martes, 29 de diciembre de 2015

Los tres nuevos.......Angel Oropeza

Los tres nuevos errores

En octubre de 2012, a propósito de la derrota en las elecciones presidenciales de ese año, escribimos un artículo titulado “Los 3 errores”, tratando de llamar la atención sobre lo que no debíamos hacer a pesar de ese traspiés. Así como aquella u dijimos que uno de esos errores era pensar que tal derrota era definitiva, lo mismo debe decirse de nuestra más reciente victoria.
Ciertamente que el contundente triunfo popular del pasado 6-D es el primer paso en la dirección correcta. Pero si no continuamos caminando en esa dirección, ese paso primero pero insuficiente quedará sólo para alimentar nostalgias y reforzar frustraciones.
La victoria histórica del 6-D es la piedra angular sobre la cual habrá ahora que construir el edificio de la nueva Venezuela. Pero si no se colocan nuevos ladrillos y no sudamos levantando espacios, esa primera piedra sólo servirá para exponerla en el museo de aquellas cosas que se soñaron pero a las que no las acompañó el coraje y la inteligencia que las transformaran en realidades. Es necesario por tanto combatir el primer error que es el de la ingenuidad, esa que lleva engañosamente a pensar en soluciones rápidas, mágicas o fáciles.  El camino por delante es pedregoso y duro, pero –según el Evangelio– es el camino difícil el único que conduce a la tierra prometida.
El segundo error tiene que ver con el juego entre expectativas y factibilidades políticas. Sobre los diputados electos existen por supuesto, y de manera legítima, expectativas sobre lo que puedan hacer como iniciadores del cambio político, y como defensores de un pueblo cansado de seguir sufriendo. Pero nuestros diputados no podrán en lo inmediato ni enderezar la economía, ni acabar con flagelos sociales como la escasez y la inseguridad, primero porque tales cosas son responsabilidad de un poder que, por ahora, no ha sido todavía alcanzado, y luego porque su erradicación, luego de años de siniestra siembra, requerirá de un tiempo que será necesario acelerar.
Entonces, ayudemos a nuestros diputados a lograr los 2 objetivos propuestos –iniciar el cambio político y defender a un pueblo sufriente–, exijámosles que trabajen, pero con la inteligencia de quien conoce el alcance de sus funciones y las limitaciones de sus cargos.
Y el tercer error en que podemos incurrir ahora es cambiar una forma de concebir y hacer política que acaba de dar frutos mas que evidentes.
El 6-D fue el triunfo de una estrategia exitosa basada en poner el acento en la agenda social, esa que tiene que ver con los problemas cotidianos de la gente, y menos en una agenda signada por prioridades políticas. Mientras el gobierno planteó la elección en los tradicionales términos polarizados de oficialismo y oposición, la MUD adelantó una estrategia de repolarización social que divide al país no por colores políticos, sino por su ubicación en la crisis: las grandes mayorías que sufren por ella frente a unos poquitos que la disfrutan y la estimulan.
Intentar o exigir cambiar de agenda, caer en la polarización politiquera y en las propuestas revanchistas, es el tercero y probablemente más caro de los errores que podemos cometer.
Hay que decirlo con claridad y de una vez: cuando la MUD no pise el peine y no se deje atrapar en la agenda interesada del gobierno, no es porque sea blandengue o cobarde, sino porque será –y así lo esperamos– inteligentemente coherente con una estrategia que ha erosionado las bases del chavismo y ha logrado sumar a la causa del cambio a vastos sectores sociales hasta hace poco ajenos a ella, y sin los cuales ese cambio no sería nunca posible.
Nuestro nuevo reto ahora, ya alcanzada la hermosa victoria del 6-D, es convertirnos todos, cada quien desde su área natural y cotidiana de influencia, en colaboradores y facilitadores del cambio político que tanto hemos demandado, y no en sus obstáculos o enemigos, así sea involuntarios.
Si todos ponemos de nuestra parte, el feliz año que en estos días nos desearemos será mucho más real que sólo un buen deseo.
@angeloropeza182






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Los otros derrotados ....Jose R. Padrino Lopez


