sábado, 31 de enero de 2015

Cazando lapas HECTOR Corro I.


8-   CAZANDO     LAPAS

Angel Evelio y yo fuimos toda la vida como dos hermanos.  El, desde pequeño vivía en La Trampa estudiando conmigo en la Escuela de mi mama. Cuando llegaban las vacaciones yo me iba  para San Pablo y en su casa de Los Laureles pasabamos las vacaciones.  Asi como Angel Evelio era para mi mama y mi papa un hijo, asi yo era para Angel Rodriguez  y Enma , un hijo tambien.
Angel le había comprado a Angel Evelio un fusil de aire ( un flover 5  1/2 ) y con  el cazábamos palomas, guácharacas, etc. 
En la quebrada de Los Laureles que corría a unos 50 metros de la casa había dos pozos, muy buenos, en los que nos bañábamos  todos los dias.   En el vallecito de San Pablo, Angel tenía un pequeño cañaveral y un molino con un motor pequeño de gasolina.  El molía la  caña y hacia papelon.  Angel nos llevaba para que lo ayudáramos en la molienda.  Por supuesto que nosotros lo ayudábamos pero pasábamos toda la mañana bebiendo guarapo de caña.  Las tardes las teníamos libres para bañarnos y cazar con el rifle.  Ambos llegamos a tener muy buena puntería.
 Alrededor de la casa de Los Laureles Angel había sembrado muchas matas de aguacate.  Los aguacates eran hermosos y Angel los cosechaba y repartía a los familiares y vecinos.  Un buen dia nos dimos cuenta que cuando algún aguacate maduro se caía, amanecía comido de algún animal.   Nos pusimos a vigilar para ver de que animal se trataba; y descubrimos que eran lapas; comían de noche y de dia se iban para sus cuevas.  Por cierto que todos creíamos que las cuevas eran de cachicámos, pero siguiendo el rastro averiguamos que eran de lapa.  De ahí el viejo refrán " cachicámo trabaja  pa lapa"
.Angel tenía un rifle calibre  22 pero el no nos dejaba usarlo,  asi que inventamos taparle la cueva a las lapas y esperar que ellas las destaparan para matarlas a palo.  Pero no resulto porque era un animal muy rapido.  Cuando no pudimos le informamos a Angel de nuestro decubrimiento.  De ahí en adelante,  nos levantamos por muchas noches con Angel  y fueron muchas las mañanas que desayunamos comiendo lapa.  Por cierto que también descubrimos que la lapa se solía bañar en los pozos de la quebrada, y que si es descubierta, es capaz de pasarse largos ratos en el fondo de los pozos.   Allí permanece oculta y de cuando en cuando saca la cabeza para ver si ya no hay peligro.  La hora de bañarse la lapa es al amanecer o cuando ya la noche esta cayendo.  Un dia inventamos irnos a vigilar las lapas;  como había dos pozos, el uno cerca del otro, podíamos vigilarlos bien los dos.   Queríamos matar una lapa con el rifle de aire.   El caso era, que al asomar la lapa la cabeza dispararle al ojo que nos hiciera de blanco.   Fueron muchas las mañanitas que pasamos vigilando lapas.  El que persevera vence, dice el refrán. Ese dia llego, era una lapa pequeña.  Angel Evelio le disparo.  El animal se hundió, pero al rato aboyo  pataleando.   Angel Evelio le había dado en el ojo.  Ese dia también nos desayunamos con lapa, la mejor lapa que jamás he comido.

Caracas,  26 de diciembre  de 2012

Hector Corro  I.


Serie : RECUERDOS


Enviado desde mi iPad

No pido mucho, solo.......Fernando L. Engaña

opinión

No pido mucho, sólo un país normal

31 Enero, 2015
Problemas los habrá siempre. Problemas graves, también. Idealizar un país sin grandes problemas es perder el tiempo. Pero eso es una cosa y otra es un país agobiado, despedazado, moribundo por una vorágine de viejos y nuevos problemas, muchos de los cuales han surgido de imposiciones desde el poder, extrañas a la manera de ser política de los venezolanos, y en especial a su cultura democrática.
Venezuela no tendría por qué estar padeciendo esta mega-crisis, y no tendría por qué seguirla padeciendo. La alternativa no es un país de puras maravillas, que sólo existe en la ideología, la ignorancia o el fanatismo. La alternativa posible, y también deseable, es la de un país normal, con un estado de derecho básico o funcional, con un gobierno que por ello mismo no puede hacer lo que le da la gana.
Con una economía donde haya libertad de iniciativa y emprendimiento. Sin escasez generalizada ni colas para todo. Sin la carestía, la penuria y la explosión de violencia criminal que caracteriza a esta Venezuela. Una sociedad que valore la convivencia y la búsqueda de la seguridad, y sobre todo la lucha por la justicia, la igualdad, la superación de la pobreza, que se van alcanzando y manteniendo, sólo si el Estado, la economía y la sociedad se esfuerzan para combinar sus fuerzas y no para querellarse en nombre de falsas revoluciones, que, además, sólo sirven de mampara para el despotismo y la depredación
Un país normal que tenga una democracia con elecciones confiables. Con poderes públicos que no estén subordinados a un caudillo o a un “comando político-militar de la revolución”. Con gobernadores y alcaldes que tengan autonomía de acción. Una democracia en los términos de la Constitución de 1999, que sin duda necesita de algunas reformas para limitar los mandatos de los gobernantes y reconstruir la estructura institucional del Estado.
Un país normal en el que no se fomente el odio, la división y la polarización desde el poder establecido. En el que ese poder no promueva bandas armadas para intimidar y controlar a la población. En el que el las Fuerzas Armadas cumplan su papel constitucional, y en el que el orden público y la seguridad ciudadana sea prioridades de las autoridades y la sociedad civil, sin importar la orientación partidista. En el que no haya perseguidos, presos y exiliados políticos.
Un país normal que estimule sistemas de educación pública y privada; que no los limite, acose o los trate de alinear a una partisanía político-ideológica. Que facilite la descentralización de los servicios de salud, de transporte público, de deporte, de vivienda, de programas y misiones sociales. Que aproveche a sus técnicos y expertos para concebir obras públicas grandes, medianas y pequeñas que mejoren la calidad de vida de las personas, las familias, las comunidades, la nación.
Un país normal, con una economía abierta, con interés de los inversionistas extranjeros en traer sus capitales, con leyes claras que no se puedan cambiar un día sí y otro también, con un diálogo permanente entre el Estado, los trabajadores, los empresarios y los consumidores. Con conflictos de muy variada índole, sin duda, pero con capacidad de manejarlos sin que termine imperando la violencia y la devastación de los derechos.
Un país normal con una industria petrolera y energética que no sea un botín sino una palanca de desarrollo. Manejada profesionalmente y no como una seccional de partido o tribu. Con un buen sistema de socios foráneos y con la posibilidad de una amplia participación de los venezolanos.
Un país normal donde no imperen la censura ni la auto-censura. Donde el periodismo independiente no sea una profesión de alto riesgo. Donde no haya una cultura oficial o canónica, y una marginalizada. Donde la promoción de la identidad venezolana, de verdad, sin caricaturas, sea la meta de la estrategia comunicacional, tecnológica y creativa del país.
Un país normal es un país sin ínfulas de potencia mundial o de salvar al planeta. Es un país que no le tiene piquiña a la globalización sino que la aprovecha para sus legítimos intereses. Es un país donde la gente no se quiere ir al exterior. Un país que le puede ofrecer un presente y un futuro humano, digno, a su población. Nada que ver con un país perfecto, que eso no existe ni existirá nunca. Pero tampoco que ver con un país que se cae a pedazos como esta, nuestra patria venerada.
Tener un país normal no es una esperanza extravagante. No es una aspiración anormal. No es pedir demasiado. Ni siquiera es pedir mucho. Es nuestro derecho. Y por lo tanto es nuestro deber luchar para alcanzarlo.

