opinión
 |
CNE vulgar cómplice, intenta la maniobra Scioli en versión castrochavista
9 Diciembre, 2015
Donde las elecciones se rigen por Procesos Manuales se dan los resultados en 2 horas, en Venezuela (con “el mejor sistema automatizado, perfecto” según el régimen), a seis horas de cerradas las mesas, la rectora que preside el nada autónomo poder electoral se permitió dar resultados parciales, dejando un margen de 22 diputaciones (de un total de 167) sin definir, como si la maquinaria de control de la oposición no conociera las cifras emanadas de los equipos que registran cada voto en cada mesa de cada centro electoral, o quizás Tibisay Lucena pretenda convencer a la mayoría de los venezolanos, de que el insólito y decimonónico retardo se deba a que las computadoras en nuestro país funcionan con leña (una precaución ante la insoportable frecuencia de los apagones, fallas eléctricas en grandes sectores urbanos del país, gradualmente conducido en reversa por el obsoleto chavismo). Escribo el martes 8 de diciembre, el proceso terminó hace casi 2 días, y el CNE mantiene el suspenso oficial.
En las recientes elecciones presidenciales de Argentina, el candidato del oficialismo kirchnerista (peronismo degenerado) sorprendió a todos al anunciar, cuando sólo se habían escrutado la mitad de los votos, que su adversario Macri había ganado. Scioli sabía que había sido derrotado, pero no adelantaba el reconocimiento de su derrota por caballerosidad, sino buscando que esa aparente nobleza ante el bando contrario le suministrara credibilidad suficiente para establecer una diferencia mínima en el total de votos a favor del cambio. El oficialismo buscaba ocultar que la Oposición ganó por más de 16 puntos de ventaja. Al reconocer la victoria del contrincante esperaba que le aceptaran también que la diferencia en los cómputos finales había sido apenas de 2.5 puntos, cifra falsa que les permite quedar en mejor posición, cercanos al casi “empate técnico” que les lava la cara y los deja en mejores condiciones para futuros procesos electorales. En los deportes, no es igual perder por apenas 2 (carreras, goles, cestas, etc), que por 16. Una diferencia enorme refiere una Paliza, y reduce las futuras opciones de los derrotados.
En Venezuela se sabía que la oposición unida (en la Alianza lograda y mantenida por la MUD) era mayoría y la diferencia no dejaba lugar a dudas de que la Votación en las parlamentarias le sería favorable. Lo que nadie podía establecer de antemano era la cantidad específica de diputados que se alcanzaría, en virtud de varios factores imposibles de ser controlados, entre los cuales resaltan los cambios en los Circuitos Electorales efectuados de acuerdo al esquema tramposo del gerrymandering o la Salamandra (que permite obtener más curules con menos votación), y los turbios manejos que pudiera implementar el régimen durante los días previos a las elecciones, a objeto de crear un espejismo de Seguridad, abundancia y bajos precios (que pusieron en práctica en ocasiones anteriores). Por ello, los resultados del 6D sorprendieron tanto al Oficialismo como a la Oposición, pues ambos sabían que la opción del cambio ganaría, pero no imaginaron que sería por la máxima diferencia. Impedido de voltear las cifras, ya que no se trataba -como en oportunidades anteriores- de una diferencia mínima, fácil de revertir, con el procedimiento de prolongar el lapso del conteo hasta media madrugada, asignar la victoria al camarada por menos de 2 puntos, y realizar las proclamaciones de prisa, sin siquiera atender reclamos formales sobre irregularidades de forma y de fondo. Esta vez la participación fue alta, cerca del 75%, y mayoritariamente favorable a la Oposición Unida, de modo que era imposible voltear ese resultado. Por ello, luego de seis horas de absurdo retardo, la presidente del Consejo Nacional Electoral informa al país -luego de la medianoche- resultados parciales, que asignan 99 diputaciones a la oposición unida, y 46 al oficialismo, alegando que hay 22 resultados sin definir, y esta inaceptable situación se prolonga por más de 48 horas (con un proceso automatizado, que debería producir resultados en minutos), durante las cuales el CNE se mantiene congelado, y deja libre el terreno a las especulaciones.
Esta es la versión chavista de la maniobra Scioli en Argentina; Ofrecer un primer Boletín que da ganador al bando Opositor [lo cual disminuye las reservas y sospechas respecto del CNE por sus antecedentes de sectarismo en beneficio del Oficialismo, actuando como brazo ejecutor de las órdenes y estrategias del régimen], pero postergando las definiciones de 22 diputaciones, con la intención de reacomodar los resultados en esa porción sin definir, para despojar a la Oposición -ya con 99 puestos confirmados (Mayoría Simple)- de unos pocos diputados, y que no pueda la Oposición alcanzar la cifra de 112, mayoría calificada, que le permite controlar la Asamblea Nacional, para reorientarla hacia el cumplimiento de las funciones que le son propias, y deje de conducirse como un apéndice servil y acrítico del poder Ejecutivo, sin controlar los gastos y las arbitrariedades (que han sido el pan nuestro de cada día, durante los casi 17 años que el chavismo lleva en control de la AN).
La maniobra no les va a resultar, la oposición conoce los resultados y no permitirá esa burda manipulación que busca desconocer la voluntad popular mayoritaria, pero el régimen nos da evidencia de que pretende no sólo desconocer la expresión electoral que le ha sido adversa, sino que mantiene su estrategia de negar o adulterar la Realidad, y está dispuesto a boicotear el propósito opositor de sanear al Poder Legislativo y proceder a cumplir las funciones de control de los otros poderes, esforzándose por que alcancen genuina autonomía y probidad en el ejercicio de sus respectivas tareas.
Esperemos que el 5 de enero del 2016 no tengamos que soportar escándalos similares al que hoy protagoniza la fundamental derrotada en las elecciones presidenciales, Cristina Kirchner se niega a participar en las Ceremonias de Transmisión de mando, alegando haber sido “maltratada” por el presidente recién electo, Mauricio Macri, ¡ en una conversación telefónica ! Luego de haber visto las bochornosas escenas de agresiones a diputados opositores en nuestra AN, por parte de unos cobardes, en pleno hemiciclo de la sede del poder Legislativo, con la complicidad de las máximas autoridades de la AN y las cámaras de la televisora pública convenientemente enfocando al techo, y de prohibirle parlamentar a los parlamentarios opositores, no nos sorprendería que ocurrieran espectáculos primitivos y vergonzosos, (¿con el mazo dando? ¿como sea?) derivados de la desesperación por la gradual implosión del fenómeno aluvional y clientelista que ha sido el chavismo, en su afán por negar lo que realmente ocurre, y sabotear cualquier iniciativa eficiente, que conduzca a resultados idóneos, en el plano político, social o económico. Lo que a su vez demuestra que todo cuanto ha estado a cargo de funcionarios hipotecados a la utopía colectivista, de pensamiento y partido únicos, solamente ha generado fracasos y empeorado los problemas que ofrecieron resolver. El planeta entero ha entendido con facilidad lo que tuvo lugar en Venezuela el pasado domingo 6. Los únicos que siguen sin entenderlo, y mantienen el discurso demagógico y falaz, y la praxis amenazante e ineficaz, son quienes no pueden asimilar que ese esquema es lo que llevó a la obvia mayoría de los venezolanos a desplazarlos del poder legislativo, a rechazarlos sin ambigüedades. Una vez más, los comunistas se tropiezan con la misma piedra. Jamás aprenderán ni rectificarán.
Etiquetas: Edgard J. González
No hay comentarios.:
Publicar un comentario