Posted: 28 Dec 2015 12:53 AM PST
Las elecciones legislativas del 6D han significado una aplastante derrota política del régimen fachobolivariano. Después de 17 años de predominio total, perdió en 17 de los 24 estados, con derrotas emblemáticas como las de los estados Barinas, Aragua, y Monagas, así como en la misma Caracas, donde perdió por ejemplo, en barriadas populares como Catia y el 23 de EneroDescalabro que no responde al fracaso del iletrado enciclopédico de Maduro por no haber seguido el "legado del tte coronel", sino al desastre e inviabilidad del proyecto propio del insepulto de Sabaneta.

Pero además han sido derrotados quienes tercamente, al margen de las condiciones pre-electorales existentes, planteaban la abstención el 6D. Pretendían que los venezolanos repitiésemos el craso error de las elecciones parlamentarias del 2005, donde un llamado a la abstención le permitió al fachochavismo ocupar los 167 escaños de la AN y dictar leyes que terminaron blindando jurídicamente al régimen. Algunos abstencionistas planteaban como condición sine qua non volver al voto manual, sobre la premisa del carácter fraudulento del sistema de votación automatizado, ignorando que el problema no radica en la máquinas per se, sino en los testigos inescrupulosos afines al régimen que aprovechándose de las circunstancias, manipulan las maquinas al votar por otros ciudadanos torciendo de esa manera la voluntad electoral.

Otros abstencionistas exigían la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE). Obviamente, no es secreto para nadie que la mayoría de los miembros del actual CNE -entiéndase la banda de las 4 cortesanas- actúan como militantes del PSUV, en lugar de miembros imparciales del poder electoral. Nadie duda de su parcialidad política, la cual de paso no disimulan en lo mas mínimo. Sin embargo, resultaba un absurdo condicionar el voto de los venezolanos a una hipotética decisión de una AN en manos del McCarthy Cabello de designar un nuevo CNE. Claramente quienes asumían tal exigencia estaban descartando participar en el proceso eleccionario y negándole de antemano la posibilidad de que la gran mayoría pudiese expresarse como lo hizo el pasado 6D a favor de un cambio. Muchos de quienes militan en las filas del abstencionismo siguen apostando en una salida gorila a la actual crisis política.

Unos segundos derrotados fueron aquellos que aún formando parte de la UNIDAD, apoyaron candidaturas independientes, irrespetando acuerdos previamente establecidos. Si bien ninguna de ellas fue exitosa el 6D, en algunos circuitos electorales facilitó el triunfo de candidatos oficialistas, como sucedió en el circuito 3 del estado Táchira donde resultó ganador José Sanguino (PSUV).

Igualmente resultaron derrotados, los recién electos miembros de la AN proponentes en el pasado de “La Salida”. Atajo que terminó siendo una dolorosa encerrona donde decenas de venezolanos fueron asesinados por los aparatos represivos del régimen y sus grupos paramilitares, cientos arrestados, torturados y sometidos a espurios procesos judiciales a manos de jueces corruptos lame botas. Lamentablemente los proponentes de la “La Salida” se aprovecharon de la desesperación de muchos venezolanos y de su ingenuidad política planteándole salidas urgentes, y milagrosas. Se empecinaron en desarrollar políticas vanguardistas que comprometieron la consolidación de una estrategia común que permitiese desalojar del poder a la barbarie fachochavista.

Pero además los defensores de “La Salida” lanzaron cualquier tipo de improperios (colaboracionistas, etc.) contra todos aquellos que de una manera sensata planteaban la necesidad de una acumulación de fuerzas sociales que permitiese conquistar la mayoría en la Asamblea Nacional (2015), lo cual permitiría la reinstitucionalización del Estado (separación real de los poderes), así como la atención inmediata de los más graves problemas existentes (inseguridad ciudadana, desabastecimiento, inflación, desempleo). Más allá de estar o no en el lado correcto de la historia, la historia es solo una, y no tiene aristas, los hechos les han demostrado cuan equivocados estaban y que gracias a los “colaboracionistas” del pasado hoy han llegado a la AN. 