flegana@gmail.com

Canal Noticiero Digital
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Fin inminente........Óscar Arias S.

TRIBUNA

El fin inminente de la Revolución Bolivariana

La situación por la que atraviesa actualmente Venezuela no solo demuestra su déficit fiscal, sino también su déficit democrático

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No sé cuántas veces hemos creído, a lo largo de los últimos 15 años, que Venezuela está al borde del cambio, que ya no puede soportar, que algo tiene que ceder. Y sin embargo, el régimen chavista ha persistido a pesar de los augurios que desde sus inicios vaticinan el fin inminente de la revolución bolivariana. ¿Qué explica esta resiliencia? ¿Cómo se entiende que un sistema claramente anti-democrático haya logrado resistir tantas presiones y continúe, al menos hasta hace poco, recibiendo el apoyo del electorado?
Sobre esto se han escrito volúmenes y se escribirá todavía mucho más. Venezuela al inicio del siglo XXI seguirá fascinando a los académicos y los analistas durante décadas por venir. Pero es innegable que dos piedras angulares de la supervivencia del régimen chavista han sido el desempeño económico, sustentado sobre el comercio del petróleo, y la popularidad de su líder (en su momento Hugo Chávez y después, en menor medida, Nicolás Maduro). Creo que todos podemos coincidir en que estas dos fuerzas se encuentran hoy en el peor estado registrado desde 1999.
La acelerada caída en el precio internacional del petróleo, y el consecuente deterioro de las condiciones fiscales de un gobierno que acapara casi la totalidad de los servicios esenciales, han impactado la vida cotidiana de los venezolanos en una forma que, ahora sí, parece insostenible.
Es un cliché decir que el dilema actual del chavismo es la “crónica de una muerte anunciada”. Pero es la verdad. Maduro puede hacer todas las contorsiones retóricas posibles, calificando la situación de “guerra del petróleo” y de intento de “colonización mediante el colapso económico”, pero ningún otro país en años recientes ha dispuesto de mayores recursos con peores resultados.
Ningún otro gobierno ha dilapidado sus ingresos de una manera tan temeraria. Nadie más que el régimen chavista es responsable por esto. No hay conspiración internacional que explique que las colas para comprar harina o jabón duren dos días. Eso solo se explica por la existencia de un gobierno corrupto, ineficiente, dedicado al culto de la personalidad y obsesionado con ocultar el fracaso de un modelo que ya no hay forma de subvencionar.
Amartya Sen demostró célebremente que nunca se ha registrado una hambruna en una democracia consolidada. En cierta forma, la situación por la que atraviesa actualmente Venezuela no solo demuestra su déficit fiscal, sino también su déficit democrático. Las instituciones que han sido socavadas a lo largo de los años, la iniciativa empresarial que ha sido obstruida, la oposición que ha sido suprimida, la separación de poderes que ha sido anulada, son fuerzas que hubieran evitado que el país se acercara tanto al borde del despeñadero.
Una democracia canaliza el descontento popular con eficacia. Una democracia rectifica errores con prontitud. Chávez y Maduro se encargaron de ahogar esa capacidad de respuesta. Ahora Maduro más bien aprieta el puño con mayor fuerza, intentando acallar a quienes alzan la voz. Que Leopoldo López esté en la cárcel, que María Corina Machado enfrente un juicio digno de una novela de Arthur Koestler, no hace sino confirmar que el gobierno ha perdido el control.
No debemos cometer el error de dar por sentado el fin de una era. Antes bien, es la responsabilidad de todo demócrata, y no solamente de los venezolanos, ayudar para que Venezuela logre hacer una transición democrática. La crisis de legitimidad del régimen chavista tiene que ser contrarrestada por la legitimidad de la oposición. Estamos frente a una verdadera coyuntura histórica. Nos corresponde a todos colaborar para que ocurra un cambio, y ocurra de forma pacífica.
La prioridad no debe ser remover a una persona específica. Eso es un error que otros países han cometido, derrocando líderes cuya salida no tuvo efecto sobre la situación real. La prioridad debe ser la institucionalidad democrática.
Lo que es indispensable es restablecer el Estado de Derecho y la separación de poderes. Lo que es indispensable es abandonar la perversa intromisión de las fuerzas armadas en la vida civil. La legitimidad de la oposición debe derivarse de su adhesión a ciertos principios, no de su ataque a ciertas personas. Debe derivarse de su compromiso con el respeto a la institucionalidad y de su negativa a utilizar la violencia como moneda de cambio. En este momento, nada es más apremiante que la situación de desabastecimiento y racionamiento. Cuando se trata de las necesidades más básicas, el riesgo de violencia escala. Por eso, hoy quiero realizar un llamado a la oposición para que ejerza un liderazgo responsable.
Y realizo también un llamado a la comunidad internacional para que vuelque sus ojos sobre Venezuela. Conozco bien la dinámica de las relaciones internacionales. Sé que existe una competencia por la atención a nivel global, y que Venezuela comparte el escenario con regímenes que presentan un riesgo más cercano para las potencias mundiales.
Sin embargo, quiero subrayar que estamos en un punto de inflexión: en una Venezuela postrada económicamente, y aislada políticamente, la presión internacional puede generar resultados positivos. La primera condición debe ser, como lo he dicho muchas veces, la liberación de todos los presos políticos. Cada día que Leopoldo López pasa en la cárcel, cada día que se arrestan oficiales electos o estudiantes, es una violación a los derechos humanos, a la Carta de las Naciones Unidas y a la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos.
La liberación de los presos políticos debe ser el primer paso de una estrategia que lleve a un pleno restablecimiento de la democracia en Venezuela. Aunque comprendo las diferencias de la situación actual en Venezuela con otras transiciones en la historia mundial, también creo que hay lecciones que no deberíamos olvidar. Mandela no hubiera logrado nunca el fin del apartheid si no hubiera pensado en el propio de Klerk, en el Partido Nacional y en el papel que habrían de jugar en la transición sudafricana hacia la democracia.
No es la división ni la venganza lo que llevará a Venezuela a un mejor futuro, sino la inclusión pacífica e inteligente. Yo confío en que ha llegado la hora. Confío en que los venezolanos sabrán reconocer que el régimen chavista pudo haber tenido, en sus inicios, intenciones nobles, pero su fracaso es indiscutible. El modelo económico que quizás alguna vez estuvo inspirado en la justicia social, ha desembocado en la escasez y la necesidad. No hay que ser de derecha ni de izquierda para admitir que no vale la pena preservar algo por su promesa. Las cosas se preservan o desechan por sus resultados.
Es hora de evaluar un experimento político que, como tantos otros, se sostuvo sobre el espejismo de la bonanza económica que trae un boom en los precios de productos primarios. Es hora de adoptar un régimen que se sostenga, de una vez y para siempre, sobre valores democráticos.
* Oscar Arias Sánchez fue presidente de Costa Rica de 1986 a 1990 y de 2006 a 2010 y Premio Nobel de la Paz 1987. Arias remitió esta carta al foro “Poder Ciudadano y la Democracia de hoy”, que se realizó este 26 de enero en Caracas y al que no pudo acudir, aunque fue invitado, junto con los ex–mandatarios Sebastián Piñera, de Chile, Felipe Calderón, de México, y Andrés Pastrana, de Colombia.
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Y

