domingo, 16 de noviembre de 2014

Señor, ¿es Usted el autobús? Héctor Corro I.



10-   SEÑOR, ¿ES USTED EL   AUTOBUS?

Fue en los primeros dias del mes agosto de 1937.
Mi papa no se sentia  bien de salud y mi mama aprovechando las vacaciones escolares, decidieron irse por unos dias a  Villa de Cura para que mi papa se hiciera un chequeo con el Dr. Rondon,  medico que años atrás había atendido a mi papa, cuando había estado enfermo de   tifus.   Ellos se fueron solos y yo quede con mis hermanos Claudina, Manuel y Armando.
Habían pasado unas tres semanas,  y mis padres decidieron que me llevaran a la Villa.  Lo que yo jamás me imagine era que aquel viaje iba a cambiar totalmente mi vida.  Hacia tres meses había cumplido mis once años.  Hasta esa edad no había salido de mi campo, de mi Sierra. Yo era por lo tanto un niño campesino completo como lo eran prácticamente los otros niños que asistíamos a la Escuela de Misia Mercedes, mi mama.  A mis 86 largos, tiendo la vista hacia atrás y considero que fue una infancia muy feliz, si, muy feliz.
Dentro  de la rutina de levantarme temprano para buscar la mula de mi papa y luego las horas de clase en la Escuela, mi vida no tenía nada de monótona.   Unos dias jugaba bolas criollas con mi papa que me había mandado a hacer un juego de bolas en madera de vera en un torno de una carpintería de Valencia, cuyo propietario era un Sr. Julián Karam, amigo de mi papa.  Otras veces,  después de pelearme con Ernesto Nieves que era el arriero que sacaba los frutos de los campesinos como eran caraotas, maíz, frijoles y también el café desde los sitios de producción hasta el pueblo mas cercano que era Belén,  acababa haciendo las paces, y encargandole a Ernesto que me trajera unos caramelos.  Otras veces , con alguna persona mayor y otros niños me iba a bañar al pozo Marianero.  Cuando no tenía nada que hacer me dedicaba a dar carreras en mi caballo de palo.  Otras veces ayudaba a mis hermanos en diversas labores del campo, barrer los patios de la        casa........Pues bien, ese viaje a la Villa iba a ser mi primer contacto con el pueblo, la ciudad, la civilización.   Lo que yo no imaginaba  era que mi infancia en el campo estaba terminando y que luego, si venia a la Sierra era de pasadita; dejaba de ser un niño feliz del campo para ser un niño, no tan feliz del pueblo.
Llego el día del viaje y salimos para Belén  mi  tío Andrés, mi hermana Claudina y yo; el viaje era naturalmente, en bestias.  En Belén tomaríamos un transporte hasta la Villa.  El carro que hacia el transporte, cuando llegamos, hacia varios dias que estaba accidentado.  Asi que mi tío Andrés decidió que nos fuéramos en bestias desde Belén hasta Macapo, finca que entonces pertenecía a Ismaelito Sandoval, viejo amigo de mi tío;  allí dejaríamos las bestias y en autobús seguiríamos hasta la Villa.  El trayecto de Belén a Macapo fue sin novedad; el camino era atravesando la montaña de la Guacamaya, con cierto miedo porque en esa montaña, dias atrás, un tigre se había comido a  una mujer que estaba en estado.  No paso nada;  llegamos  a Macapo.  Mi tío Andrés y mi hermana Claudina, en compañía del Sr. Sandoval entraron a la casa a tomarse un Cafecito.
A mi me dejaron a la vera de la carretera que  conduce de Guigue  a Maracay.¿  Mi cometido? Detener el autobús. Yo no tenía la menor idea de que era un carro, un camión o el autobús.  Asi que decidí detener lo que fuera.  Curioso, pero los conductores se detenían, y yo les preguntaba: ¿" Señor, es Ud.  el autobús"?  Unos se reían, otros soltaban una palabrota, y seguían.  Yo seguí deteniendo peroles y haciendo la misma pregunta.... Pero, un señor que conducía un transporte grande, imagino que era un camión, se bajo, me encaro y me dijo : mira muchacho, tu eres loco, pendejo o marico, ya te voy meter un correazo .... e hizo ademan  como de quien se quita la correa... Salí corriendo, entre a la casa y le conté a mi tío... El cayo en la cuenta y me dijo: espera aquí que yo voy a detener el autobús.   Al rato, llego el transporte. Por primera vez estaba subiendo al autobús.   Ese autobús partió en dos mi vida de niño.  Lo recuerdo como si hubiera sido ayer.

Caracas, 26 de diciembre de 2012.

Hector  Corro  I.


Serie: RECUERDOS


Enviado desde mi iPad

No hay comentarios.:

Publicar un comentario