realiza los cambios que resuelvan progresivamente la escasez, la inflación y el desabastecimiento, y con ellos, las colas, o las probabilidades de que el descontento se convierta en estallido irán aumentando con el paso de los días. 

        El gobierno debería emprender las reformas a través del diálogo y los  acuerdos con la MUD y con todos los sectores afectados por la debacle: sindicatos, empresarios, gremios, estudiantes universitarios, autoridades regionales, organizaciones civiles. 

        Maduro hasta ahora ha desechado el acercamiento y ha optado por la confrontación abierta con la ´representación parlamentaria de la MUD y la mayoría del país que optó por esos diputados el 6-D. ¿Por qué actúa de manera tan irracional e irresponsable? Por la coerción que ejercen sobre él los dos sectores que poseen mayor capacidad de presionarlo. Uno es el de los corruptos, conformado por una gama variopinta: quienes saquearon Cadivi y arruinaron PDVSA, los que se han beneficiado con el contrabando de extracción y las rutas de distribución de alimentos y otros bienes, los narcotraficantes, los que se enriquecieron con el negocio de las armas y la chatarra militar, los responsables de  PDVAL, los que estafaron a la nación con los recursos destinados a mejorar la energía eléctrica. Este grupete sabe que reconciliación e impunidad son conceptos diferentes.

El otro sector está constituido por los izquierdistas tradicionales, esos que salivan cuando oyen hablar del Manifiesto Comunista; esta fracción espolea a Maduro para que avance por el camino del socialismo ortodoxo, con mayores y más rígidos controles, otras expropiaciones y confiscaciones, más represión  y amenazas. Quisiera que la política económica fuese trazada desde el SEBIN. Luis Salas, el nuevo ministro de Economía, y Tony Baza, uno de sus colaborados más cercanos, son las caras visibles de este grupo anclado en el pasado antidiluviano. El Decreto de Emergencia Económica  expresa esa visión represiva y anacrónica de la política económica. Mientras ellos formen parte del Gobierno, esa será la orientación que prevalecerá. La ruina estará garantizada.

        Esas dos facciones, inspiradas en motivaciones diametralmente opuestas, coinciden coyunturalmente en un objetivo: impedir acuerdos políticos con la MUD y fomentar el desafío a la Asamblea Nacional, en abierta violación de la Constitución. 

        Maduro no parece capaz de eludir ninguno de los dos arietes. Se encuentra en medio del torbellino completamente desconcertado. Mientras tanto, arrastra al país hacia una crisis cuyo desenlace no se ve claro. Esperemos que sea pacífico.

        @trinomarquezc       

        

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miércoles, 27 de enero de 2016