viernes, 30 de enero de 2015

Sobre Winston .......Aníbal Romero

SOBRE WINSTON CHURCHILL

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El pasado día sábado 24 de enero se cumplieron cincuenta años del fallecimiento de Winston Churchill, una de las figuras históricas más importantes del siglo XX.
Churchill fue un personaje complejo y de múltiples facetas, como casi siempre ocurre con individuos de su categoría e impacto en el curso histórico. Se distinguió como soldado, periodista, político e historiador; pero por encima de todo fue un líder en el sentido más profundo de la palabra. Como lo argumenta Ronald Heifetz en su libro de 1994, Liderazgo sin respuestas fáciles, ser líder significa guiar enseñando; en otras palabras, la esencia del liderazgo es pedagogía, y un verdadero líder es aquel que ayuda a otros a enfrentar retos y problemas exigentes sin pretender que los mismos son susceptibles de soluciones simples, mágicas o carentes de costos.
Churchill tuvo una larga vida que no careció de vaivenes, de subidas y bajadas, de contradicciones, de polémicas, de triunfos y reveses. Se equivocó en no pocas ocasiones, pero también tuvo grandes aciertos como estadista y conductor de su pueblo en su hora más dramática. Sin duda alguna, la cúspide de su carrera tuvo lugar entre 1940 y 1945, y muy en particular durante el período de mayo-junio de 1940, cuando Francia sucumbió ante el ataque de Hitler, y la Batalla de Inglaterra en los meses de verano y otoño de ese año. Como el mismo Churchill lo expresó en sus memorias de la Segunda Guerra Mundial, durante esa etapa crucial la Gran Bretaña estuvo sola. Francia había capitulado, la URSS seguía atada a la Alemana nazi a raíz del pacto Hitler-Stalin de agosto de 1939, y Estados Unidos solo entraría en la guerra hacia fines de 1941, después del ataque japonés en Pearl Harbour.
A lo largo de pocos meses decisivos se produjo uno de esos fenómenos misteriosos, en los que un pueblo encuentra su  representación y su voz en un individuo, en una persona singular que encarna a la vez una convicción y una voluntad. El destino de Europa, de Occidente y de la libertad se jugó entonces en los cielos de Inglaterra.
Los caminos de Churchill y del pueblo británico no habían marchado de modo sincronizado durante los años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Al final de la primera conflagración mundial, en 1918, la sociedad británica, extenuada y herida hasta lo profundo por los inmensos costos humanos y materiales de ese conflicto, había optado por el pacifismo y una extendida pasividad frente a los eventos internacionales. Sus dirigentes de entonces, hasta llegar a Chamberlain en la década de los treinta, no hicieron realmente sino manifestar los deseos predominantes entre su pueblo, proyectando una diplomacia de conciliación y apaciguamiento con respecto a las convulsiones europeas de la época, y de modo especial hacia las arremetidas del fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán.
El pueblo británico quería la paz, y la diplomacia de conciliación con Hitler y Mussolini desarrollada por sucesivos gobiernos en Londres expresaba ese deseo. Igual impulso de apaciguamiento hacia los dictadores totalitarios dominaba la diplomacia francesa, y semejante propósito de diálogo y negociación casi a toda costa llegó a su humillante conclusión en el infame acuerdo de Munich de septiembre de 1938, suscrito por Chamberlain, Daladier, Hitler y Mussolini, mediante el cual la Gran Bretaña y Francia cedieron a las presiones nazis, y sin disparar un tiro ni consultar a las víctimas aceptaron el desmembramiento de Checoslovaquia y la incorporación de la mitad de ese país al Reich alemán.
Hasta ese momento, aunque abrigando crecientes dudas, los británicos habían respaldado a Chamberlain, a pesar de las incesantes advertencias de Churchill. El acuerdo suscrito en Munich había contado con reiteradas promesas de Hitler, según las cuales con la anexión de parte sustancial del territorio checo sus ambiciones territoriales habían sido colmadas, y ya no buscaría expandir más allá el poder nazi en Europa. Pero Churchill comprendía la verdadera naturaleza del enemigo. La hazaña de Churchill fue primeramente intelectual y psicológica, y consistió en entender a tiempo que Hitler era un verdadero revolucionario, es decir, un actor histórico con objetivos ilimitados que no sabía detenerse, y con el cual todo diálogo y toda negociación no eran otra cosa que eslabones tácticos de una cadena aferrada a la meta estratégica del poder absoluto.
Si bien durante esos años anteriores a la claudicación de las democracias en Munich, Churchill se había dedicado con incansable tesón a advertir y alertar acerca de quién era Hitler y qué representaba el nihilismo nacionalsocialista, los británicos en general prefirieron evadir el panorama que el ya viejo político dibujaba persistentemente con sus discursos parlamentarios, artículos de prensa e intervenciones radiales. No se trató de que los británicos le ignorasen por completo, sino que simplemente escogían mirar con aprensión hacia otro lado.
Munich fue un momento clave. Cuando pocos meses después, en marzo de 1939, Hitler ocupó el resto de Checoslovaquia violando así sus más solemnes y repetidas promesas, se produjo en lo más hondo de los espíritus de millones de británicos una sacudida fundamental y una decisión sin retorno. Se hizo evidente para ingleses, galeses, escoceses e irlandeses, en una especie de revelación súbita pero raigal, que ante Hitler el apaciguamiento no funcionaba, y que el diálogo, la conciliación y la negociación con el Fuhrer nazi no significaban sino pasajeros fuegos de artificio que dejaban atrás solamente la huella de un espejismo.
Una política de apaciguamiento, como han apuntado diversos autores, solo tiene sentido si se lleva a cabo con relación a actores políticos “normales”, es decir, actores políticos con propósitos limitados, así como dispuestos, como ocurre en genuinas democracias, a ceder el poder pacíficamente de acuerdo con la libre voluntad popular. Pero ante actores revolucionarios, cuyos objetivos son ilimitados, una política de apaciguamiento es expresión de un error de diagnóstico, de una equivocación analítica, y también a veces de una claudicación moral. Por esto último mi frase favorita de Churchill es la siguiente: “La guerra es mala, pero la esclavitud es peor”. A veces resulta imperativo e inevitable confrontar, pues la alternativa es una indigna e irreparable sumisión.
Durante los meses heroicos de junio a noviembre de 1940, cuando la Real Fuerza Aérea británica doblegó a la Luftwaffe e impidió a Hitler el dominio del aire, condición indispensable para invadir Inglaterra, Churchill se convirtió en el líder, el inspirador y el pedagogo de un pueblo que superó todas sus dudas, para entregarse con extraordinaria tenacidad, generosidad y valentía a la tarea de derrotar a Hitler y el nazismo. A esa etapa pertenecen memorables discursos, en los que Churchill, a la vez de decir la verdad y explicar a los británicos que la victoria exigiría “sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas” (“blood, toil, sweat, and tears”), transmitió una vibrante e indoblegable fe en el triunfo, escribiendo un hermoso capítulo en el libro que narra las luchas por la libertad.

