viernes, 17 de junio de 2016

Comamos paja. Neuro J. Villalobos

¡COMAMOS PAJA!
Neuro J. Villalobos Rincón
“De cuántas miserias está llena esta vida, mucho me pesa señor.” San Agustín
Comamos paja, millones de vacas no pueden estar equivocadas; así se expresa Facundo Cabral en una de sus tantas interpretaciones irónicas. Sin embargo, es una de las diversas reflexiones que vienen a mi mente porque no sé si soy yo y otros tantos venezolanos  como yo los que estamos equivocados al hablar de un país en ruinas tanto moral como material, mientras que los organismos internacionales nos ubican en una especie de paraíso terrenal.
Hace unos pocos años atrás, la UNESCO nos declaró territorio libre de analfabetismo a pesar de tener una elevada proporción de niños en edad escolar que no pueden acceder a la educación formal. La FAO nos hace un reconocimiento por lograr la meta de erradicar el hambre, mientras nuestra población muere por inanición y los saqueos por hambre se multiplican a diario. Venezuela entra a la comisión de seguridad de la ONU siendo un país que protege y apoya a la guerrilla más sanguinaria y longeva del continente americano; y ahora, la incorporan a la comisión de desarrollo económico y social de ese organismo, siendo un país que lleva 10 trimestres consecutivos con caída del PIB; los niveles inflacionarios más altos del mundo, al igual que el déficit fiscal, está de última en el ranking de países con libertad económica y de primera en el índice de miseria. Millones de seres humanos representados por los gobiernos miembros de esos organismos no pueden estar equivocados. Cuanta miseria, San Agustín.
Cuatro de cada cinco suizos acaban de rechazar un subsidio de 2.250 euros mensuales por no hacer nada argumentando que esa “paga” fomenta la vagancia y no el esfuerzo. No es esa una medida socialista?Definitivamente no somos suizos. Aquí el gobierno no se atreve a hacer una proposición como esa. Este es un país en que el gobierno se traga y desaparece más de un billón de dólares en diecisiete años sin rendir cuentas y se da el tupé de rechazar una ley de vivienda que otorga la propiedad a quienes han sido beneficiados con un techo y el TSJ declara inconstitucional una ley de salud que admite la ayuda humanitaria para evitar la visita de la muerte a miles de compatriotas enfermos. Todo ello por amor al pueblo. 
La mayoría de los gobiernos miembros de la OEA no ven suficientes elementos políticos y económicos, ni peligros para la democracia que amerite aplicar la Carta Democrática Interamericana. Para esa sociedad de cómplices somos una cuerda de locos venezolanos empeñados en interrumpir el mandato de un gobierno inepto y corrupto a través de un mecanismo constitucional como lo es el referendo revocatorio con todas las justificaciones que señala el informe de su secretario general. Hay que promover el diálogo dicen, Sigamos comiendo paja.


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