sábado, 12 de septiembre de 2015

Ensartado en su maraña. Miguel Sanmartin


Ensartado en su maraña

MIGUEL SANMARTÍN |  EL UNIVERSAL
sábado 12 de septiembre de 2015  12:00 AM
El rrrégimen (escrito así, camarita, como lo hacen sarcásticamente los opinadores afectos al castrochavismo) está entrampado. Ensartado en su propia maraña. Está menguado, sin medios, sin aptitudes y con escasos aliados. No sabe qué hacer y, al no encontrar cómo desenterrar las extremidades inferiores del lodazal que originó con su imprudencia y aspavientos, ahora pleitea, alborota y despotrica. Se propasa y agravia. Fanfarronea pero siempre de lejitos, por micrófono y en horas de la madrugada. Por más que chirría y solivianta, este rrrégimen ya no causa roncha en el vecindario. Está cada vez más íngrimo y más limpio que talón de lavandera.

Hoy la revolución castrochavista luce maltrecha. Incluso, para algunos "analizadores" pareciera, si no derrotada, por lo menos arrinconada. Lo denota la exasperación del valedor del proceso y su séquito. Lo evidencian sus acciones. La reciente y acuciante gira presidencia a Vietnam, China y Qatar así como la reunión casi subrepticia-forzada con Vladímir Putin en Pekín, demandándole una vez más la intervención de Rusia para frenar la caída  de los precios petroleros -provocada por el imperio mesmo, según la cantinela roja-rojita- patentiza las carencias y urgencias de la autocracia militar-civil de Caracas.

En el mismo catálogo de intenciones y propósitos extremistas-desesperados (debido a la crisis galopante-destructiva propiciada por el socialismo del siglo XXI) encaja la salvaje agresión perpetrada con patadas, palos, piedras y botellas por la turba enardecida de simpatizantes del régimen decadente (¿colectivos pagados con dinero público para cometer estas tropelías, como lo hacen en Cuba los CDR?) contra desprotegidos activistas de Voluntad Popular apostados frente al Palacio de Justicia mientras esperaban la decisión del tribunal en el juicio contra Leopoldo López. 

El mismo repertorio y con idéntica finalidad -distraer al ciudadano de los problemas reales del país, lo cual no logran- categoriza las fantasiosas denuncias -sin prueba alguna- de los líderes rojos "alertando" sobre supuestas conspiraciones diabólicas urdidas por enemigos jurados -oligarcas y pelucones, alegan- de la revolución bonita en ese triángulo maléfico que conforman Miami, Bogotá y Madrid. Entre las fábulas de camino más recurrentes "sobresalen" la guerra económica, la sicológica y la mediática; el  ataque al bolívar; el embate de @DolarToday contra el valor del dólar controlado; la importación y financiamiento por parte de la oposición golpista de paramilitares con la finalidad de crear una falsa sensación de inseguridad en el país; el contrabando de extracción; la escasez artificial; la especulación inducida, el acaparamiento deliberado y el también hipotético propósito de los empresarios burgueses conchupados con políticos de ultraderecha -dirigidos y financiados por el imperio- para derrocar al gobierno del pueblo.

La realidad es que todo este aspaviento -tanto el discurso guerrerista como las últimas medidas disparatadas- son parte de la estrategia ¿cubana? para encubrir una realidad demoledora, explosiva e inocultable que colocó a casi 80% de la población en contra del gobierno y su modelo político, económico y social dictado por los hermanos Castro. Las últimas encuestas son demoledoras para el rrrégimen. La diferencia con la oposición es de 25 puntos. Lo culpan de la crisis. La creó y se la achacan íntegramente. Ese cambio drástico en el sentimiento del soberano demuestra indignación, desilusión, frustración y desagrado con un gobierno que se volvió sectario, insensible, sordo, indolente y tozudo. Hoy es percibido como ineficiente y corrupto.

El rrrégimen todavía urde el que podría ser el "Dakazo" 2015 -intentando ganar las parlamentarias- pero no se le da. Hasta ahora no lo logró exponiendo al escarnio a los empresarios privados ni encarcelando injustamente a dirigentes políticos y estudiantes. Menos lo obtuvo con la escaramuza contra Guyana y parece que tampoco le resultará como pretendía la pataleta contra Colombia. El efecto ha sido completamente contrario. Aumentó su descrédito internacional por las denuncias de brutalidad y vulneración de los derechos humanos durante los operativos militares en la frontera. ¿A qué otro expediente apelará en su desespero?

msanmartin@eluniversal.com


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