jueves, 29 de enero de 2015

Una noche de luna llena Hector Corro i.




10-   UNA NOCHE DE   LUNA  LLENA

Saliendo de Maracaibo con dirección  sur-norte, uno toma la carretera que conduce al pueblecito de El  Mojan.  Unos dos o tres kilometros antes de llegar a este, si uno se desvia a mano derecha y toma una estrecha vereda, llega a un pequeño caserio denominado Las Cabimas.
Si uno, pasado el Caserio, continua,esta llegando al Lago.
Hace ya,  cincuenta años, Isidro González compro unas 12 hectáreas a orillas del Lago.  Entonces, las aguas del Lago eran semi-salobres, gracias a la apertura de la Barra, pero no estaban contaminadas.
En esos terrenos, el Sr. Isidro construyo un galpon como para pasar los fines de semana a orillas del Lago.  Por las tardes y en la prima noche, allí bate el viento con mucha fuerza.  El Sr. Isidro, zuliano de pura cepa, trabajador, imaginativo e innovador, le dio una solución muy original al problema del viento.  Imagino y construyo unos tablones corredizos que durante el dia se deslizaban por la parte interior del techo del galpon,  y al caer la tarde, segun el viento fuera creciendo en intensidad , se deslizaban hasta el piso; y allí se ataban a unas argollas  fijadas en el piso para ese fin. Idea genial y muy practica.
Era Semana Santa.  Allí estábamos la familia integra del Sr. Isidro: sus hijas y sus hijos, todos casados, y con muchos nietos. Además,allí estaban algunos invitados, amigos de la familia.  El dia se iniciaba con la llegada mañanera de pescadores ofreciendo "lisas fresquecitas",recién pescadas.  Luego el desayuno con pescado frito, mandocas y tostadas.  Despues los chapuzones en las aguas del Lago, no cristalinas, mas bien turbias, pero puras, y sin contaminación alguna. Al caer la tarde., saboreando la zulianisima Regional, era la hora de los aficionados al domino.  El verdadero aficionado al domino sabe cuando se sienta, pero no sabe, ni quiere saber, cuando terminar. Esa tarde, nos sentamos frente a la mesa de domino,  Paco, Danilo, Humberto y yo.  Paco y yo hacíamos pareja contra Danilo y Humberto.  Cayo la tarde, cayo la noche, y a medida.  que la cervecita iba dejándose  sentir, mas se animaba el juego.   Todos fueron colgando sus hamacas,  y cansados del ajetreo del dia, querían descansar.  Nosotros no teníamos sueño. Solo queríamos seguir jugando.  Nos sacaron del galpon y nos apagaron las luces;  con un pedazo de cable que conseguimos en el carro de Danilo,  hicimos una extencion y prendimos un bombillo.  La verdad es que estábamos mas prendidos que el bombillo.  Para que nos fuéramos a dormir y dejáramos la bulla, nos secuestraron el cable y el bombillo.  Era una noche de luna llena y fuera del galpon habia mas claridad que la que nos podía dar el secuestrado bombillo.  Tomamos la mesa, cargamos con las sillas, y nos sentamos a seguir el juego, alumbrados con la luz de la luna,  a unos cien metros del galpon.   No se que hora seria, por lo menos yo, habia perdido la noción del tiempo.   Imagino que serian las dos o las tres de la mañana.   De pronto sentimos un ruido extraño y un caminar como de cochinos que se nos acercaban.  Eran, si, unos cochinos que buscaban las sobras y los desperdicios tirados aquí y allá por los dormilones del galpon.  La idea fue de Danilo;  Paco, Humberto y yo solo colaboramos.  Nos paramos de la mesa, y con mucho cuidado, sin hacer ruido, fuimos llevando los cochinos hasta el galpon.  Allí todos dormían. Cuando ya los cochinos estaban llegando al galpon les comenzamos a gritar y a echarlos a correr.  Eran como diez cochinos y chillando entraron al galpon.  Todos los dormilones se despertaron como quien hubiera tenido una pesadilla de terror.  A cierta distancia, nosotros los jugadores, celebrábamos con mas cerveza.   Nadie sabia lo que habia pasado.  Sacaron los cochinos del galpon y se volvieron a sus hamacas.  Al escuchar los comentarios, soto voce, de los desterrados jugadores, dedujeron lo que pasaba.  Nosotros cargamos con la mesa y las sillas, colgamos nuestras hamacas y nos disponíamos a dormir plácidamente.  De golpe, yo, al mens sentí como si todo el el Lago hubiera tomado vida y me estuviera cayendo encima.  No era el Lago, eran todas las mujeres armadas con tobos de agua......la venganza y la furia femenina cayeron sobre nosotros.... literalmente nos empaparon.
Todo ello sucedió en el paso de un Sábado Santo a un Domingo de Resurrección.   Fue en una  NOCHE DE LUNA LLENA.

