lunes, 19 de enero de 2015

Un día sin nombre Héctor Corro I.



8-   UN  DIA  SIN  NOMBRE

Lo cuento como me lo contó Danilo, gran amigo de Luis Aparicio.
Si, era un dia cualquiera.   Danilo  Hernández  y  Luisito  Aparicio,  grandes amigos desde siempre, al bajarse del carro para echar gasolina  en  una de las bombas que antes existían en el cruce de las Avenidas  Cinco de Julio y Delicias, divisaron que allí cerca, sobre la Avenida Delicias , estaba trabajando un "cepilladero."  Terminaron de echar gasolina en el tanque de su carro,  lo estacionaron con dirección hacia Grano de Oro y se dirigieron hasta donde estaba el cepilladero.
De pronto se separaron.  Luis Aparicio se acerco al cepilladero y le pidio dos cepillados.  Danilo se dirigió hacia la bodega mas cercana, eran dias navideños, y compro varios "tumba rancho." El cepilladero, sin mirar a Luis Aparicio, porque si lo hubiese visto no le habría hecho pregunta alguna, ya  que hablar con el único venezolano en el Hall de la fama, es un honor para cualquier zuliano,  le pregunto: ¿para qué queréis dos cepillados sí vos estáis sólo? Luis le contesto:   Bueno, uno para mi y el  otro para un amigo que fue a comprar "algo". Y¿cómo los queréis? Bueno, el mío de níspero y el de mi amigo de guanábana; y les echáis bastante leche condensada.  Mientras Luis hablaba con el cepilladero,  Danilo ataba los tumba rancho a la cola del burrito que arrastraba el carrito de los cepillados. Cuando ya Luis regresaba con los cepillados, Danilo prendio la mecha de los tumba ranchos.  El burro pego un rebuzno que se oyo hasta en el Lago.  Corcovio y fue a parar la carrera al final de la Avenida Delicias, destrozando el carrito y todos los insumos de los cepillados.
El pobre animal tenia el rabo y sus alrededores, totalmente destrozados.
El cepilladero no salía de su asombro.   Danilo y Luis Aparicio reían y los transeúntes pensaron...bueno....cada quien lo que quisieran.
Danilo y Luis pagaron "sobrao",  el daño causado al cepilladero.  Este compro una moto y un carrito nuevo.  A los que le preguntaban como habia hecho para cambiar el burro por la moto, les respondia:
Si, primo: "me la regalo",  vos sobéis quien:  nada mas ni nada menos que el primo  LUIS   APARICIO.

Caracas, 28/D de 1014

Héctor Corro I.


Serie : ANECDOTAS


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