domingo, 16 de noviembre de 2014

El León melenudo Héctor Corro I.


12-   EL    LEON    MELENUDO

Muy tempranito me mando mi mama para Terron.   Mis hermanos,
Manuel y Armando ya se habían ido para Los Cañitos, donde habían limpiado una ""plaza "" para sembrar caraotas.   A Terron yo iba a buscar azucar que se habia acabado. Me eche mi morralito al hombro y salí raudo para Terron. Conseguí el azucar y me devolví rapido.  Mi mama me habia dicho que no perdiera tiempo porque no habia azucar para endulzar el cafe.   Al salir de Terron se andaban como dos kilometros por lo plano.  Al cruzar la quebrada del Marianero se comenzaba a subir; pasada la quebrada del Marianero habia otros tres pasos de quebrada.  Yo, esta vez , andaba a pie. Asi que pase el segundo pase de quebrada, el de la Moralera y seguí subiendo. Del paso del Marianero a la Trampa hay como diez kilometros.  Cuando ya me acercaba a la quebrada de El Guayabo venia cansado. Me sente un ratico a descansar y me quede dormido.  Debió ser que soñé con un León que estaría en el paso de laquebrada.  Lo cierto es que cuando pase la quebrada iba con mucho miedo.  Asi que al pasar la quebrada, vi sentado sobre una piedra un enorme leon melenudo. Me acerque al paso de la quebrada con mucha cautela.  Aproveche que el León no me  habia visto y pase corriendo.   De allí hasta la casa de Juana Alvarado, que vivía  casi llegando a la Trampa, subí corriendo.  Debía estar mas colorado que un tomate y con cara de extremado asombro.   Juana me pregunto que me habia pasado y le conté lo del León.    Da la coincidencia que en ese lugar habían visto un León barreteado, que es un León pequeño, cómo del tamaño de un perro y que ya se habia comido dos becerritos. Asi que Primitivo y Julio Alvarado, hijos de Juana,  que estaban en su casa, tomaron sus escopetas y se fueron rumbo  a la quebrada del Guayabo.  Duraron  un buen rato y no consiguieron nada. Me dijeron que habían andado un rato quebrada arriba, que habían revisado bien los alrededores de la piedra grande que estaba en medio de la quebrada y no habían encontrado huellas de animal alguno.  Pensaron y me dijeron que yo les habia mentido.  Me sentí muy mal porque yo era travieso, pero nunca mentiroso.    ¿Que paso entonces?
Aun no lo se.  ¿Alucinación? ¿ Sueño? ........ No lo se. Lo que si se es que aunque han pasado muchos años,  sigo con la duda.  En ese momento tenia la convicción de haber visto un León melenudo sentado sobre la piedra del medio de laquebrada del Guayabo.

Caracas, 24 de marzo de 2013

Héctor Corro I.


Serie : RECUERDOS














                    La dura realidad


Dura est lex,  sed lex

Cuando yo tenia 11 años fui a pasar, en Villa de Cura, unos dias con mi papa que ya venia enfermo y que a los 57 años se nos fue.
Mi tío Pedrito, hermano mayor de mi mama,  vivía en una modesta casa, vieja, con techos de teja, angosto zaguán de entrada , un pequeño recibo,  continuación del zaguán y seguidos de  un pequeño
comedor.     Después del comedor venian tres  cuartos pequeños alineados el uno a continuación del otro.  Enfrente de los cuartos habia un rectangular jardin-patio interior de mas  o menos 12 metros de largo por unos seis metros  de ancho.  A continuación de los cuartos venia la cocina, y a continuacion de la cocina un cuarto para almacenar leña seca, que mi tío compraba a vendedores que venían del llano.  Al final de la casa habia un pequeño tinglado, era la letrina con un largo tubo enclavado en la letrina pero con una especie de apertura para que, al cerrar la tapa de la letrina los malos olores se fueran al espacio.  Se cocinaba con leña y con fogon.  Entonces no habia gas, ni electricidad, ni gasoil, ni gasolina.  Aclaro, era el año de 1937.
Mi tío era militar, coronel retirado, y en la Villa se desempeñaba como recaudador de rentas del Consejo Municipal.
Como se puede apreciar era una casita muy modesta pero a su vez muy cómoda y acorde con los ingresos que, imagino tendría mi tío.
De todo lo que tenia mi tío lo que mas me llamo la atencion  era el juego de muebles que tenia.    Constaba de un sofá, dos mecedoras y  dos sillas-cómodas.    Mi tio cuidaba mucho su juego de sala.  Allí solo se sentaban los visitantes, que no eran muchos.  Los niños teníamos prohibido sentarnos en esos muebles.    Mercedes tiene aquí una mecedora que parece se hubiera escapado del juego de muebles de mi tio Pedrito.    Estas noches tuve un sueño raro, muy raro.   La mecedora de Mercedes, de pronto tomo vida,  y me pregunto :  tu que haces aquí?  Yo no salía de mi asombro,  pero asombrado y todo le respondí :  pues yo vivo aquí.  La mecedora me dijo : y tu no te sientes incomodo?  No, para nada.  Pues yo si.  Como es eso ? Le pregunte.
Ella me respondió: es que ya estoy tan vieja que ya no cuadro con nada; aquí donde estoy me siento que yo, estando en  el presente, pertenezco al pasado.
Me desperté y de ahí en adelante, no podía conciliar el sueño.
Sin lugar a dudas, la mecedora como que tenia razon.  Que difícil  es vivir el presente cuando uno como que ya pertenece al pasado. Para todo y para todos uno ya es pasado.  Pues si, esa es la ley de la vida.
Me olvidaba que dentro de 15 dias estaré cumpliendo 87 años.
Dura est lex, sed lex.

Caracas, 24 de marzo de 2013 .

Hector. Corro I.



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