martes, 7 de octubre de 2014

Todos somos hermanos Antonio Pérez E.

Todos somos hermanos

Necesitamos recuperar una mirada cariñosa e inclusiva para vernos como conciudadanos y hermanos

ANTONIO PÉREZ ESCLARÍN |  EL UNIVERSAL
martes 7 de octubre de 2014  12:00 AM
En los numerosos talleres y conferencias que en estos años he dado a miles de educadores por toda Venezuela, he incorporado la siguiente parábola, como un aporte a superar la extrema polarización y el desencuentro que estamos viviendo: 

"Un viejo maestro preguntó a sus discípulos si alguno le podía decir en qué momento terminaba la noche y comenzaba el día.

-¡Cuando ya podemos distinguir a lo lejos un perro de una oveja! -afirmó con decisión uno de los discípulos.

El viejo maestro negó con su cabeza.

-¿Será cuando en la neblina lechosa del amanecer podemos distinguir una ceiba de un samán? -se aventuró otro de los discípulos.

-¡Tampoco! -respondió con convicción el maestro.

Los discípulos se miraron desconcertados y preguntaron ansiosos:

-¿Cómo, entonces, podemos saber el momento en que uno puede asegurar "hasta aquí llegó la noche y está comenzando el día".

El maestro los miró con sus ojos mansos de sabio y les dijo:

-Cuando tú miras el rostro de cualquiera y ves en él a tu hermano o a tu hermana. En ese momento comienza a amanecer en tu corazón. Si no eres capaz de eso, sigues en la noche.

Necesitamos con urgencia recuperar una mirada cariñosa e inclusiva para vernos como conciudadanos y hermanos y no como enemigos. Al enemigo se le ataca con violencia. Al hermano se le acepta con cariño a pesar de las diferencias. La genuina democracia es un poema de la diversidad y no sólo tolera, sino que celebra que seamos diferentes. Diferentes pero iguales. Precisamente porque todos somos iguales, todos tenemos derecho a ser, pensar y decidir de un modo diferente dentro, por supuesto, de las normas de la convivencia que regulan los derechos humanos y los marcos constitucionales. 

Venezuela nos necesita a todos. Son tiempos para renunciar a la violencia, reencontrarnos y trabajar unidos para superar juntos los graves problemas que tenemos, entre ellos, el de la inseguridad, la pobreza, la corrupción, el desabastecimiento, la violencia, la improductividad. Son tiempos para, sin renunciar al sueño de buscar con empeño un país mejor, emprender las transformaciones urgentes y necesarias que nos resuelvan los gravísimos problemas de la cotidianidad. No podemos seguir pensando que estamos construyendo aquí un mundo nuevo, si tenemos miedo de salir a la calle, si la corrupción anda desbordada, si escasean los productos de primera necesidad, si no conseguimos medicinas y los hospitales están sin dotación, si la inflación devora salarios y ahorros, si cada vez para más jóvenes la "salida" es por Maiquetía, si seguimos pegados a la teta petrolera y no asumimos el trabajo productivo y responsable como medio esencial para producir riqueza y garantizar a todos unas condiciones de vida digna. 

El diálogo eficaz supone humildad, respeto, autocrítica y una gran coherencia. Si Jesús dijo: "la verdad les hará libres", la mentira sólo puede conducir a la esclavitud. Y hoy se miente demasiado y sin el menor pudor. Sólo sobre la sinceridad y la verdad será posible dialogar. 

pesclarin@gmail.com / @pesclarin

www.antonioperezesclarin.com

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