Emergencia económica.....Hector Silva M

Emergencia Económica, impericia y ceguera ideológica; por Héctor Silva Michelena

Por Héctor Silva Michelena | 26 de enero, 2016
Emergencia Económica, impericia y ceguera ideológica; por Héctor Silva Michelena 640a
La inflación, la devaluación, el control de precios, las expropiaciones y la aguda escasez no son sino consecuencias de las políticas económicas impuestas por el chavo-madurismo en 17 años de gobierno.
Como dijo Albert Einstein: “Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”. No todos ignoramos que cuando Hugo Chávez llegó el poder ya hacía una década que el socialismo (con la URSS como eje) había colapsado. ¿Por qué? El fracaso de las economías socialistas de cualquier tipo se debió a la conjunción de tres características que les eran intrínsecas, de ahí su demostrada inviabilidad histórica:
1. La asignación de la mayoría de bienes por parte de un aparato administrativo, bajo el cual los productores no se ven forzados a competir unos con otros.
2. El control directo de la empresas por el partido y sus seccionales políticas.3. Y la falta de competitividad, democracia política y libertad.
Sin embargo, lo principal fue que el crecimiento del bienestar económico pasó a depender del cambio tecnológico. Hacia los años ochenta, ya el crecimiento dependía mucho más de la capacidad de innovación y de su disponibilidad para adoptar nuevas tecnologías que rindieran mejores productos. Y en eso las economías socialistas fracasaron rotundamente.
No es que los ejecutivos no dieran órdenes para que la tecnología mejorara. La verdad es que sin la competencia nutrida de los mercados (tanto nacional como internacional) ninguna empresa estaba obligada a innovar. Y sin la motivación de la competencia no hay innovación.
Así, la cuestión para el socialismo es si se puede diseñar un mecanismo económico que permita la innovación pero inhiba una distribución regresiva como en el capitalismo.
¿Es posible fomentar una competencia entre las empresas que impulse la innovación sin un régimen de propiedad privada de los medios de producción? Esta pregunta es vital, porque hasta el momento presente no se han observado procesos de innovación en una economía, aparte de los fomentados por la competencia.
Y éste es el quid del problema económico en el país: el gobierno es un enemigo acérrimo de la competencia.
Desde hace más de tres años, los empresarios industriales han venido denunciando  la ejecución de inspecciones “sumamente agresivas” en el  sector privado y le pidieron al Gobierno hacer lo mismo en las empresas expropiadas. Carlos Larrazabal, presidente de Conindustria hasta 2013, dijo en junio de 2015 que “nos gustaría ver al Gobierno del presidente Nicolás Maduro inspeccionando a todas estas empresas tal como están inspeccionando las privadas, para que vean las causas del desabastecimiento que aqueja al país”.
Larrazábal calculó que durante la Revolución Bolivariana, iniciada por el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) y continuada por Nicolás Maduro, fueron expropiados “más de 1.400 establecimientos industriales”. Y agregó que “la gran mayoría no está produciendo lo que se producía antes”, pese a que tienen en nómina el doble de personal. Esas empresas están produciendo “nada o una fracción” de los volúmenes contabilizados cuando eran empresas privadas.
La escasez y el desabastecimiento, especialmente en alimentos y medicinas, hoy en día azotan gravemente a los venezolanos. Y la torpeza del gobierno ha empujado al país al borde una crisis humanitaria, cercanas a la hambruna, y a crisis que incluyen enfermedades epidémicas  y otras graves como cáncer, mielitis, esclerosis múltiples y en placas, ACV, etcétera. Y las encuestas de los últimos treinta meses presentadas por Conindustria muestran significativamente algunas de las grandes causas de estas crisis. He aquí su resumen ejecutivo:
La Encuesta de Coyuntura Industrial del primer trimestre de 2015 refleja un estancamiento de la manufactura:
— Todas las variables se mantienen en el rango de Regular a Malo, a excepción de las expectativas de las empresas.
— Más del 60% califica como “igual” la situación de su empresa respecto al trimestre anterior.
— El 67% reporta que su producción cayó en el trimestre (fue de 58% en el trimestre anterior), siendo más alto en las medianas y pequeñas empresas.
— El 71% de los encuestados reporta caída de los inventarios. Esta cifra fue de 63% en el trimestre anterior.
— Las respuestas negativas superan a las positivas en cuanto a inventarios y producción en todos los subsectores encuestados.

Se sabe que la escasez no se define en términos absolutos, sino en relación con la demanda del producto. Donde no hay demanda, no hay escasez. Y esa relación es recíproca: donde hay producción es porque hay demanda.
En Venezuela los precios de los productos básicos están regulados por la Sandler mediante el obsoleto mecanismo de estimar un “precio justo” (¡Ay, sabio de Aquino!) según una fórmula que sostiene que la idea de costo más unas ganancias que no pueden exceder de un 30%. ¿Pero quién detiene el alza de los costos ante una inflación intermensual acelerada, sumada a un control de cambios rígido y distorsionado? Con esa fórmula llega muy pronto un momento en que las ganancias son menores que cero. Y eso es algo insostenible a largo plazo.
Por ejemplo: si el Plan de la Nación, imperativo (socialista autoritario) o indicativo (democrático social), estima una demanda global de alimentos de, digamos, $1.000 al año, y se estima que, para satisfacer ese objetivo, se requerirán insumos por valor de $1.500 en ese año, pero sólo hay disponibles unos $800, entonces no se podrá alcanzar el objetivo deseado. Y es así como se crea inevitablemente  una brecha entre oferta y demanda: eso que llamamos escasez.
En otra parte del resumen ejecutivo 2015 de Conindustria se lee el 59% de los encuestados señala un descenso en las ventas y que el 43% mantiene expectativas negativas para el segundo trimestre del año. Además:
— El 41% de las empresas señala que no invertirá en el próximo trimestre. Y la mitad sólo realizará inversiones de mantenimiento.
— El acceso a materias primas y a las divisas, así como la incertidumbre, fueron los principales obstáculos para aumentar la producción durante el trimestre.
— La capacidad utilizada nuevamente cae por debajo del 50%. Y se reduce con respecto al mismo trimestre de años anteriores. Su nivel cae en los tres estratos: grandes, medianas y pequeñas industrias.