Finalmente, también resultaron derrotados los salta-talanqueras de la AN, esa despreciable cofradía de aduladores de oficio que habiendo logrado su curul gracias a los votos opositores le vendieron su alma al mejor postor. Todos fueron barridos por el voto popular.

Quienes piensan que con la realización de las elecciones legislativas del 6D se ha superado la crisis política y social del país se equivocan.Los resultados del 6D nos conducen a un nuevo escenario donde tenemos un régimen muy debilitado y desmoralizado que aún no asimila la derrota, que enfrenta una inflación galopante e incontrolable, una agudización de la escasez de alimentos y medicinas, una continua caída de los precios de la cesta petrolera, y para rematar con problemas muy serios en sus propias filas que comprometen su precaria unidad. Régimen anémico que deberá confrontar a una nueva AN controlada por una mayoría calificada de dos tercios, por la oposición.



José R. López Padrino M.D. Ph.D.
Professor
Molecular Biosciences  
School of Veterinary Medicine
U.C. Davis
Phone: (530) 7523229

LA Asamblea Nacional como.......Juan M. Colmenares

DR. JUAN MARCOS COLMENARES. 
EXCELENTE Y OPORTUNA CLASE DE DERECHO CONSTITUCIONAL --LA COMPARTIRÉ-- GRACIAS.

NUESTRA RESPONSABILIDAD COMO CIUDADANOS EN LO ADELANTE, ES ESTAR ATENTOS, VIGILANTES, PARA QUE SE MANTENGA LA UNIDAD LOGRADA POR LA MUD COMO GARANTÍA DE QUE EL CANCER, ERRADICADO POR EL PUEBLO EL 6D,  NO REGRESE



PUBLICADO EN EL NACIONAL DE HOY 29-DIC-2015 


La Asamblea Nacional como cuerpo electoral
29 DE DICIEMBRE 2015 - 00:01
El voto es el arma principal que tienen los pueblos para participar en política, defender y reforzar la democracia; y ese derecho se ejerce a través de elecciones, donde los ciudadanos manifiestan su voluntad de gobernarse. Existen dos tipos de elecciones: a) Elecciones directas o de primer grado: Donde los ciudadanos eligen a sus representantes en forma directa, universal y sin intermediarios. b) Elecciones indirectas o de segundo grado: Aquellas donde los electores eligen unos representantes que se constituyen en cuerpo o colegio electoral, que se encarga de elegir o designar a los titulares de otros poderes públicos. En Estados Unidos la elección del Presidente de la República se hace a través de elecciones de segundo grado. Los ciudadanos eligen primero a sus representantes a los colegios electorales, quienes posteriormente eligen al Presidente.
En Venezuela utilizamos ambos tipos o grados de elecciones: De primer grado, para elegir al Presidente de la República, gobernadores, alcaldes, concejales y diputados. Y de segundo grado, cuando los diputados de la Asamblea Nacional constituidos en Cuerpo Electoral designan a los titulares de los otros poderes públicos: poder judicial, poder electoral y poder ciudadano. Hasta hace 70 años nuestros presidentes eran designados mediante una elección de tercer grado. Fue en 1947, cuando se celebraron las primeras elecciones presidenciales libres a través del sufragio directo, universal y secreto. Esas elecciones representaron un hecho histórico en el país porque todos los venezolanos mayores de 18 años, inscritos en el CNE y sin ningún tipo de distinción, ejercieron por primera vez el derecho al voto.
También las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre deben ser consideradas como un importante hecho histórico, porque no han sido una elección legislativa más. Lo que allí se produjo fue la elección de unos diputados con un mandato claro y definido que es la “reconstrucción de la democracia” y el repudio al régimen totalitario que asaltó el poder en 1999. De esta forma es como se debe evaluar y calificar este triunfo de la oposición para que sea debidamente administrado: La participación de los electores fue de 74,45%, con una votación mayoritaria a favor de la opción de la MUD, que recibió una mayoría calificada de 112 diputados.
Ese es el primer paso para la reconstrucción de la democracia. Ahora la responsabilidad recae en esos nuevos diputados y en la nueva Asamblea Nacional que como “Cuerpo Electoral” debe ejecutar el mandato popular que recibió y asegurar la misma legitimidad respecto a la elección de los demás poderes: Magistrados del TSJ, rectores del CNE y poder ciudadano (Fiscal General, Contralor General y Defensor del Pueblo). Según la Constitución, estos funcionarios son electos por el pueblo en forma indirecta o de segundo grado cuando los diputados de la AN actúan como cuerpo elector y no como poder legislativo.
En consecuencia, cuando el 5 de enero se instale la Asamblea Nacional los nuevos diputados tienen la obligación de ejecutar ese mandato popular: a) Actuar como Cuerpo Electoral con mayoría calificada de las 2/3 partes; b) Revocar los írritos actos efectuados en 2014 y hace unos días, cuando la anterior AN los eligió como cuerpo legislativo y con simple mayoría; y c) Designar en elección de segundo grado a los otros titulares de los poderes públicos: Magistrados del TSJ, rectores del CNE y poder ciudadano (fiscal general, contralor general y defensor del pueblo).
La Asamblea Nacional tiene que tomar conciencia de su poder en la estructura general del Estado, concentrar ese poder político y asumirlo con firmeza y sin temor. Se trata del órgano político de representación popular, con funciones electorales, de control y legislativas; y uno de los órganos de mayor relevancia del Estado, si no el más relevante.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Otra luz. Gustavo Linares B.


