miércoles, 22 de octubre de 2014

"Fenómeno pensable" Teodulo Lopez M.

"Fenómeno pensable"

La política pasó a convertirse en una gran red de redes de transmisión de información, creación de coaliciones y alianzas

TEÓDULO LÓPEZ MELÉNDEZ |  EL UNIVERSAL
miércoles 22 de octubre de 2014  12:00 AM
Es Jacques Rancière quien nos propone rescatar la política como "fenómeno pensable", en su "operatividad como acontecimiento". Es decir, liberarla del sentido centrado en una filosofía de la historia y de su carácter superestructural. Acontecimiento es lo que detiene la mera sucesión de los hechos y exige una interpretación, es lo que intuye el conflicto y da lugar al desacuerdo necesario; es evidente que sin desacuerdo no hay política pues integra la racionalidad misma de la interacción. Estigmatizar al desacuerdo equivale a acoso.   

Ya no estamos, en una sociedad industrial. En consecuencia las formas de poder son otras. En consecuencia, las viejas formas (sindicatos, partidos políticos, asociaciones empresariales y todas aquellas "instituciones" de la sociedad civil) se derrumban, al igual que los sistemas de valores tradicionales. No se trata de que los partidos se regeneren o se hagan diferentes. Lo que pasa es que la forma de expresión política de este tiempo ya no pasa por ellos. Si vemos, por ejemplo, la inutilidad de los sindicatos y la impotencia absoluta de los partidos para unir en torno a ideologías, debemos admitir que la nueva estructura política pasará por un entramado de redes de acción y presión política. Lo que hay que entender es que la política dejó de ser un espacio de acción individual o uni-organizativo para convertirse en una gran red de redes de transmisión de información, creación de coaliciones y alianzas y en articulación de presión política.

Argumentos como este confirman la existencia de una "cultura política" vacua. Limita la política a los profesionales de la actividad y reduce toda injerencia ciudadana al acto de votar. Esta concepción encarna el pasado, reproduce todos los vicios que debemos eliminar para avanzar hacia una democracia del siglo XXI. La actividad ciudadana debe estar centrada en numerosos puntos de alarma que se encienden produciendo una cadena de reacciones. Esta nueva mirada que he denominado "cultura de la comunicación" no equivale a un estado hipersensible ni de permanente conflicto, sino a uno introyectado en un cuerpo vivo.

Alguna vez afirmé, también con Rancière, que cuando la política desaparece llega la policía.

tlopezmelendez@cantv.net

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