Tenemos, pues, tres severas restricciones: materias primas nacionales e importadas, acceso a las divisas para importarlas y la incertidumbre, cuya importancia es fundamental.
Utilizando los métodos adecuados, estimamos el valor de estas restricciones en un 50%, lo que explica claramente por qué nuestra industria manufacturera apenas trabaja por debajo de la mitad de su capacidad instalada.
La supuesta “guerra económica”, entonces, parece sólo un subterfugio político del gobierno que la población electora venezolana no se tragó, vistos los aplastantes resultados logrados por la oposición el 6D pasado. Una derrota tan severa que, desde esa misma alta madrugada, Maduro, viendo en peligro la pérdida de su presa (el Poder de hacer lo que  les venga en gana, sin control alguno) no ha hecho otra cosa que lanzar “palos de ciego”, esperando que uno de esos palos rompa la lámpara y la capilla militar-civil pesque en la oscuridad.
Y por eso el decreto 2.184 de Emergencia Económica debía ser rechazado, como en efecto lo hizo la Asamblea Nacional en la sesión del 22 de enero de 2016. Actuando con mesura, sopesando el efecto de los artículos del decreto y sin poder contar con los informes solicitados por la AN a los ministros del área económica, quienes se negaron a someterse al proceso de indagación y estudio en un silencio administrativo, para el cual la Comisión Especial designada estaba facultada por el Artículo 193, la Asamblea Nacional rechazó el decreto, según se lee en información publicada en la página web de El Nacional el 22 de enero de 2016, bajo la firma de Isaac González Mendoza:
“La Comisión Especial que designó la Asamblea Nacional para evaluar el Decreto de Emergencia Económica rechazó hoy la propuesta del presidente Nicolás Maduro, debido a que, de acuerdo con el informe, pretende concentrar más poder en el Ejecutivo y agrava la situación del país, por lo que se recomienda al Parlamento no aprobarla.
El decreto no define la emergencia económica, se señala en el informe, que fue leído por el diputado José Gregorio Correa. Además, la delegación acotó que la propuesta parte de un diagnóstico insatisfactorio porque solo argumenta con una guerra económica, supuestamente coordinada por factores internos y externos.
El Ejecutivo no reconoce ningún efecto de las políticas fiscales, monetarias, cambiarias y de precios que aplica actualmente”, explicó la comisión. En este sentido, la propuesta tampoco asegura la estabilidad monetaria.
Indicó que la emisión de dinero tiene un efecto sobre la inflación y la depreciación del bolívar. Por otra parte, mencionó que el régimen cambiario múltiple motiva más a la corrupción, que ha sido reconocida por Maduro. También puede afectar a la empresa privada, aseveró la comisión.
La delegación refirió que no se publicaron cifras oficiales de índices económicos el año pasado, y el decreto sugiere que esa estrategia continúe. Consideró que la propuesta del Ejecutivo facilita la posibilidad de apropiación indebida de fondos.
Otros motivos para negar el decreto: aprobarlo conllevaría a que el Parlamento se ausente de sus responsabilidades, se usaría para el despilfarro de recursos, no protege el gasto social, promueve opacidad fiscal.
José Guerra, presidente de la comisión, informó que el documento tiene 12 medidas de propuesta para que el gobierno las evalúe. Expresó que los integrantes de la MUD están abiertos a colaborar en la resolución de la crisis económica del país. “No creo en la política de Sansón, que se puso los muros sobre los hombros y los demás se murieron”, dijo”.
¡Y se hizo justicia aplicando la Ley!

