miércoles, 17 de junio de 2015

Variaciones Heberto Díaz M.

Heberto Díaz Molero Comentarios sobre el articulo “Una excusa para la nostalgia” Publicado en 1981 Debo confesar que leyendo el escrito de mi apreciado amigo Gustavo Coronel, inspirado en la reflexión del mentor de muchos y siempre bien recordado compañero y amigo, Alberto Quiros Corradi (QEPD), publicada en 1981, e intitulada “Una excusa para la nostalgia”, ciertamente me ha conmovido, me ha invadido de nostalgia; si, de ese tipo de nostalgia indefinida que al mismo tiempo, tiene la virtud de dejar espacio para revivir y hacerte sentir fugazmente de nuevo, la alegría producida por aquellos hechos y realidades que te hicieron pensar en grande en el pasado, te hicieran pensar claramente en la posibilidad real de que en el tiempo, se transformaran en cuestiones de importancia, trascendentales no solo para el bien de Venezuela, sino también en particular para el entorno más próximo a nuestras fronteras, tal como pudo haber pasado, con el afianzamiento y vigencia profesional continuada, de lo que Alberto llamo el “administrador (petrolero)”, refiriéndose en especial al alto nivel de conducción demostrada y significativamente a la capacidad de logros alcanzado en la industria petrolera venezolana. Todo ello, según lo interpreto, producto del desarrollo en el espacio nacional de esa industria, de un inédito modelo de dirección corporativa de Gerencia y Administración, que creciera y se consolidara en algo más de tres cuartos de siglo, esencialmente durante las primeras dos décadas de existencia de PDVSA, o sea, desde 1976. Esa reflexión, que con tino se pone de nuevo en el tapete público, sigue siendo de actualidad y de especial atención e interés público, gracias por ello, Gustavo. Ese modelo gerencial venezolano, solido, efectivo y de primer nivel, es además distinguido por la armoniosa combinación de importancia ejecutoria entre el lado operacional y el lado humano del negocio petrolero; es asi como se fue convirtiendo paralelamente en la referencia obligada y base gerencial y administrativa del país en su globalidad y pudo muy bien haber arropado eficazmente la Venezuela del desarrollo continuado y crecimiento integral de su gente; paradójicamente, como ya es conocido, lo que pudo haber sido, no se dio, y sucedió todo lo contrario, lo opuesto o aniquilación del sistema; además de que dicho modelo gerencial fuera pervertido y destruido, también fueron desmantelados o destrozados los dos más recientes y grandes logros alcanzados por el país, ver más adelante, en función de sus expectativas de crecimiento integral, en esencia por el efecto cercenador y demoledor de las más rancias frustraciones y degeneraciones conductuales siniestras, que ellas mismas producen en las personas, amparando su recurrente supervivencia en secuelas generacionales autogeneradas en forma de protección existencial, obviamente, haciéndole cuesta arriba a nuestro país alcanzar el nivel de prosperidad y bienestar al cual está destinado vista la abundancia de diferentes y variados recursos naturales que la divina providencia tuvo a bien ofrendarle a nuestro territorio nacional. En efecto, con un entorno nacional que estuviera esencialmente encaminado, entre otros, al ejercicio del bien, a la transformación en positivo de su sociedad y a la búsqueda del bien comun, su medio ambiente social y natural, se ha alterado radicalmente, se torno inhóspito, agresivo, en otras palabras, sustentado por el imperio inescrupuloso y pernicioso de la envidia y mezquindad, del egoísmo, poder absoluto y la codicia, del engaño, de la represalia y venganza, es decir, un medio ambiente cruel, egocéntrico y retrogrado, propio de la “perversa trilogía marxista-estalinista-castrista”, bien apuntado en tu escrito. Sí, eso duele, duele mucho, ver como un país (Venezuela), nuestro país, sea víctima inocente de esa trilogía infame y nefasta, sin límites en la maldad y accionar maligno, además de haber arruinado no solo lo que representa para el fortalecimiento integral de una sociedad un modelo gerencial y administrativo como el tratado y haber transformado su territorio en un lugar inhóspito y agresivo, destruyo lo que para mi representa los dos grandes logros del pasado siglo veinte venezolano, es decir, uno, la implantación de una forma de gobierno democrático, y con ello la subordinación de lo militar a lo civil, hasta que fuera interrumpido por un atajo improductivo y mal intencionado, amparado en la inconsciencia e irresponsabilidad de los lideres de turno, y, dos, la creación y afianzamiento progresivo en el tiempo, de una industria petrolera altamente capacitada y reconocida internacionalmente a través de su empresa matriz de origen (PDVSA), positivamente ubicada entre las tres mejores empresas del mundo, por su fortaleza gerencial y administrativa, por la eficacia, los logros alcanzados, el cumplimiento de sus obligaciones y profesionalismo de su gente, asi como, por la pulcritud, seriedad, experiencia y conocimientos en la conducción corporativa de la industria. En síntesis, La destrucción premeditada durante los últimos quince años, de esos dos grandes logros nacionales del pasado siglo XX (Creación e implantación exitosa de un sistema de Gobierno Democrático y de una Industria Petrolera), sin obviar lo relativo al modelo gerencial y administrativo de la industria, entendidos como pilares fundamentales del país y factores coadyuvantes entre sí. Esos eventos, no solo frustra y entorpece el recurrente flujo natural de instrumentos y recursos originados en esas identidades y el aprovechamiento en especie de los diferentes y variados beneficios de cada uno de ellos, sino también, en consecuencia, el ejercicio pleno tanto de la justicia, la paz y normalidad institucional como el funcionamiento colectivo del país y el crecimiento persistente de la prosperidad y bienestar de la sociedad venezolana. La destrucción y ruina de esos dos grandes logros nacionales, implícitamente significa que los esfuerzos y recursos destinados para esas realizaciones durante un siglo y garantizar sus resultados institucionales en el tiempo, en beneficio de la comunidad nacional, se frustro y literalmente se paraliza a los efectos de los años por venir, entonces, ….. Se perdieron cien años de trabajo y una volumétrica cantidad inestimable de capital, además de la ruina moral generalizada en lo social, económico y político, ….. Que nos queda?. HDM Maracaibo, 16 de Junio de 2015.

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