Caracas, 30/D de 2015

Héctor Corro I.


Serie :  ANECDOTAS


Enviado desde mi iPad

La Cola........Trino Marquez

opinión

Trino Márquez

La cola: metástasis del socialismo y la cleptocracia 

29 Enero, 2015
Las interminables colas que se ven en el país son el resultado del desmadre de dos esquemas distintos, pero complementarios. Uno, el socialismo; el otro, la cleptocracia asociada a los controles de cambio y de precios. 
El socialismo del siglo XXI destruyó un segmento significativo de la producción privada, cercándolo con intervenciones desmedidas, estatizando industrias que eran eficientes en manos particulares –y ahora ocasionan pérdidas millonarias- y creando empresas que solo generan gastos gigantescos. El socialismo -es decir, el gobierno rojo- también es culpable de haber desecho los mecanismos de distribución de bienes que fueron surgiendo –muchos de ellos de forma espontánea- a medida que el aparato industrial fue haciéndose cada vez más complejo y diversificado. Los productos llegaban a las bodegas instaladas en la punta de los cerros más altos y a los pueblos más alejados, sin que ningún organismo público o privado se hubiese planteado jamás centralizar esa red, ni construirla conscientemente. Los rojos tomaron en sus manos ese tejido, y estamos viendo los resultados: la gente de los cerros, que antes recibía los diversos bienes, ahora bajan a la ciudad a buscarlos de forma atropellada.
La demolición de los mecanismos de distribución está relacionada con los controles de cambio y de precio. El primero ha mantenido artificialmente sobrevaluado el bolívar Cadivi y SICAD I (cuando se consigue ) –ambos destinados a favorecer a la nomenclatura roja-, transformando esos dos mecanismos de reparto en un poderoso instrumento de corrupción, el más perverso de cuantos han existido en Venezuela. El control de precios ha situado el valor de los productos regulados muy por debajo de su costo, haciendo poco atractiva su producción, aunque muy lucrativo el contrabando de extracción hacia los países vecinos y la compra por parte de revendedores y buhoneros, o la adquisición nerviosa por parte de los ciudadanos ante la incertidumbre de no poder conseguirlos por largos períodos.
¿Quiénes se benefician y quiénes se perjudican del caos creado por Nicolás Maduro al mantener las regulaciones y un control de cambio que contiene cuatro –o en el mejor de los casos- tres tipos de paridades? Los beneficiarios, como en todos los sistemas socialistas, son los grupos que giran alrededor de la órbita del poder: Miraflores y el PSUV. La “guerra económica” la desataron esos sectores que tienen en sus manos la capacidad de decidir la ruta hacia donde se dirige un bien producido, por ejemplo, en la región centro occidental o el oriente del país, y que se encarga, a hurtadillas, de que solo 50% llegue a los anaqueles de los supermercados ubicados en Venezuela, y la otra mitad termine en los estantes de Colombia, Brasil o Panamá, donde el mismo producto se vende cinco o seis veces más caro. No es la oposición la que toma esa clase de medidas, sino autoridades militares y civiles que encontraron en el contrabando de extracción con productos regulados, en la sobrefacturación de los dólares concedidos por Cadivi u obtenidos a través del SICAD, un mecanismo rápido y seguro de acumular enormes fortunas con los recursos de los venezolanos.
Quien está pagando la metástasis de la corrupción apañada por un Gobierno proxeneta es el pueblo, que no sale de su desconcierto. Después de haber vivido la abundancia del período comprendido entre 2007 y 2013 –cuando el barril de petróleo promediaba ligeramente por encima de los $100 y las importaciones superaban los 60.000 millones de dólares al año-, de repente se encuentra ante un cuadro de escasez aterrador.
Las colas son un signo humillante de la ineficiencia y corrupción endémica del socialismo y los cimientos que sustentan ese endemoniado sistema. El socialismo chavista se ha edificado sobre el reparto populista de la renta petrolera, ahora cada vez más escasa, y sobre una cleptocracia voraz e indolente, que ve en cada control, intervención o norma gubernamental, la posibilidad de incrementar su riqueza y poder. Los militares son una pieza clave de este mecanismo. Sin su apoyo no habría sido posible construir el andamiaje. Las fronteras, Cadivi, las rutas de distribución de alimentos y bienes básicos, forman algunas de las piezas de ese entramado.
La situación de los militares después de la caída de Pérez Jiménez resulta un buen ejemplo de qué ocurre cuando la gente llega al hartazgo.

miércoles, 28 de enero de 2015

UN RECUERDO.........Héctor Corro I.