Otra luz

Hay otro aire. Todo, aunque sea idéntico a lo de ayer, se ve distinto

GUSTAVO LINARES BENZO |  EL UNIVERSAL
sábado 26 de diciembre de 2015  12:00 AM
Hay otra luz, otro aire. Todo, aunque sea idéntico a lo de ayer, se ve distinto. Al pueblo no se le engañó. El pueblo no creyó en los cuentos de una claque, de una elite sin méritos y con mucha corrupción. El pueblo sigue siendo bravo.

Lo contrario era posible. Aun probable. Tres lustros de mentiras, camufladas tras corridos y coplas y muchos dólares, habían erosionado el alma del venezolano con una ideología de la dádiva; del insulto y la descalificación como moneda corriente; del discursito de los pobres en medio de los más suntuosos viajes y ropa de marca. A mi pueblo lo engañaron y ya no hay quien lo despierte.

Sí despertó. Hizo falta la crisis más descomunal que hayamos sufrido para que se percatara de que esto, no funciona. Entonces se agudizó el miedo. Primero, desaparecer la disidencia, que de un día para otro no fue más. Los medios públicos, ya desde el Eterno, eran canales de Maduro pagados por todos; y muchos privados, privados de toda libertad. Presos, exiliados, expulsados. Y la incompetencia se llamaba guerra económica.

No se engañó al bravo pueblo. El voto del seis de diciembre fue rotundo, más de siete millones por el buche, como decía el comandante, en ese modo que debe abandonarse para siempre del lenguaje hiriente y retrechero. Por primera vez desde 1945 una agrupación política alcanza las dos terceras partes del Parlamento, con una votación popular que ni el mismo gigante había logrado.

El pueblo sigue siendo el mismo. No es tonto ni cobarde, como se nos quería hacer creer desde las consejas de los oligarcas bolivarianos, seguros de que seguirían engordando sus fortunas en caballos y mansiones. La oposición, en manos de verdaderos políticos, lo soportó todo, se organizó impecablemente y obtuvo un triunfo sin medios, sin TV, sólo con las redes. Tomen nota, los de la hegemonía comunicacional.

El gobierno sigue con su libreto, mientras le dura. Todas las trampas imaginables, desde la jubilación preelectoral de magistrados hasta ocupar el Capitolio ¡con los derrotados! Pero el voto fue demasiado noble, la diferencia galáctica no hay quien la esconda.

Ahora, paz. La paz que el robo, la violencia y el odio habían querido quitarle al venezolano. Ya no hay buche, sino adversario; no hay escuálidos, sino demócratas; pensar distinto no es delito sino riqueza. ¡Feliz Navidad!

