miércoles, 24 de junio de 2015

El CEA (Centro.......) Cabimas ( II ). Héctor Corro I

17- El CEA ( Centro de Entrenamiento Artesanal ) - Cabimas ( II ). Les contaré dos anecdotas, que, creo, me ayudaron mucho en mi dificil trabajo de "conciliador" en el CEA. Diógenes era el Director, pero yo era, como en los Liceos y Universiades de USA, el "PRINCIPAL". Anécdota 1 Tenía como un mes en mi nuevo trabajo. Era un martes, como a las 10 de la mañana. Toco la puerta de mi oficina el Profesor Gomez. Tenía el rostro desencajado y venia a poner su renuncia. Gomez era el Profesor de Física y matemáticas. Graduado en el Pedagógico de Caracas. Un tanto desgarbado pero muy buen profesor. Sin duda, el CEA, no podía darse el lujo de perderlo. ¿Por qué renunciaba Gomez? Un alumno, mientras el de cara al pizarron, dictaba su clase, tomo un taquito de goma de su pupitre y se lo pego al profesor en la nuca. Trato de averiguar, infructuosamente quien había sido y al considerar el hecho como una falta de respeto intolerable, decidió renunciar. Yo le dije al profesor: tienes razón, pero dame la oportunidad de ver que puedo hacer. Me fui a la secretaria y tome la lista de los asistentes a la clase de Gomez. En realidad no sabia que hacer, pero caminando al salón decidí arriesgar una posible salida. "Parece que Uds. extrañan que yo este aquí, les dije a los alumnos, pero saben de sobra por que estoy. Uno de Uds. cometió una falta grave. Le agradezco, al que le tiro el taquito al profesor Gomez, ponerse de pie". Nadie se puso de pie ; silencio absoluto. " Creo que el que cometió la falta y tuvo la audacia de irrespetar a su profesor, debería tener la valentía para reconocer su falta". Silencio absoluto. "Si el que cometió la falta es un cobarde, Uds. no pueden solidarizarse con el ; la solidaridad es buena para las causas nobles...no puede haber solidaridad con quien le falta, sin motivo alguno, el respeto a quien les esta dictando una clase para bien de todos". Silencio. " Pues bien, al responsable de la falta le tengo una mala noticia......ya yo se quien es ...y si no se identifica, será inmediatamente expulsado del CEA". "Para que no digan que estoy cometiendo una injusticia, les digo : aquí tengo la lista de todos Uds. ; los voy a ir llamando uno por uno y solo les preguntare : ¿fue Ud. quien le tiro el taquito al profesor Gomez?, y a continuación de su respuesta, estampara su firma". Comence con Aldao, que era el primero de la lista. Mientras avanzaba el proceso, solo me fijaba en las reacciones......cuando iba por el quinto en la lista, ya yo tenía la certeza de quien era.....el nerviosismo y su intranquilidad, lo delataron. No fue necesario continuar....uno de los últimos en la lista de apellido Torcatez, se puso de pie y todo desencajado, se identificó. Hice llamar al profesor Gomez y Torcatez le pidió disculpas. Gomez terminó su clase. Yo me fui a mi oficina dando gracias a Dios. Lo sucedido rápidamente se corrió por el Centro. Así se comenzó a ganar la batalla contra la indisciplina. Anécdota 2 Fue, mas o menos, similar al caso anterior. Pineda, de nacionalidad chilena, era el profesor de dibujo técnico. A sus alumnos, el les puso como tarea un dibujo que deberian copiar. Los muchachos se negaron a hacer la tarea. Pineda no encontraba que hacer. Si los muchachos no hacían la tarea el se sentía totalmente desautorizado. Fue a mi oficina y puso la queja. El caso era mas sencillo pero de mayor implicación, era un reto a la autoridad del Profesor. Yo vi el dibujo y no tenía mayor dificultad ; era simplemente "eso", un reto a la autoridad. Tome un libro que estaba leyendo: "La nueva historia de Roma" y me fui al salón. Me senté frente al escritorio y les pregunte a los muchachos por que no querían cumplir la tarea. Silencio absoluto. Entonces hice llamar al bedel para que me trajera la llave del salón. Le eche llave al salón, por dentro y les dije a los muchachos : esto es una rebelión sin causa y creo que no debo tolerarla. Pero, para que no me acusen de injusto, yo me voy a castigar con Uds. De este salón no sale nadie sin haber hecho la tarea. Silencio. Me senté, tranquilo, y me puse a leer mi libro, pero siempre pendiente a las reacciones. Las horas pasaban .....y nada. Serian como las once de la noche cuando noté que uno de los muchachos tomaba su cuaderno y comenzaba a hacer el dibujo. Lo que yo note, lo notaron todos. De repente un morenito, recuerdo que de Guiria, se puso de pie, se acercó a mi escritorio y me dijo en voz alta: "yo quiero caerme a ccccc. con este ccccc. Le pregunte: ¿por qué?. Me respondió: porque rompió el pacto que teníamos. Oído esto, el interpelado se puso de pie y grito: si quieres, vamos a dale y se acercó a mi escritorio. Yo me puse en medio de los dos y les dije: como Uds. quieren, así se hará.....pero primero hagan el dibujo.... Y si quieren pelear no será hoy porque ya esta tarde, será mañana y será una pelea a la que yo invitare a todo el CEA, con guantes y todo... El arbitro lo será el profesor de educación física. Los no involucrados aplaudían y gritaban: yo voy a ..... Como a las doce, salimos del salón. Yo metí en mi carro a los que pude y les dije a los otros que me esperaran en el Centro que yo los iba a llevar a sus casas que no estaban muy lejos. Di varios viajes y luego me fui para mi casa. Al día siguiente, temprano, se acercaron a mi oficina los "posibles púgiles"......ya no querían pelear. Así termino todo. Corolario: Estos anecdotas me dieron la idea que hacia falta en el Centro un reglamento tanto de conducta como de estudios. Lo converse con Diógenes y con los profesores. Todos estuvieron de acuerdo. Se consultó con los muchachos y salón por salón fui exponiendo la idea y dandole a los mismos muchachos la oportunidad de que me presentarán un borrador del futuro Reglamento. Así se hizo. Y caso curioso, el borrador de reglamento era tan estricto que Diógenes, algunos profesores y yo tuvimos que suavizarlo. El Reglamento se hizo... Lo firmaron Diógenes, los profesores, los jefes de cada salón y yo, por su puesto. De ahí en adelante, el CEA se convirtió en un Centro de estudios normal, yo diría que casi modelo. Caracas, 24 de junio de 2015 Héctor Corro I Serie: Anecdotas

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