4-   UN RECUERDO CON MUCHO CARIÑO

        El  8 de septiembre  del pasado 2014 se cumplieron 77 años del fallecimiento de mi papa en Santa Cruz de Aragua.
 Mi papa, como mi abuelo, fueron criadores.  Desarrollaron esa actividad en Canuto.
 Una vez ido mi abuelo Andrés Corro, sus hijos, huyendo del paludismo, se fueron  a la Sierra; allá no habia paludismo. El primero en irse fue mi tio Andrés ( mi Titi , como cariñosamente  le decíamos todos ).  Mi tio Andrés, un hombre muy industrioso y trabajador adquirio la finca Bella Vista  y se dedico a la producción de cafe. Mi tio Antonio se ubico en lo mas alto de los cerros.  El le puso a su nueva residencia Alto Libre.  Allí no habia paludismo; lo que si hacia era mucho frío.  Mi papa tambien se fue a la Sierra.  Su vocación era la cría, pero en la Sierra se vio obligado a trabajar la tierra.  Asi que tambien se dedico a la siembra y cultivo del cafe.  A su fundo le puso el nombre de La Trampa del Tigre, porque allí habia sido cazado un tigre mariposa.  Mi mama, maestra por vocación, fundo su escuela gratis.
Mi hermana Flor habia nacido en Canuto; Claudina y Manuel Andrés nacieron en Turmero; Armando y yo nacimos en La Trampa.
Mi hermana mayor, Flor de María, se caso con un hijo de mi tio Andrés, mi padrino de bautismo,  Andrés Emilio.  Mi hermana Claudina no se caso; mientras vivimos en La Trampa, era la ayudante de mi mama en la escuela, y luego, cuando mi mama se auto-jubilo, se convirtió en la nueva maestra.  Cuando ya,  por razones de salud, mi mama se fue a vivir a San Juan de Los Morros, mi hermana Claudina se convirtió en su Angel de la Guarda.
A los ocho dias de muerto mi papa yo fui enviado a estudiar al Seminario de Calabozo.
 Y mis hermanos Manuel y Armando, ¿que hicieron?
Esta es la historia. Una historia que yo no dudo en llamarla " Una Oda al Trabajo".
En el  año 1935 se produjo la gran crisis del cafe.  El cafe era uno, quizás el mas importante, renglón de exportación del país. El cafe, fue gradualmente, siendo sustituido por las, cada dia mas importantes, exportaciones petroleras;  asi que cuando murio mi papa, ya el cafe no era rentable y fue poco a poco, siendo abandonado.
Manuel y Armando tuvieron que, como todos los habitantes de la Sierra, dedicarse a otras actividades.  Lo inmediato fue, en invierno, el conuco, donde se sembraba de todo, especialmente, maiz y caraotas; en verano, limpiaban los rastrojos y como ellos decían, los convertían en "plazas" o sea, siembras de caraotas veraneras.
 Mi hermano Armando, que no dudo en afirmar, fue el mas capaz de todos nosotros, vio con claridad que por ese camino se iba a ninguna parte.  Asi que decidieron reorientar sus actividades.   En el caserío Barrialito, en los limites entre Guarico y Carabobo, Guillermo Martínez, tenia una fundación de cría de ganado para la venta.  A Guillermo, le compraron 6 novillas preñadas, que en poco tiempo se convirtieron en vacas lecheras.  Asi, en Terron, comenzaron a ordeñar y a producir queso.   Cuando Terron ya era pequeño, se mudaron para La Guamita.  Allí siguieron con su actividad de ordeño y producción de queso.
Un dia fueron víctimas del hampa.
Un ladrón conocido como El Negro Antonio, les robo la producción de queso de una semana, que estaba lista para ser enviada a Manuare o Belén, donde ellos vendían su queso.  Al levantarse, se dieron cuenta del hurto de que habían sido víctimas.  Por las huellas del burro siguieron al ladrón.  Antes de llegar a Barrialito ya habian alcanzado al ladrón, el Negro Antonio.  Este tenia fama de matón.  Asi que, con cautela, y escopeta apuntando, lograron recuperar lo  robado.  ¿Quienes trabajaban en el ordeño y la quesera?  Manuel, Armando, y Manuel Antonio (Tono) que desde niño se fue a vivir y trabajar con sus tíos  Manuel (Paino) y Armando.  El ganado fue aumentando y ya la Guamita y La Florida eran insuficientes.  Asi que le arrendaron a Ignacio Rodrigez, el viejo, los terrenos en la parte llana de Canuto, conocidos como La Musiuera. Ya el paludismo, gracias al DDT, había sido erradicado.    Allí llegaron a ordeñar mas de cien vacas.  Asi comenzaron a ver con mas ilusión el fruto de su trabajo.
Cuando Ignacio vendió la finca de Canuto a los Niño, le compraron al mismo Ignacio los terrenos ubicados casi en las cabeceras del Río Chirgua.   Allí se establecieron definitivamente y le pusieron el nombre de La Fundacion.  Manuel no se caso. Armando, si, y tuvo una docena de retoños.
La parte baja y plana de la Fundación, como unas 15 hectáreas, se las donaron al Municipio Ortiz. En esas tierras, por iniciativa de la maestra Columba de Morgado, el Servicio de Malariologia construyo las casitas rurales que hoy se conocen con el nombre de Sabanota.
Esta narración es mi humilde homenaje a mis hermanos Manuel y Armando, héroes, por su sencillez, humildad, y dedicación al trabajo. Asi se hace "Patria" ;  y ellos la hicieron.

Caracas,  8 de enero de 2015.

Héctor Corro I.


Serie : ANECDOTAS



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lunes, 26 de enero de 2015

SOÑANDO.......Héctor Corro I.

SOÑANDO ........

Fue, creo recordar, a mediados del año 1958.     Para ese entonces yo me desempeñaba como asistente del Lic. John Robertson, escocés y de una gran calidad humana.   En alguno de esos meses se había programado la visita, creo, del    Presidente del Gobierno Nacional a Casigua El Cubo.
El superintendente de las operaciones de la Shell en esa localidad era un ciudadano de nacionalidad inglesa, con poco tiempo en el país y cuyo conocimiento del idioma castellano era 0.    Para recibir al ciudadano Presidente, que lo era el Almirante WolfgangLarrazabal, había, en muy corto tiempo, que enseñarle al Musiu,  algo de español.   No se porque, creo fue porque en mi currículum vitae yo aparecía como Lic. en filosofía...  Lo cierto es que John me dijo , Héctor, tienes que trasladarte a Casigua por una semana. ¿ Mi misión? Enseñarle algo de español al Sr. Superintendente.   Recuerdo que yo me arme con el "Compendio de Gramática Española" de Antonio Bescos.
El viaje hasta Casigua lo hice en un DC 3 que viajaba una vez a la semana de Maracaibo a Casigua.  Éramos dos pasajeros, el Ing. Helder, holandés y yo.
Al llegar y conocer al  ciudadano Superintendente, me dijo: Oh, Are You my
spanish teacher? .  Le respondí: Yes I am, glad to meet You.    Wellcome, dijo el.
Luego discutimos que podíamos hacer en tan corto tiempo, y llegamos a la conclusión práctica que lo mejor era que yo le escribiera un breve discurso de bienvenida al Sr. Presidente y que el lo practicara y lo memorizara.....Recuerdo que el discursito terminaba con un "Bienvenido, Sr. Presidente"....... Así lo hicimos y comenzó el aprendizaje.  El Musiu, puso todo su empeño..... Lo que más le costaba  pronunciar era el " bienvenido", así que decidimos que dijera:" wellcome, Sr. presidente.   Vino el Sr. Presidente, el Musiu soltó su discurso y me pidió que yo lo acompañara como intérprete.     Todo salió bien.
Regrese a Maracaibo y les confieso con sinceridad que lo que más me impresiono de ese viaje, fue un comentario que me hizo Helder cuando después de salir de Grano de Oro, sobrevolamos la barra del Lago. Dijo Helder: " En Holanda le quitamos tierra al mar.... y aquí, Uds. están salinizando el Lago.  Eso es un crimen.  En Holanda, si alguien hubiere autorizado algo así estaría preso por muchos años".
No soy ingeniero, ni técnico en la materia, ni nada que se le parezca.....pero nadie me impide soñar......y sueño con un Lago, nuestro querido Lago, que vuelva a ser como era antes de la apertura de la barra.....¿cómo se haría eso?  No lo se.  Ni siquiera se sí es posible.... Pero eso no me impide soñar......aunque como dijo el gran Calderón de la Barça : " y los sueños, sueños son".

