lunes, 29 de septiembre de 2014

la historia se repite: ¡así cayo La Unión Soviética

La historia se repite: ¡ASÍ CAYÓ LA UNION SOVIETICA! Maduro, el dólar paralelo va por ti

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La historia se repite: ¡ASÍ CAYÓ LA UNION SOVIETICA! Maduro, el dólar paralelo va por ti
@DolarToday / Sep 28, 2014 @ 8:00 am
La Unión Soviética todavía dominaba a los países bálticos. Era el verano de 1990 y llegamos en tren a Riga, Letonia. Veníamos desde Alemania. Éramos Gaudeamus, un coro de cámara conformado por venezolanos y dirigidos por Guntar Gedulis. Fuimos allá invitados a participar en el Festival de la Canción Letona. Nos asignaron un guía: Anatolijs. Él nos explicó cómo funcionaría nuestra estadía. Y allí se produjo el primer contacto con la realidad de la economía soviética:
— El cambio oficial es cuatro rublos por un dólar. Si ustedes me dan los rublos a mí, yo se los cambio a dieciséis rublos por dólar.
Nuestro guía se convirtió con esa frase en nuestro agente cambiario. Anotaba en una lista los dólares que cada quien le entregaba y regresaba a las dos horas a repartir los rublos multiplicados. A mis dieciocho años no lo sabía, pero eventualmente aprendería que el mercado negro es una característica inherente a los controles de cambio.
También aprendería que un mercado cambiario con tamañas distorsiones es insostenible.
La poeta alemana Xochil Schütz no tuvo la misma suerte cuando vino a Venezuela a participar en el décimo Festival Mundial de Poesía en Caracas. Ella cuenta su experiencia así:
“Cuando le digo a la joven colaboradora del festival que debo cambiar algo de dinero, me exhorta a que los cambie con ella, de forma personal. Quiere viajar a Europa dentro de poco. La entiendo; aunque su abrupta exhortación y algo en su tono de voz me hace desconfiar. Que el gobierno ha establecido una tasa de cambio extremadamente baja, que los venezolanos tienen dificultades para acceder a divisas y que por eso se pagan altos precios por moneda extranjera en el mercado negro, eran cosas que había leído antes de emprender el viaje.
Más tarde, la joven me ofrece canjear mis euros por un precio que en realidad está 80% por debajo del precio promedio del mercado negro e incluso muy por debajo del cambio oficial. Me siento engañada. Me cuesta encontrar el valor para decirle a la joven que me está ofreciendo muy poco dinero. Cuando me oye, hace como si estuviera enterándose de que existe un mercado negro y me monta una escena de gran sorpresa. Poco después me ofrece un tipo de cambio un poco más alto que el anterior y me explica que debido a que ella trabaja para el Gobierno no puede pagar precios de mercado negro. Acepto el trato (que aún es desventajoso) porque temo que en los próximos días tendré que lidiar con frecuencia con esta joven y no quiero arruinar completamente el de por sí ya incómodo ambiente. A pesar de eso no me siento muy bien”.
Creo que debo mandarle un saludo afectuoso a Anatolijs, dondequiera que esté. Un hombre honesto y solidario con los extranjeros.
La Unión Soviética, con su Estado hiperpolicial, nunca pudo contra el mercado negro del dólar. Y así ha sido en cualquier país donde se haya pretendido fijar un precio irreal a la moneda. La economía no soporta la ficción.
Las redes sociales hoy están llenos de cálculos nostálgicos. Se mira hacia atrás para recordar cuánto valía el bolívar y lo que con él se podía comprar. Una revolución que te hace añorar el pasado está en problemas.
Ni hablar de una revolución que te hace soñar en dólares.
Alguna vez lo llamaron el dólar fantasma. Le decían así para enfatizar su inexistencia. Pero como sucede con todo fantasma serio, su existencia no depende de lo que crean los demás. Y mucho menos de los que digan los voceros oficiales.
El dólar fantasma viene por ti.

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