miércoles, 24 de junio de 2015

El CEA ( Centro..........). Héctor Corro I

16 - El CEA ( Centro de Entrenamiento Artesanal ) - Cabimas. ( I ). En abril de 1914, la Caribbean Petroleum Company, empresa norteamericana, y que luego fue absorbida por la Royal Dutch Shell, empresa anglo-holandesa, empezo la perforacion del pozo Zumaque, al pie del cerro "La Estrella"que se encuentra cercano al pueblo Mene Grande, en El Municipio Baralt del Estado Zulia. Muchos trabajadores del campo, sin conocimientos en materia petrolera, trabajaron a altas temperaturas, sin servicios medicos y con las herramientas utilizadas por ellos en la produccion agricola. Para el 25 de julio de 1914, el pozo alcanza una profundidad de 135 metros y el 31 de julio se declara su utilidad comercial con una gravedad especifica de 18 grados API. Este hallazgo recorrio el naciente mundo petrolero y atrajo hacia Venezuela decenas de empresas buscando en Venezuela un lugar para invertir y participar en el negocio petrolero. Todo el mundo sabe que la actividad petrolera requiere no solo conocimientos sino tambien experticia muy profunda y variada. La Venezuela de principios del Siglo XX era un pais fundamentalmente agropecuario con muy poca industria y menos petrolera. Asi que todas estas empresas, para el desarrollo de sus actividades tenian que importar todo el personal necessario desde ingenieros petroleros, geofisicos, geologos........hasta obreros especializados, mecanicos automotrices, mecanicos generales, electricistas, soldadores....... Ese personal resultaba muy costoso y ademas de los altos salarios habia que constuirles un "habitat" aceptable; de ahi la construccion de los campos petroleros. ¿Que hacer? Comenzaron por reclutar algun personal venezolano con grado universitario, sobre todo ingenieros y los enviaban a Tulsa, EE-UU, la meca del petroleo.....y ¿los obreros especializados? El entrenamiento en los talleres de las empresas era lento y de escaso rendimiento en cuando a su cantidad. La Shell inicio en Lagunillas un experimento. Abrieron un Centro de Entrenamiento Artesanal. Para ello reclutaban muchachos, generalmente de bajos recursos, los becaban y los entrenaban como aprendices y luego los enviaban a los talleres de la empresa para continuar su entrenamiento. El experimento fue un exito. Creo, porque no tengo la información, que fue en la década de los cuarenta, que la Shell dicidio construir en Cabimas un moderno Centro de Entrenamiento, es decir, una moderna Escuela Técnica Industrial, con espaciosos y bien ventilados salones de clase; área administrativa bien equipada y amplios galpones para talleres. Las especialidades eran : Mecánica Automotriz, Mecánica General ( tornos, cepilladuras, fresadoras..), Electricidad, y Soldadura ( tanto de oceacetileno como de arco voltaico). Los talleres estaban muy bien equipados con herramientas de todo tipo y una amplia gama de ayudas audio-visuales. En el Centro impartían clases de aula 20 profesores y en los talleres dirigían las practicas una docena de instructores, todo un personal docente con buenos conocimientos y la mayoría con experiencia docente. Al comienzo de la década de los sesenta la matricula era de unos 400 alumnos. Todos ellos ingresaban con sexto grado aprobado y provenientes de escuelas públicas de la Costa Oriental del Lago y de los Estados Mérida, Trujillo y Tachira; sin embargo había como unos 50 provenientes de toda Venezuela. El entrenamiento duraba 4 años. El primer año era de conocimientos generales, inducción y ambientación; el segundo año iban a los talleres de la Empresa; allí eran evaluados y los dos últimos años los pasaban en el Centro recibiendo un meticuloso entrenamiento en la especialidad que ellos, con asesoramiento de personal entrenado, escogían. Para diciembre de 1959 yo me desempeñaba como asistente del Jefe del Departanto de Entrenamiento, el ingeniero chileno Orlando Villalobos, quien anteriormente había sido Director del CEA. Recuerdo muy bien el día, un viernes del mes de diciembre. Al final de la jornada Orlando me llamo a su Oficina y me dijo: Héctor, el Sr Augustein (¿?), Gerente General de la División de Operaciones, nos ha invitado a cenar en su casa; nos vemos aquí a las 7 PM. Yo, entre sorprendido y asustado no hice ningún comentario y solo atine a decir: esta bien, aquí estaré. Así fue. Cenamos en la casa del Sr. Augustain y después de la cena, para el pus café, salimos al patio de la casa. De pronto el Sr. Augustain se puso de pie y me llevo a la esquina del jardín-patio. Me Informó que reciéntemente habían surgido ciertos problemas en el CEA y que habían cambiado al Director del Centro. También me informo que el ingeniero Diógenes Madrid sería el nuevo Director, y que yo estaba siendo designado como subdirector. A mi casi me dio un infarto y espontáneamente le dije: ¿esta Ud. Loco? El no lo tomo mal, solo me dijo: ¿por qué? Yo le dije: porque mi experiencia docente es en materiarias humanisticas, nada en materias de ciencia. Luego yo le dije: y si me niego a aceptar el cargo....El de inmediato me respondió: pues estas fuera de la Compañía. Era un día viernes y el lunes siguiente nos encontramos a las 7 de la mañana en el CEA en Cabimas, el Sr. Augustain, Diógenes Madrid y yo. El Señor Gerente, reunió a todo el personal y les dijo: tengo a bien presentarles al nuevo Director del Centro, el ingeniero Diógenes Madrid y al Subdirector, el Profesor Héctor Corro. Les agradezco que para el bien de todos, Uds. le presten la mejor colaboración a las nuevas autoridades. Muchas gracias. Buenos días y se marcho. Diógenes se fue a su Oficina y yo a la mía, pensado que hacer. Mientras el Sr. Gerente hablaba, yo observaba las caras del personal. Por supuesto que ellos, sobre todo, los jefes de sección no objetarían el nombramiento de Diógenes, pero estoy seguro que si lo harían con la mía....y creo, tendrían razón, yo era un "paracaídista". Así que decidí hablar con ellos y manifestarles lo que había hablado con el Sr.Augustain dos noches atrás. Mi sinceridad fue bien recibida y comencé mi trabajo de conciliador. Que después daría sus frutos. Caracas, 20 de junio de 2015 Héctor Corro I Serie: Anecdotas

No hay comentarios.:

Publicar un comentario