martes, 26 de enero de 2016

Las 500 horas.......Andres Cañizalez

Las 500 horas de Maduro en cadena

El año 2015 cerró con 499 horas de Nicolás Maduro en transmisiones en cadena de radio y televisión, desde que asumió la presidencia en 2013. En las primeras semanas de este año ya superó las 500 horas. Todo un récord en una lógica que se inscribe dentro del abuso de poder. En una época que parece remota este tipo de transmisiones se usaban de forma esporádica y para anuncios realmente importantes o en fechas patrias. En los últimos años, en cambio, la cadena pasó a ser parte de la programación habitual, con el gran detalle de que al producirse una cadena presidencial la audiencia pierde control sobre lo que ve por la televisión o escucha por la radio, ya que se trata de mensajes obligatorios. La presidencia, cada vez que emite una cadena, le quita potestad al venezolano sobre su libertad de información y entretenimiento.
Durante el año 2015, el presidente Maduro estuvo 146 horas y 39 minutos al aire con este tipo de mensajes. En promedio el presidente habló 24 minutos diarios durante todo el año pasado. Ha pasado a ser un sistema tan de uso exclusivo del presidente, que sencillamente lo usa a su antojo, que en las varias ausencias del presidente Maduro en 2015, en ningún momento el presidente encargado, el vicepresidente Jorge Arreaza, se dirigió al país a través de una cadena nacional. Esto ratifica que este tipo de transmisión de radio y televisión dejó ser una herramienta para la comunicación del Estado, para ser un mecanismo de la comunicación presidencial directamente.
En todo el año 2014 el promedio diario de emisión de estos mensajes fue de 28 minutos. Es decir, en 2015 bajó ligeramente el uso de las cadenas, pero igualmente 24 minutos por día constituye sin duda un uso a todas luces excesivo.
Ahora que se acerca el mes de febrero, hay que recordar que durante el segundo mes del año pasado (2015), el presidente aprovechó el aniversario de las protestas que se activaron en febrero de 2014, en el contexto de “La salida”, para lanzar duros mensajes y descalificaciones a los actores políticos de oposición. El uso político de estas quedó claro, en febrero del año pasado se usaron 35 minutos diarios de cadena.
Estas cifras del uso de las cadenas de radio y televisión, así como del tiempo adicional que usa el presidente Maduro en sus alocuciones televisadas a través de Venezolana de Televisión, pueden consultarse en la página web http://monitoreociudadano.orgasí como en la cuenta en Twitter @cadenometro, en ambos espacios hay información actualizada sobre lo que sin duda constituye un abuso de poder, que no por cotidiano debemos obviar. La cadena nacional no solo le quita libertad al ciudadano sobre lo que ve u oye a través de los medios radioeléctricos, sino que también implica una erogación de fondos públicos.
Un cálculo modesto, que ubica en 255.000 bolívares el costo por cada minuto de transmisión en televisión, arroja que durante el año pasado esas cadenas de Maduro representaron una erogación de fondos públicos por 2,2 millardos de bolívares. Para que se entienda la magnitud de lo que se destina a estas transmisiones, conviene recordar que todo el presupuesto para la Universidad de los Andes (ULA), con sedes en 3 estados, representó 2,5 millardos de bolívares en 2015.
Las cadenas no solo son un abuso de poder, sino que en una época de crisis económica como la que se vive simbolizan también el mal uso de fondos públicos que deberían estar enfocados en lo que realmente es prioritario para la nación.

Decreto de emergencia Leonardo Padron

DECRETO DE EMERGENCIA


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                 LEONARDO PADRÓN

Basado en el artículo comestible al que más sucumbo
harina de maíz blanco refinada precocida enriquecida
70 gramos de sodio y 79 gramos de carbohidratos totales
excelente fuente de hierro, vitamina A y complejo B
comido con esmero y pechuga de pavo frente a las noticias del día
basado en el artículo más preciado por las reinas de belleza de mi país 
atún en aceite vegetal, fuente enfática de proteínas y omega 3
orden irreductible del zar de la vanidad
basado en ese otro artículo de sesgo filosófico y uso desmesurado
(¿fue primero el huevo? ¿cacareó antes la gallina?)
que hoy se estrella contra los cielos del costo por docena 
basado, en fin, en  los 52 productos de la cesta básica alimentaria 
y su carácter esquivo
y su precio gaseoso hasta el escándalo
y su talante clandestino y perecedero
basado en que tenemos las mayores reservas de petróleo del mundo
y de nada nos sirve, de nada nos alivia
basado en el saldo de sangre que acumula el asfalto
90,2  asesinatos por cada 100.000 habitantes
Jorge Carlos Gladys Carmen Marcos Marlene Martínez González
Cualquiera
basado en la prima, el mecánico, el vecino secuestrado
en esa pistola invisible que apunta a todos los ciudadanos
basado en cada frase de alambre de los exiliados
en cada marzo sin hijo de los presos de conciencia
en cada hombre pateado en el hígado de sus convicciones
basado en la melancolía de los años perdidos
en las generaciones arrasadas
en la utopía como farsa y emboscada
yo, que no ostento poder ni curul ni ejército,
decreto mi emergencia cotidiana
mi insurgencia contra lo perdido 
mi pliego de apetencias
donde apunto, escribo y subrayo 
que seguiré agitando papeles rabiosos en los ojos 
de los que ya no tienen  ojos
y pronunciaré la hora que viene, el puntapié, la resurrección
y recorreré el idioma hasta encontrar una playa íntima 
donde el país no sea este cansancio monumental
donde mi parecer y tu decir puedan buscarse
donde haya aire y fulgores y babel 
donde la cáscara del hambriento y los pies del que espera 
desaparezcan en la fatiga de los recuerdos vencidos. 
 