@glinaresbenzo


viernes, 25 de diciembre de 2015

TSJ : ¿cuántas divisiones......Trino Marquez

JUEVES, 24 DE DICIEMBRE DE 2015

TSJ: ¿cuántas divisiones tienen Maduro y Cabello?




   TRINO MARQUEZ
 

Diosdado Cabello, siempre erizado y cínico, para justificar la desmesura de nombrar a los nuevos magistrados del TSJ, argumentó que la Constitución en ningún artículo prohíbe a la actual Asamblea Nacional esas designaciones. Por supuesto: las constituciones de los países democráticos no  impiden lo obvio. Para eso existe el sentido común, insustituible guía para la convivencia pacífica en medio de los contrastes. 

        La Constitución no señala que esas investiduras no podían asignarse porque resulta evidente que una AN que está finalizando su mandato, no debe nombrar jueces por los venideros doce años.  Eso es abuso, intromisión y ventajismo. 

La Carta Magna sí obliga, en cambio, a cumplir con los preceptos republicanos, de los cuales tres son básicos: la independencia, el equilibrio y la cooperación entre los Poderes públicos. Además, la Ley Orgánica del TSJ (LOTSJ) establece unos lapsos y unas condiciones   para los aspirantes a magistrados, que fueron violados por la mayoría moribunda del oficialismo en la AN. Por ejemplo, Calixto Ortega ha sido diputado del PSUV y dirigente de esa organización, una abierta transgresión de la norma. Cualquier medida que atente contra los principios republicanos y la ley, se coloca al margen y en contra de la Constitución, y obliga a restituir el equilibrio con el fin de que prevalezca el Estado de Derecho.

        El TSJ designado por la dupla Maduro-Cabello fue concebido para obstaculizar las labores de la nueva y categórica mayoría surgida en la Asamblea en las elecciones del 6-D, a la que audieron casi 15 millones de venezolanos, 75% del Registro Electoral Permanente, cifra record en cualquier elección legislativa del mundo. Torpedear las tareas del Poder Legislativo sí está explícitamente condenado  en la Carta Fundamental. Diosdado Cabello no ha leído la Constitución o, en todo caso, la asume de  un modo caprichoso, que en nada se corresponde con su letra y espíritu republicano.

        Esta interpretación introduce un factor que pone es serio riesgo la ya frágil gobernabilidad  del país. Maduro y Cabello propician un choque institucional entre los poderes Ejecutivo y Judicial, por un lado, y Legislativo, por otro. Esta tensión agravará los problemas nacionales. No será posible atacarlos y corregirlos mediante el  diálogo y los acuerdos, como ordena la Constitución. Tal posibilidad está siendo clausurada Ambos propician un clima para que el país entre en una fase en la que será indispensable cambiar el Gobierno, si es que el Gobierno no cambia.

        Existen tres posibilidades constitucionales de salir del régimen: promover una reforma constitucional para reducir el mandato de Nicolás Maduro y abolir la reelección indefinida, introducida de forma fraudulenta por Hugo Chávez; promover el Referendo Revocatorio y convocar la Asamblea Constituyente, competencia de la AN. Cualquiera de estas opciones implica entrar en una zona de turbulencia. No son deseables en medio de la situación que vive la nación. Sin embargo,  el Gobierno no da señales de rectificación. Agudiza las tensiones y enrarece aún más el clima de conflicto. Cree que puede obtener beneficios de la confrontación. Se equivocó antes del 6-D y continuará haciéndolo.

        Como parte de su arrogante ceguera nombró a un grupo de amanuenses en el TSJ. Está planteando el conflicto en términos antitéticos: o la AN, o el TSJ. En esta dicotomía artificialmente creada, el TSJ tendrá que ceder. Expresa la composición de una AN que se modificó en diciembre. Ese TSJ, rojo rojito, pertenece a un país que ya no existe. El TSJ no está en capacidad de contener la voluntad de cambio de la nueva mayoría que se instalará el próximo 5 de enero. Si los magistrados se convierten en perros de presa del dúo Maduro-Cabello habrá que removerlos para que su lugar sea ocupado por magistrados formados e independientes, capaces de defender la autonomía del Poder Judicial.

