viernes, 1 de agosto de 2014

13- Fumando un habano



13-       FUMANDO   UN    HABANO

     En el cuarto de  mi mama y mi papa habia un escaparate.   Allí guardaban su ropa mi mama y mi papa.  El escaparate tenia en su parte de arriba,  dos gavetas.  Una de mi mama dode guardaba los sarcillos, unas sortijas,y unos collares.  Mi papa guardaba en su gaveta unas morocotas, unas moneditas de cinco pesos y una caja de habanos que le habia regalado Don Domingo Lapadula.
 Mi papa no era fumador; alguna que otra vez, por las tardes, después de tomar el café de ritual de las tres, se fumaba un habano.  Por eso le duraban mucho.   Un buen dia después de salir de la escuela, mi papa me mando para Terrón a llevarle una carta a mi Titi (mi tioAndres) que, al dia siguiente saldría para Valencia,  dirigida a la Casa Blom.
 Mi papa me habia ensillado el caballo bayo que me habia regalado mi padrino Humberto.   Antes de irme, abrí el escaparate, tome un habano , lo metí en mi morral y una cajita de cerillas españolas de las que mi mama usaba para prender la lampara Aladino.  Metí la carta en el morral, me monte en el caballo y salí para Terrón.  Seria como la una de la tarde. De la Trampa a Terrón habría como 12 kilometros.  Eran como 10 kilometros bajando y unos dos en lo plano después de atravézar el ultimo paso de quebrada, o sea el del Marianero. Allí me baje del caballo, saque el habano, lo mordí por la punta por donde se fuma, como lo hacia mi papa, lo prendí y me monte de nuevo en el caballo. Desde allí hasta casi llegar a la casa de Terrón fui fumando mi puro.
Al principio me dio toz, pero luego lo fume sin problemas.
 Cuando llegue a la casa de Terrón, le pedí la bendición a mi tía Carmen y me acosté en uno de los cuartos.  Le dije a mi tía que tenia mucho sueño, pero lo que me pasaba era que estaba muy mareado. Dormí un buen rato. Mi tía se dio cuenta que olía a tabaco y me dijo: Hector, tu como que venias fumando.  Yo le tenia mucha confianza a mi tía Carmen, y  le dije que si.  Vamos, me dijo, lávate la cara y enjuagate la boca; luego me echo un poquito de agua colonia de la de mi tio, y me dio una taza de café aguado.   Hector, me dijo, yo no le diré nada a Andres, vete y no lo vuelvas a hacerlo..   De regreso me cruce con mi tio que venia de Bella Vista, le dije lo de la carta y cada quien tomo su camino;  el para su casa  de Terron y yo para la Trampa.  Mi tía Carmen me alcahueteaba mucho.   Asi que ni mi tio Andrés, ni mi mama, ni mi papa, jamás se enteraron del como y el dia en que yo me fume un
HABANO.

Caracas, 25 de marzo  de  2913

Hector Corro I.


Serie : RECUERDOS

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