Yo que no poseo ni mando ni asamblea
y ni siquiera seré obedecido
decreto abolir el espanto de los espantapájaros
suspender las esdrújulas mal habidas
recuperar las linternas, el sosiego
y tanto insomnio dilapidado 
allí donde ocurren la vida y sus despedidas, 
su bote de agua permanente, 
su cable roído y vertical. 
 
Hoy en este frágil enero de los comienzos
declaro pertenecer a un país de hombres menesterosos 
corrompidos hasta el hueso por el hollín del petróleo. 
Un país de balas coléricas 
un país que es también un agujero, un pulmón averiado 
una constitución en caída libre 
un país de prosa dura 
construida en los suburbios de la violencia 
como una canción inútil desde la primera vez.
 
(Pobre de espíritu el espíritu
Pobre de solemnidad lo solemne)
 
Hoy es el litigio entre el caudal y la miseria 
entre las categorías sociales y la sociología 
entre los pasillos de la universidad y los de la morgue 
allí donde pastan 
los suicidas, los mendrugos y los secretos.
 
Basado en las estadísticas de la derrota 
en el misterio del viceministerio de la felicidad
en los veinte planes de seguridad que navegan por el Guaire
en las pastillas que se pelean los hipertensos
en la consternación de los diabéticos 
y en los 80 bolívares que cuesta recargar un desodorante 
en la fila de hombres que sudan el sol de Cojedes,
decreto mi emergencia cotidiana
que se parece a la tuya o a la de cualquiera 
una emergencia que es más bien el asma de pertenecer
a un país donde crecen lo confuso y lo inadmisible.
 
(Yo disiento, tú discrepas, él amenaza, 
nosotros votamos, nosotros ganamos, ellos arrebatan, 
¿ustedes dónde están?) 
 
Declaro pertenecer a un país donde conviven asesinos y poetas 
maestros y pranes
militares y legumbres 
y donde cada kilómetro de corrupción 
cada zona de ciudad enajenada 
de prójimo absoluto
es un párrafo urgente que nos necesita.
Eso pide cada pecho que sale a vivir 
cada policía asesinado, cada farmacia aglomerada.
Un decreto de emergencia cotidiana 
contra el poder que miente a pleno sol 
y lubrica con dólares su ideología
y celebra a Fidel en las playas tristes de Ho Chi Minh.
 
(Sobrinos todos, camaradas de fe y alcaloide,
hospedados sean 
allí donde la divisa es el botín. 
Señor dinero, bienvenido a la revolución, 
haga usted lo que sabe hacer, 
envilezca allí, corrompa allá, descorche champaña, 
estrene yates y avionetas,  
sea pródigo, sea expansivo, 
sea socialista, señor dinero).
 
País de fronteras cerradas 
de gente presa en su casa, en su trabajo, en su miedo 
país dolido de tanta noche 
oscuro de tanto golpearse
todo es misericordia sin hora de consulta
cicatriz de la historia
cántaro roto
andrajo, jungla y anarquía.
 
Aquí la muerte es un collar en la garganta 
excesiva y fanfarrona 
levanta la mano a cada rato 
dice aquí estoy 
este es mi reino, mi imperio. 
Su contraseña es un ojo impalpable.
 
No me hablen de paz, no me jodan 
el hartazgo ya aprendió
de la hipnosis queda poco 
crujen los vientres, señor presidente, 
gabinete entero 
ministros todos  
cansan los pies hinchados 
el tráfago
los cuerpos desollados 
las ojeras de ese amasijo que llaman pueblo.
 
Yo me levanto sobre este enero del siglo 21 
con los dedos buscando otro destino en la prosa 
evitando versiones de la misma quejumbre 
allí donde hay gente clausurando sus ganas de volver
llorando por una montaña 
por las diez esquinas de su infancia
por esos amigos que ya no son
y que habitan una casa más grande que sus verdades.
 
Hecho el primer gesto colectivo de redención 
lograda la multiplicación del pan en las urnas
los bárbaros replican
dinamitan, implosionan, escupen
pero cada vez son menos
se apagan
son un paisaje de guerra que se va.  
 
Quedan decretados el énfasis y la ruta
la ceremonia de los tenaces
el grano de luz en la sonrisa 
la emergencia cotidiana
ese asunto que se expande como aceite y victoria  
en el evento de ser un país real
verosímil
casi normal   
y vencer a los falsos santos de la felicidad.

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