Caracas, 23 de enero de 2015

Héctor Corro I.

Serie: Anécdotas



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sábado, 24 de enero de 2015

Una Decisión "atrevida y peligrosa". Héctor Corro i.

10- Una Decision "atrevida y peligrosa"

Así cómo todo salió bien, ha podido salir mal, y yo ir preso sin derecho a pataleo.   
  Érase allá por los principios de los años 80 del Siglo recién pasado.
El descubrimiento de Ignacio Rodríguez  de pasar la rastra a las sabanas y sembrarlas de  maíz,( ver" Roturando la tierra ") comenzaba a hacerse sentir en el aumento vertiginoso de producción de este cereal.  En el primer gobierno de Carlos Andrés se había creado el ICAP , instituto crediticio para aquellos pequeños productores que cultivaban, si mal no recuerdo, entre una y cuarenta hectáreas. Eran créditos para trabajar y producir.   Este aumento de la producción,  puso de relieve un grave problema: las vías de penetración agrícola, eran una pesadilla para que los productores pudieran arrimar sus frutos a los centros de procesamiento de alimentos tanto humano como para animales.  En la CUENCA era un verdadero calvario. Ya en ese entonces yo era presidente de APACASA.
Había hecho múltiples diligencias con la Direccion de Ingeniería vial del Estado Guarico y solicitado ser atendido por el Gobernador, sin obtener respuesta.  Así que tome una "atrevida y peligrosa" decisión.   Recuerdo que era un día lunes....me fui a la Gobernación y pedí a la secretaria una entrevista con el Gobernador.   La secretaria me dijo que el Gobernador no estaba.....pero yo oí voces en la Oficina; el Gobernador hablaba con alguien..... Asi que, poco a poco fui orillando el escritorio de la secretaria, hasta colocarme frente a la puerta de la Oficina del Gobernador.......en un descuido de la secretaria abrí la puerta y me introduje en la Oficina.   El gobernador, quien hablaba con el Sr. Jose, Secretario General de gobierno, sorprendido y con alguna preocupación, me pregunto: ¿"quien es Ud. y que quiere"?       Yo, muy serio y muy sereno, pero con algo de miedo ..  consciente del abuso que estaba cometiendo.........le respondí:  " mi nombre es Héctor Corro, soy abogado y Presidente de APACASA, y necesito hablar con Ud. urgentemente... prefiero ir preso, antes que salir de esta Oficina sin tener una respuesta para las decenas de productores que están esperando por una respuesta suya."
Entonces me dijo, siéntese y diga de que se trata.  Ahí comenzamos a hablar.....
Le explique detalladamente como estaba la carretera hacia la Cuenca y la imposibilidad de sacar la abundante cosecha....era el mes de octubre.  El me contesto: para poder ayudarlos sería necesario contratar esa obra y pensó, ......70 kiLometros de carretera.....más o menos dos millones de bolívares .....no tengo presupuesto. Yo le respondí: ciudadano Gobernador, Ud. no tiene lo que nosotros tenemos, pero si tiene lo que nosotros necesitamos.   Vamos a ponernos de acuerdo.   Se echó a reír y me dijo: ¿como es eso?.   Si, le dije, Ud. tiene la maquinaria y el personal que las opera.. Son empleados de la Gobernación y el pago de los salarios es responsabilidad de la Gobernación.  Nosotros podemos pagar los sobre tiempos, si los hubiere; la alimentación y el alojamiento del personal; el gasoil y el aceite...y hasta algún repuesto no muy costoso.   Me dijo: esa es otra voz.   Hizo llamar al Secretario de vialidad y con el discutimos cual sería la maquinaria necesaria y donde estaba esa maquinaria.   Se formó el equipo con: una máquina de oruga, un chovel, un patról, dos camiones para transportar el ripio y una camioneta pic up, para trasporte del gasoil etc.
 Le solicite que todo ese equipo, mientras duraba el trabajo estuviera bajo la responsabilidad y supervisión de APACASA.  El dudó un poco y luego estuvo de acuerdo.   Quedamos en que toda esa maquinaria estaría en Canuto en una semana.  Se levantó un acta.   Le di las gracias y me despedí.  Mi contacto para cualquier problema lo sería el Sr. Jose ( no rescuerdo su apellido ).
Sali rapido para Paso Pelao para hablar con Jose Rangel, vice presidente de la Asociacion.  Tomamos varias decisiones....la mas importante, solicitar de los afiliados una cuota extraordinaria: los de mayor capacidad economica contribuirian con Bs. 500 y el resto con cantidades menores... El minimum era Bs. 50.
Echamos numeros y podriamos recaudar entre 80 y 100 mil bolivares....con unos Bs. 100 mil que teniamos en caja en APACASA podriamos cubrir los gastos.
Como recaudadores designamos : Jose Rangel, en Paso Pelao; Pantaleon Diaz en Bersuga; Ignacio Rodriguez, en Canuto; Augusto Morgado, en Sabanota y yo, en Corcovado.  El Sr. Gobernador cumplio, y el 6 de octubre toda la maquinaria estaba en Canuto.
En Sabanota, Jesus Emilio Matute, puso a nuestra disposicion una casita rural.
Ese seria el centro de operaciones y alojamiento de los operadores de las maquinas.  Alli dejamos todo el equipo y nos fuimos para Corcovado.
A los operarios se les ofrecio ducharse y una muy buena cena.  Despues jugamos unas partidas de domino y nos tomamos unas polarcitas.  A las  once todos colgaron sus chinchorros.
Al dia siguiente, ya desayunados salimons para Sabanota.   Se habia contratado una señora para preparar las comidas y los insumos se trajeron parte de San Juan y otros se compraron en la bodega de Sabanota......no había que hacer colas. Se designo a Livino Martínez como Supervisor de campo.  Recuerdo a Abilio Matute, todos los días llevando dos termos de café mañanero para los operarios de las máquinas.
Fueron cinco semanas de trabajo de sol a sol.     Se acondicionaron unos 60 kilómetros de carretera.   Ya los productores tenían la carretera lista para sacar su cosecha.    Para celebrar el éxito de esas cinco semanas de trabajo invitamos al ciudadano Gobernador.   A los asistentes se les obsequió una ternera y guarapo de papelón con limón.  El Gobernador dirigió a los asistentes unas breves palabras.  Me pregunto cuanto había sido el costo y se le informo que exactamente, 140 mil bolívares.  Dijo el, Uds. hicieron un milagro; de haberse contratado esa obra hubiera costado cerca de los dos millones.    Fue una grata y aleccionadora experiencia.  Todos colaboraron y el resultado "excelente".
Años más tarde me encontré con el Sr. Macho, operario de la máquina de oruga.  Me comento: fueron  cinco semanas inolvidables.  Lo invite a tomarnos un café.......

