viernes, 31 de octubre de 2014

¿Ingeniero o TSU? Pedro Bernardo Celis

¿Ingeniero o TSU?

PEDRO BERNARDO CELIS |  EL UNIVERSAL
viernes 31 de octubre de 2014  12:00 AM
El sistema de educación japonés tiene en sus escuelas técnicas una gran fortaleza. El estudiante japonés, una vez que termina los 9 grados de educación oficial obligatoria, tiene tres opciones: ingresar a una escuela técnica o Kosen; ingresar al bachillerato o Koko; o ingresar directamente al mercado laboral. El joven de 15 años recién egresado de los 9 años de educación oficial obligatoria, realmente no está preparado con un oficio que le permita tener un nivel de vida interesante. Es por esto que la mayoría opta por continuar sus estudios. A este nivel, las escuelas técnicas y los bachilleratos, aplican pruebas de admisión. No entran automáticamente. Las pruebas de admisión crean una sana competencia y permiten la entrada en los niveles de educación secundaria a quienes realmente estén preparados para afrontarlos y culminarlos.

En el bachillerato o Koko, el joven de 15 años enfrenta tres años más de estudio que lo preparan para ingresar a la universidad. Sin embargo, aquí el ingreso tampoco es automático, y ellos nuevamente deben pasar su examen de admisión para ingresar a la universidad y carrera que deseen. Este camino requiere de intensa preparación y competencia desde el Hoikuen o Kindergarten, para los jóvenes japoneses. Sin embargo, una vez en la universidad, las estadísticas indican que su culminación está prácticamente garantizada. Son muy pocos los jóvenes que ingresan en la universidad y no la culminan.

Los que deciden optar por continuar en la escuela técnica o Kosen, se enfrentan a 5 años de estudio que los preparan para ingresar al mercado laboral japonés con una excelente preparación técnica. Sin embargo, ellos también pueden optar por ingresar a una universidad haciendo reválida. La universidad equipara sus dos primeros años de estudio con los dos últimos años en la escuela técnica. Los que optan por esta modalidad ingresan a la universidad sin examen de admisión y tienen la oportunidad de convertirse en excelentes profesionales con apenas dos años más de estudio. Estos jóvenes que fueron técnicos superiores universitarios, TSU, se convierten en ingenieros con una base técnica muy completa, que no la tienen quienes estudiaron en el bachillerato y entraron directamente en la universidad. Cada vez es más común en el mundo, el profesional con estudios de posgrado. Y Japón no es la excepción. Por supuesto, una vez graduados de la universidad, los profesionales japoneses tienen la oportunidad de continuar sus estudios de Maestría y Doctorado. La Maestría la hacen normalmente en dos años, y el Doctorado en tres años más.

El sistema de educación, en cualquier parte del mundo, está encargado de producir el talento humano necesario para el progreso de la humanidad. Los clientes por excelencia de los diferentes niveles educativos de una nación son las empresas privadas y las instituciones públicas o privadas del país. Los clientes no son los jóvenes, y tampoco los padres de esos jóvenes, aunque muchas veces sean ellos quienes "paguen" la educación. Son las empresas e instituciones las que necesitan del talento humano para crecer y ser más exitosas en lo que hacen. El sistema social japonés tiene muy clara esta relación.

El gobierno japonés, maneja planificaciones con horizontes de hasta 50 años, en los que se detallan los requerimientos futuros de conocimiento y experticia. Bajo ese esquema, promueven e incentivan que los sistemas educativos produzcan el talento humano que será requerido en cada etapa. Las empresas e instituciones públicas y privadas se benefician así del talento disponible para su contratación. Sin embargo, estas empresas e instituciones también reconocen que el talento humano egresado de las diferentes casas de estudio, ha desarrollado competencias y habilidades hasta cierto punto superficiales. Estas deben ser desarrolladas en ambientes profesionales muy específicos, que requieren competencias y habilidades también muy específicas. Las empresas e instituciones japonesas buscan talento humano interesado en estas áreas específicas del saber para terminar de formarlos profesionalmente. Lo que conocemos como entrenamiento en el trabajo. Es así que un bachiller, un TSU o un ingeniero que ingrese a una de las grandes corporaciones japonesas, será entrenado toda su vida. Será su talento intrínseco y su deseo de superación, y no su grado académico lo que determinará hasta dónde puede progresar dentro de la organización. Un bachiller, un TSU o un ingeniero bien pueden llegar a ser presidentes de la corporación.

El sistema de educación japonés destaca por su condición meritocrática y democrática, donde a la larga, todos tienen acceso a las mismas oportunidades, y las diferencias de cuna bien pueden emparejarse en el camino.

El gran logro del primer gobierno de Rafael Caldera fue precisamente la destrucción de las escuelas técnicas en Venezuela. Una herida de la que Venezuela no se ha recuperado todavía.

@ProfPBCelis – pbcelis@usb.ve – pbcelis.tumblr.com

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