        Los instrumentos para restablecer la legitimidad del TSJ se señalan en la Constitución y en la LOTSJ.  La mayoría democrática de la AN se verá obligada a usarlos, si los escribientes se arrodillan frente a sus amos. Maduro y Cabello no podrán evitarlo. No cuentan con las divisiones para impedirlo. 

        Así es que, no se dejen encandilar por los ejercicios pirotécnicos de los últimos días. Pásenla bien. Feliz Navidad y Feliz Año.

@trinomarquezc

        

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jueves, 24 de diciembre de 2015

Nicolás Maduro en su.......Andres Cañizales

Nicolás Maduro en su laberinto

El presidente Nicolás Maduro está atrapado en medio de dos crisis que se retroalimentan: la crisis económica que ha terminado por desembocar en una crisis política. Él, en buena medida, es el responsable de la primera que ha llevado sin duda a la segunda, y esta terminará teniendo un alto costo político para él como cabeza visible del chavismo y presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela.
El laberinto de Maduro comenzó a construirse una vez que fue ratificado como presidente por el Consejo Nacional Electoral, luego de las discutidas elecciones presidenciales de abril de 2013. Al final de aquel año, con el objetivo de incidir en las elecciones municipales una vez que se comenzaba a constatar el malestar ciudadano con su gestión, lanza el “Dakazo”, que le ayuda a repuntar momentáneamente en la encuestas, pero que significa una vuelta de tuerca en la destrucción del aparato industrial y comercial de Venezuela.
2014 fue un año atípico en la vida venezolana del siglo XXI, ya que no hubo elecciones de ningún tipo. Era deseable que el presidente Maduro aprovechara ese período para llevar adelante las decisiones económicas. El petróleo había bajado, pero no al nivel actual, y al mismo tiempo el gobierno puso en el aire una campaña para sensibilizar a la población en torno a la necesidad de aumentar el precio de la gasolina. Tenía Maduro el año pasado margen de maniobra para rectificaciones económicas. Su opción fue no tomar decisiones para evitar el costo político de estas. Terminó Maduro asumiendo el costo político de la inacción en materia económica.
La inacción que ha caracterizado sus casi tres años de gestión, en medio de la más aguda crisis económica del país, es uno de los factores que incidieron directamente en la derrota electoral del PSUV el pasado 6 de diciembre.
La crisis económica en Venezuela ha sido una especie de bola de nieve, que viene creciendo sin parar. Maduro optó por dejar que esa bola de nieve rodara porque cualquier decisión económica tenía un costo político. La bola de nieve ha crecido y con ella el descontento y ahora cualquier decisión económica tendrá un costo político amplificado.
Si en materia económica Maduro no comprendió cuál era el tiempo justo de actuar (el año 2014) en materia política el año 2015 desnudó sus deficientes capacidades de conductor político. Maduro estuvo de viaje al exterior varios fines de semana en medio de la campaña electoral, incluso durante los fines de semana que el PSUV realizó los llamados simulacros. Desgastó Maduro el legado simbólico y comunicacional que le dejó Hugo Chávez. La insistencia en construir matrices mediáticas, como la “guerra económica”, no surtió efecto. La crisis que viven cada día los venezolanos fue más fuerte y directa que cualquier relato oficial.
En esta elección del 6 de diciembre Maduro se perdió más en su laberinto. Usó hasta el cansancio la figura de Chávez, apostando por que el lazo sentimental del comandante con el pueblo fuese el catalizador de un voto popular y mayoritario. Al no surtir este efecto, del chantaje emocional, Maduro no solo fue el gran derrotado de las elecciones, sino que perdió la capacidad de que su talismán político (“soy el hijo de Chávez”) surtiera efecto convocando a la mayoría de venezolanos. Maduro no solo está en el laberinto, sino que está desnudo.
Al insistir Maduro en el desconocimiento de la derrota y de su responsabilidad directa en este resultado electoral adverso, sigue perdido en su laberinto. Al enfatizar el discurso que le llevó a la derrota el 6-D (el discurso de la confrontación y de responsabilizar a otros por la crisis económica), Maduro se sigue alejando del pueblo.
Le habla Maduro al sector más radical del chavismo, pero ese sector ya no inspira el miedo de otros tiempos. El resultado favorable que obtuvo la MUD en el 23 de Enero (en Caracas), cuna de varios colectivos armados, es símbolo claro de que vivimos otra época en Venezuela. Maduro no ha tenido y dudo que tenga capacidad de comprender cabalmente la magnitud de este cambio. Maduro sencillamente está perdido en su laberinto.
@infocracia