Caracas, 22 de enero de 2015.

Héctor Corro I.

Serie: La Cuenca

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viernes, 23 de enero de 2015

Enriqueced a los sol dados......Daniel Lansberg

“Enriqueced los soldados y burlaos del resto”

Septimio Severo fue César del Imperio Romano entre 193-211 d. C. Nacido en Libia, también fue uno de los primeros emperadores romanos que se dejaba crecer la barba. Pero aun más que su barba, o su exótica ciudad natal, tal vez lo más interesante del emperador fueron sus últimas palabras: “Mantened la paz, enriqueced los soldados y burlaos del resto”.
Esta memorable frase fue pronunciada en su lecho de muerte delante de su hijo y heredero, Caracalla, quien de hecho tenía un nombre bastante parecido al de la capital venezolana. Bajo las circunstancias, dicha similitud resulta ser particularmente apropiada: Caracalla, igual que Severo, se dedicó durante su reino a cultivar activamente el apoyo de las fuerzas armadas –independientemente del costo–. Sacrificaron hasta el bienestar económico del imperio durante muchos años, intentando, a través de largueza, asegurar lealtad de las legiones.
Como el satisfacer a los soldados requería cada vez más monedas, y como los suministros de plata en el imperio eran limitados, Severo decidió durante su reinado, devaluar –mezclando la plata de las monedas con otros metales–, para permitir más producción de efectivo, aunque resultara en una profunda reducción de su valor. La pureza de plata en el “denario” romano bajó de 78,5% a 64,5% durante los primeros años de su reino, y en el año 196 d. C se disminuyó de nuevo, hasta llegar a una pureza de apenas 54%. Monedas romanas acuñadas antes de la coronación de Septimio Severo pesaban casi 50% más (2,6 gramos) de lo que lo pesarían después de su muerte.
¿Les suena familiar?
En realidad es difícil imaginar otro gobierno ciudadano, que fuera tan irresponsablemente generoso con las fuerzas armadas nacionales como ha sido el régimen actual venezolano.
Habiendo fracasado en todo lo demás –seguridad, prosperidad, orden público– esa gran riqueza que se ha transmitido, y se sigue trasmitiendo a las fuerzas armadas por nuestros líderes, debe parecer en la mente de nuestros líderes como la última y mejor esperanza para que su “revolución” sobreviva la crisis actual.
Por eso es que, incluso con el país al borde de la quiebra, cuando estamos tan desesperados que nuestro presidente se ve obligado a viajar por el mundo mendigando, todavía se nos ocurre comprar armamentos nuevos en Rusia. Sin duda, las fuerzas armadas venezolanas han ofrecido un servicio importante al país a lo largo de nuestra historia. Dicho esto, sin haberle declarado la guerra a otro país desde la independencia ¿no parece un poco excesivo que hubiéramos estado invirtiendo en armamentos en este momento? ¿O que hayamos buscado modernizar y ampliar nuestra flota de submarinos en noviembre de 2014, con la cesta petrolera en plena caída libre?
A pesar del colapso de la economía, Maduro ha triplicado el salario militar en todos sus estamentos, y sigue llegando a acuerdos internacionales para conseguir un nuevo hardware. No solo se trata de dinero, pero también de influencias, y en la actualidad ocho ministerios y cinco gobernaciones están en manos de generales o exgenerales, incluyendo Economía, Defensa e Interior. 
Igual, los subsidios domésticos sobre la gasolina jamás hubieran permanecido inviolables hasta hoy si no fuera por las fortunas que genera el arbitraje y contrabando de gasolina con nuestros vecinos. ¿Cuánto no habrán logrado cosechar de este lucrativo negocio aquellos que guardan nuestras fronteras? Si esos subsidios aún siguen ahí, no puede ser para preservar la “popularidad” del gobierno. Con 22% de aprobación para este presidente, esa guerra se perdió hace tiempo, con tal de que los soldados estén felices... se burlarán de los demás –igual que aconsejaba Severo.
Resulta ser que, después de unos años, Caracalla caería víctima del consejo de su padre –el cual no parece haber sido particularmente sagaz a largo plazo–. Cuando el joven heredó su imperio, tuvo que enfrentarse con graves problemas de inflación y le resultaba imposible sofocar la avaricia creciente de las legiones. Apenas cuatro días después de cumplir 29 años, Caracalla se encontró con el extremo de una espada, asesinado por uno de sus propios guardaespaldas militares, mientras orinaba, solo, al lado de la carretera. Aun antes de que su cuerpo se enterrara, dichos guardaespaldas imperiales eligieron entre ellos mismos quién lo sucedería y Marco Macrino, guardaespaldas y –según muchos historiadores– el probable asesino, fue nombrado el próximo César de Roma.
Caracalla no lo sabía, pero darles a los soldados todo lo que pedían sin escrúpulo, no rindió ninguna garantía. La dinámica de poder se iba debilitando en su contra al buscar comprar lealtades –en vez de ganársela– mientras que cualquier gratitud resultaba efímera ya que la avaricia humana no tiene tope. Existen ciertas codicias, como la corona, que no se piden sino se toman.
Por más que sea difícil imaginarnos un gobierno civil más generoso con las fuerzas armadas que lo que ha sido el nuestro, no es tan difícil de imaginar un gobierno militar que lo sería –si llegara a ser que Caracalla y Caracas fueran tan similares como suenan.