viernes, 1 de agosto de 2014

7- BERTO RUIZ




7-    BERTO   RUIZ

En la Sierra, en el norte del Edo. Cojedes,  entre Chaparrote  y la encrucijada de Simona, hay un lugar llamado La Enramada.
En ese lugar habia, en aquel entonces, seria en el año 1984, varias parcelas, en las cuales los parcelemos sembraban tomates, caraotas negras, maiz  etc.       Uno de esos parcelemos se llamaba, o se llama, porque aun creo esta vivo, BERTO Ruiz.
Ese año, el amigo Berto Ruiz además de sus tomates habia decidido sembrar maiz.  La parcela tenia un sistema de riego, por caida natural, rústico,  pero eficaz.  Yo nunca trabaje la agricultura; lo mío era la ganaderia.  Y como me gustaba echarle la pierna a la mula y salir a sabanear.  Aunque no era agricultor, siempre tenia en el galpon unos sacos de abono, porque en los meses de mayo y junio, habia  parcelemos que se quedaban cortos en sus cálculos de abono y recurrían a mi para que les completara lo que les faltaba.  Si tenia el abono yo me sentia feliz al poder remediarles su necesidad.
Pues bien, el amigo Berto fue uno de ellos.  Habia sembrado maiz y el abono no le alcanzo.  Yo tenia en el galpon 25 sacos de abono.  Se los di prestados a Berto, con el compromiso que me los pagaría cuando cosechara el maiz, esto es, mas o menos, en el mes de diciembre o enero.
Alberto Maldonado, hermano de Ramón, trajaba conmigo; el era quien me manejaba el carro cuando salíamos hacia El Pao, San Juan de los Morros, etc.  Un buen dia, se peleo con Meme por un tobo de ordeñar.  El resultado fue que Albeto se disgusto porque creyó que yo defendía a Meme y decidió renunciar.  El me dijo que necesitaba el dinero de sus prestaciones sociales lo mas pronto posible.  En ese momento yo no tenia dinero en efectivo para pagarle.  Lo mas rapido era vender unos mautes.   Entonces el que me compraba ganado era un muchacho de Tinaquillo que generalmente pasaba por la casa, mas o menos cada 15 dias.  Pues Luis, que asi se llama el muchacho, habia chocado el camión y no aparecía.    Hablando con Beatriz le dije que estaba preocupado porque le iba a quedar mal a Alberto.     Cuando estábamos en esa conversación, veo que alguien viene entrando por la puerta del corral.   Adivinen ¿Quien era?  Pues,  Beto Ruiz.  Me imagine que vendría por mas abono.   Entro a la casa, y despues de los saludos de rigor, le pregunte:  y eso que hoy domingo vienes  por aquí.....
¿que cosa buena me traes?  Pues si, le traigo una buena, me respondió.  ¿Cual será?, le dije.  El se metió la mano en el bolsillo y saco un fajo de billetes.  Aquí le traigo el pago del abono que me presto.  Yo le dije:  pero tu compromiso era para diciembre o enero.
El me respondió: es que vendí unos tomates y pensé que a lo mejor Ud. podía necesitar ese dinero para comprar mas abono, o quien sabe parara que....el dinero nunca sobra, siempre falta.   Tienes razon Berto,  me acabas de sacar de un apuro. Le conté el cuento de las prestaciones sociales de Alberto y el se echo a reír.   Ve Ud. Sr. Corro, como el dinero nunca sobra....   Le bride una cerveza, y seguimos charlando.... Cuando se fue le dije a Beatriz: Dios nunca falla.  Ella me dijo:  yo le encomendé a la Cinita esa necesidad.......

Caracas, 30 de noviembre de 2013.

Héctor Corro I.


Serie :  ANECDOTAS

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