viernes, 1 de agosto de 2014

14- La dura realidad

     
14-     LA DURA REALIDAD

 Cuando yo tenia 11 años fui a pasar, en Villa de Cura, unos dias con mi papa que ya venia enfermo y que a los 57 años se nos fue.
Mi tío Pedrito, hermano mayor de mi mama,  vivía en una modesta casa, vieja, con techos de teja, angosto zaguán de entrada , un pequeño recibo,  continuación del zaguán y seguidos de  un pequeño
comedor.     Después del comedor venian tres  cuartos pequeños alineados el uno a continuación del otro.  Enfrente de los cuartos habia un rectangular jardin-patio interior de mas  o menos 12 metros de largo por unos seis metros  de ancho.  A continuación de los cuartos póvenia la cocina, y a continuacion de la cocina un cuarto para almacenar leña seca, que mi tío compraba a vendedores que venían del llano.  Al final de la casa habia un pequeño tinglado, era la letrina con un largo tubo enclavado en la letrina pero con una especie de aperturpara que, al cerrar la tapa de la letrina los malos olores se fueran al espacio.  Se cocinaba con leña y con fogon.  Entonces no habia gas, ni electricidad, ni gasoil, ni gasolina.  Aclaro, era el año de 1937.
Mi tío era militar, coronel retirado, y en la Villa se desempeñaba como recaudador de rentas del Consejo Municipal.
Como se puede apreciar era una casita muy modesta pero a su vez muy cómoda y acorde con los ingresos que, imagino tendría mi tío.
De todo lo que tenia mi tío lo que mas me llamo la atencion  era el juego de muebles que tenia.    Constaba de un sofá, dos mecedoras y  dos sillas-cómodas.    Mi tio cuidaba mucho su juego de sala.  Allí solo se sentaban los visitantes, que no eran muchos.  Los niños teníamos prohibido sentarnos en esos muebles.    Mercedes tiene aquí una mecedora que parece se hubiera escapado del juego de muebles de mi tio Pedrito.    Estas noches tuve un sueño raro, muy raro.   La mecedora de Mercedes, de pronto tomo vida, y me pregunto : ¿ tu que haces aquí?  Yo no salía de mi asombro,  pero asombrado y todo le respondí :  pues yo vivo aquí.  La mecedora me dijo : ¿y tu no te sientes incomodo?  No, para nada.  Pues yo si. ¿  Como es eso ? Le pregunte.
Ella me respondió: es que ya estoy tan vieja que ya no cuadro con nada; aquí donde estoy me siento que yo, estando en  el presente, pertenezco al pasado.
Me desperté y de ahí en adelante, no podía conciliar el sueño.
 Sin lugar a dudas, la mecedora como que tenia razon.  Que difícil  es vivir el presente cuando uno como que ya pertenece al pasado. Para todo y para todos uno ya es pasado.  Pues si, esa es la ley de la vida.
Me olvidaba que dentro de 15 dias estaré cumpliendo 87 años.
Dura est lex, sed lex.

Caracas, 24 de marzo de 2013 .

Hector. Corro I.


Serie : RECUERDOS

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