Tribulaciones Navideñas Luis Pedro España

JUEVES, 24 DE DICIEMBRE DE 2015

TRIBULACIONES NAVIDEÑAS
 
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             Luis Pedro España
 
La derrota les ha resultado tan dura como inesperada. Quizás no tanto por haber perdido, de alguna manera estaba en los escenarios, el problema ha sido la magnitud de la derrota.
Cierto es que cualquiera que hubiese sido el resultado desfavorable, la respuesta estaba dada, preconcebida, iban a un escenario de confrontación, cohabitar no existe en su diccionario. Como tampoco lo están palabras indispensables para gobernar en democracia: consenso, acuerdos o simple entendimiento.
Pareciera una lógica suicida. Desde una perspectiva que pone centro en el desarrollo del país y el bienestar del pueblo, ciertamente es absolutamente inconveniente el proceder del gobierno y sus principales voceros. Tienen a la inmensa mayoría del país en contra y creen que la forma de recuperarlo es confrontar duramente a la oposición hoy convertida en Poder Legislativo. ¿Alguien cree que los problemas económicos y sociales del país se pueden resolver de esa manera?
Obviamente no, pero la óptica del gobierno lleva años sin ser la del pueblo. Es la de ellos, la de sus privilegios y de sus temores. La sobredeterminación política de la realidad fue la de creer, unos más, otros menos, que defender la revolución era la forma de favorecer al pueblo, hoy se trata de un simple pretexto para mantenerse en el poder.
Las revoluciones se vuelven cínicas y esta no es la excepción. No les importa el desabastecimiento crítico que padeceremos entre enero y febrero del próximo año. Le invierten más tiempo y dinero en ver cómo convertir esa desgracia en beneficio político, en estrategia para inculpar a la oposición, que en políticas para que Venezuela deje de pasar hambre.
El próximo año será un año de desgracias mayores a las ya padecidas. Vamos a una confrontación de poderes, a un verdadero escenario de ingobernabilidad. Su desenlace es a vencer o morir, el gobierno ha planteado el asunto como un conflicto existencial, agónico. “Si me voy, tú te vienes conmigo”.
Este proceder gubernamental parte de la tesis, no necesariamente comprobada o cierta, de que la oposición va por sus cabezas. Su reacción, primero de despecho y ahora de rabia, parte de una sola apuesta. Están convencidos de que la oposición, gracias a la mayoría conseguida, tendrán una posición antisistema. Aprovecharán la mayoría calificada para cambiar, no de políticas, no de gobierno, sino de sistema político.
Puede que no les falte razón (ese es el cálculo de los radicales de aquel lado), pero en cualquier caso esa solo es la aspiración de los radicales de la oposición, quienes han quedado en minoría, luego del triunfo de los moderados y de la ruta electoral.
Pero esa señal, la posibilidad de tender una transición que haga centro en el pueblo y no en su permanencia en el poder no solo la ignoran, sino que no les interesa. Mandan, pues, los radicales del gobierno. Movilizaciones, inventos comuneros, sabotaje al nuevo poder emanado de las urnas electorales y crispación generalizada será lo que nos depararán los primeros meses del próximo año.
El desenlace de este nuevo episodio en la vida nacional es difícil de prever. Ninguno es descartable, desde las típicas salidas de fuerza de la política tropical y cavernaria, hasta la deseable negociación que casi siempre nos sorprende, pero al final casi siempre ocurre.
Entramos en el final de un ciclo y el inicio de otro mejor. Pidámoslo de regalo de Navidad y hagámoslo realidad en 2016.