viernes, 11 de diciembre de 2015

Fin del presidencialismo.......Pedro B. Celis


Fin del presidencialismo en Venezuela

PEDRO BERNARDO CELIS |  EL UNIVERSAL
viernes 11 de diciembre de 2015  12:00 AM
Los votos hablan, pero no todos escuchan lo que dicen. Hay que saber oírlos. La soberbia es mala consejera, e impide escuchar el verdadero mensaje que los venezolanos dimos a través del voto en 2015. La jornada electoral creó un ante y un después en la historia contemporánea de Venezuela. Así de dramático es lo que pasó. Pero no porque la oposición haya ganado por paliza por primera vez en 17 años, sino porque el Parlamento se hace con el verdadero poder y protagonismo político a partir de ahora. El 6D marca el fin del presidencialismo en Venezuela. Casi 75% de los electores se tomaron el trabajo de ir a votar por una representación en la Asamblea Nacional que sea capaz de cambiar el estilo de convivencia por el que estábamos transitando. Los venezolanos dijimos en voz alta y clara: queremos un cuerpo colegiado que nos represente, donde la diversidad sea la norma, y la tolerancia un estilo de vida.

Dentro de esas tres cuartas partes de venezolanos que consideraron que era importante ir a votar, menos de 60% se decantaron por la alternativa del cambio. Pero no se trata de cambiar un partido, una ideología, o una persona. Se trata de rescatar la esencia de nuestro variopinto gentilicio venezolano. De recuperar nuestros valores. De regresar a principios de meritocracia, tolerancia, diversidad, honestidad y trabajo. La facción ganadora del pueblo llano celebró los resultados de forma comedida, con alegría pero sin aspavientos. La facción perdedora del mismo pueblo llano tragó duro, y sin rabia ni odio aceptaron los resultados. Todos, sencillamente generamos la esperanza de un nuevo estilo de convivencia. Sabemos que para cristalizarlo queda todavía un largo camino por recorrer.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), con una sola tarjeta, salió fortalecida, precisamente por tener en su seno una amplísima representación del país. La MUD desarrolló la robustez necesaria para triunfar sin personalismos. El diálogo y la negociación fueron sus virtudes. Liderazgo colegiado que gustó a unos venezolanos hastiados del cesarismo democrático actual. El oficialista Gran Polo Patriótico (GPP), con una infinidad de tarjetas, salió debilitado, precisamente por tener en su seno una voz única y un pensamiento único. El GPP se convirtió en más de lo mismo. Presidencialista hasta los tuétanos e incapaz de evolucionar. Su líder único fue fundamental en el deslave de más de 2 millones de votos desde las elecciones presidenciales del 2013.

La MUD realizó una labor de coordinación electoral extraordinaria, evidentemente muy superior a la del 2013. Los resultados están a la vista. Desempeño titánico de Jesús "Chuo" Torrealba, quien logró la unión que le había sido esquiva a Ramón Guillermo Aveledo. También corresponde reconocer a quienes construyeron país desinteresadamente, dentro y fuera de la MUD. Desde los votantes, hasta aquellos que recorrieron el país y dieron a conocer el mensaje de la unidad, bajo el manto de integridad que otorga la tolerancia y la diversidad. Destaco aquí el singular y denodado trabajo de 2 mujeres que recorrieron a Venezuela y el mundo, para que este resultado que hoy disfrutamos se convirtiera en realidad. Tienen en común el haberlo hecho sin ni siquiera estar en la batalla por una curul en la Asamblea. Simplemente decidieron darlo todo por su país en un momento crítico de nuestra historia republicana. María Corina Machado y Lilian Tintori. ¡Gracias por tan extraordinaria labor!

Sin embargo, no podemos olvidar que más de un 40% de los votantes se decantaron por perseguir el sueño de justicia social que hace 17 años había cautivado la imaginación de muchos venezolanos. Bajo circunstancias democráticas tradicionales, en regímenes donde se protege a las minorías, este voto popular hubiera generado una proporción muy similar de diputados. Sin embargo, la sed del oficialismo por acaparar el poder absoluto hizo que cambiaran las reglas de juego para que una simple mayoría tuviera una mayor proporción de curules. Esto benefició a la nueva mayoría, que con menos del 60% en el voto popular, logró dos tercios de las curules y una mayoría calificada. Es necesario recordar a diario que la mayoría calificada no fue un mandato de los ciudadanos. Es una ñapa del sistema, y su uso debe ser con humildad, restringido y muy dialogado a nivel nacional.

Lo más interesante del nuevo escenario político, es que en un país que es, tradicionalmente, 100% presidencialista, el cambio se originará en un cuerpo colegiado y deliberante, en el que todos son líderes y ninguno lo es. Esa es la verdadera promesa del nuevo amanecer venezolano. Y esa es la idea principal que gritaron los votos el pasado domingo. Ojalá todos los venezolanos sepamos transitar el camino señalado, y convirtamos al 2016 en el año del diálogo para la reconstrucción nacional. (Cifras de http://puzkas.com/resultados-por-circuncripciones/mapa-interactivo/)

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